sábado, 23 de marzo de 2019

DE PASEO POR MARRUECOS (III): RABAT (II): LA TORRE HASSAN

La Torre Hassan, fue erigida en la colina que domina el rio Bou Regreg, la alcazaba de Oudaïas y el valle. Se trata en realidad del minarete de una mequita que quedó incompleta en Rabat. El sultán almohade Yaqub al-Mansur (siglo XII) proyectó construir la mezquita más grande del mundo después de la de Samarra en Irak, y pretendía competir en belleza con su gran rival la Gran Mezquita de Córdoba. Las obras fueron abandonadas tras su muerte en 1199, a partir de entonces la erosión provocada por el tiempo, saqueos, incendios y el Terremoto de Lisboa de 1755 provocaron que la mezquita deviniese en un estado ruinoso, hasta que el entorno fue restaurado por Hassan II para la construcción del mausoleo de su padre Mohammed IV. La torre debía medir más de 80 metros, pero sólo llegó a los 44 metros. La mezquita Hassan tiene una  estructura igual que las otras dos mezquitas que mandó construir Yaqub al-Mansur: la Koutoubia, en Marrakech, y la Giralda en Sevilla. En la actualidad, de la mezquita sólo quedan los restos de 200 columnas entre las que sobresale la gran torre.
La Torre Hassan está hecha de piedra arenisca de color rojo, lo que le da su color característico, y en su interior en vez de las típicas escaleras que hay en los minaretes, nos encontramos con rampas, porque la idea era que el almuédano, o la persona que se encarga de realizar la llamada a la oración desde ella, pudiera ascender a caballo hasta lo más alto, considerando la altura que iba a tener. Las cuatro caras del minarete están decoradas con relieves distintos, aunque todas tienen en común: Arcos ciegos lobulados. Arcos cruzados en la parte alta, que se extienden formando una retícula de rombos sebkha. Salas abovedadas en las plantas inferiores.

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