viernes, 24 de noviembre de 2023

LA SANTA APOSTÓLICA Y REAL IGLESIA CATEDRAL DE LA ENCARNACIÓN DE GUADIX, CATEDRAL DE GUADIX (II)

LAS CAPILLAS

La disposición de las capillas simula una corte celestial en la que los Santos alaban continuamente al Señor; toda la disposición pues, se encuentra en torno al altar mayor, donde se celebra el Misterio de la Eucaristía.

Todas las capillas, con excepción de la de San Torcuato, gozan de un planteamiento arquitectónico similar, abiertas a través de un inmenso arco de medio punto, de planta rectangular cubiertas por una sobria bóveda donde se reproducen molduras florales y casetones centrados por una estrella de ocho puntas. En su espacio central se ubica un retablo generalmente barroco y sobredorado y en los paños laterales imágenes y lienzos que ilustran historias devocionales y hagiográficas.

Es frecuente en ellas encontrar enterramientos de nobles y prelados que, en su día, aportaron parte de sus bienes o de su entereza y valía personal al servicio de la Iglesia de Guadix.

Virgen de la Esperanza

Por esta capilla comienza la visita a la catedral ya que por una de sus puertas laterales se tiene entrada desde el exterior a través del vestíbulo y una escalera. El retablo barroco alberga la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza, imagen procesional dolorosa de vestir con un manto verde, color de la esperanza, obra atribuida a José Risueño Alconchel. Anteriormente, esta capilla estaba dedicada a la Virgen de la Leche, obra de Ruiz del Peral destruida en 1936.

Timbra el retablo un lienzo de los Santos Mártires Apolo, Isacio y Crotato declarados patronos de la villa de Abla por Decreto de 18 de abril de 1629 emitido por el Obispo de Guadix, Juan de Arauz. Es curioso el anacronismo de la obra (algo usual en la pintura del Siglo de Oro), pues los tres mártires legionarios romanos, que según la tradición fueron martirizados en el siglo IV, aparecen revestidos con los uniformes militares propios del siglo XVIII.

Inmaculada

En esta capilla se encuentra uno de los retablos barrocos más altos y llamativos del Conjunto Catedralicio, en cuya hornacina central se puede admirar la obra inmaculista más bella de la diócesis de Guadix, realizada por el escultor José de Mora, realizada en la segunda mitad del siglo XVII, para el convento de San Francisco el Real de esta ciudad. En el ático se encuentra la imagen de Santa Beatriz de Silva, fundadora de las Concepcionistas Franciscanas, primera orden inmaculista de la Iglesia.

A la izquierda, está el sepulcro del obispo Fray García de Quijada. Es una magnífica estatua yacente del renacimiento con claras influencias italianas, en la que el obispo se encuentra revestido de pontifical. Anteriormente a este emplazamiento, estaba colocado a los pies del presbiterio en la primitiva catedral gótica.

A la derecha se encuentra el sepulcro de don Antonio Rubio, fallecido en 1718, en el que podemos ver una larga inscripción dedicatoria y las siglas D.O.M., jaculatoria que significa: Deo Optimo et Maximo, que traducido dice: Dios bueno y omnipotente.En el muro lateral izquierdo sepulcro con escultura yacente del primer obispo de la diócesis restaurada fray Diego García de Quixada († 1522 / obispo entre 1485 y 1522), trasladado a este lugar en el siglo XVIII desde el presbiterio de la entonces iglesia gótica

Escultura de La Piedad

Es conocida como la Piedad de Guadix.Procedente de la antigua capilla propiedad de la Familia Carrasco Almansa en la Iglesia de Santiago, fue adquirida por D. Manuel Martínez-Carrasco Reyes y Almansa, director del Colegio Español de Bolonia quien la había comprado en 1930 con el fin de que presidiera el panteón que su familia tenía en la iglesia de Santiago, en honor de su madre, de nombre Piedad.

Se trata de una talla escultórica realizada en mármol de Carrara, de 174 centímetros de altura (sin la base), reproducida mediante el sistema de sacado de puntos directamente del original de Miguel Ángel, que se conserva en la Basílica de San Pedro del Vaticano, y que ha sido finalizada por un segundo procedimiento de talla directa. Esta imagen se presentó por primera vez en público en el Salón de Arte de Bolonia de 1930, donde fue galardonada con el primer premio de Escultura.

Destruida durante la Guerra Civil, en 1970 fueron encontrados en la iglesia de Santiago una serie de pedazos de una escultura que había sido destruida en la guerra civil, sus restos fueron amontonados hasta que la escultora María Ángeles Lázaro Guil se percató que dichos restos en realidad correspondían a una copia exacta de la Piedad de Miguel Ángel que se conserva en la Basílica de san Pedro de Roma. En 2001 y con el patrocinio de la Junta de Andalucía, la profesora Lázaro Guil restauró la escultura como la podemos ver en la actualidad y trasladada a la catedral. Se trata de una imagen única en España, réplica de la original de Miguel Ángel., cuyo original se conserva en Roma. En el mes de julio de 2017 la Piedad fue trasladada desde los pies de la catedral frente al trascoro donde se encontraba, hasta su actual emplazamiento en el espacio donde se ubica la portada norte.

Virgen de Fátima

Es la única capilla que no conserva su decoración original y tiene acceso directo a la torre-campanario. El actual retablo se construyó utilizando las ménsulas de sostén de las tuberías horizontales del antiguo órgano de la Catedral,realizado para conmemorar el Año Santo Mariano de 1954 declarado por el papa Pío XII, para celebrar el centenario del dogma de la Inmaculada Concepción. En la hornacina central, que reproduce el presbiterio de la catedral, se sitúa laimagen de nuestra Señora del Rosario de Fátima, obra de Juan Polo, flanqueada por dos ángeles orantes de alargadas figuras. En el ático el milagro del sol, y a la izquierda, sobre un simulado balconcillo la inscripción conmemorativa. Hay lienzo con una escena alusiva a la aparición de la Virgen a los pastores de Fátima.

En el paramento derecho, la imagen de Santa María Salud del Pueblo Romano (Salus Populi Romani). Se trata de un lienzo de autor anónimo del Siglo XVII, que nos recuerda que esta Catedral está unida a la Basílica Papal de Santa María la Mayor de Roma. Esta unión fue obra del obispo Antonio Rafael Domínguez y Valdecañas asistente al Concilio Vaticano I.

En el muro lateral derecho podemos ver un pequeño balcón que asoma a la capilla y que es un pequeño oratorio de carácter privado, hoy sin uso.


Sacristía

Situada en la embocadura de la girola, adopta planta cuadrangular ya que se encuentra en la planta baja de la torre campanario.

Portada:

La puerta por la que se accede es el más claro ejemplo de arte renacentista en la Catedra, que se alza con dos columnas de orden corintio sobre zócalos que sostienen un friso y un frontón triangular. Fue obra de Diego de Siloé en el siglo XVIl.

Flanquean la portada los escudos de dos de los prelados más relevantes de la Silla Episcopal de Guadix: don Martín Pérez de Ayalay don Melchor Álvarez de Vozmediano. Ambos, que vivieron durante el siglo XVI, participaron activamente en el Concilio de Trento y aplicaron los postulados del mismo en la diócesis accitana. Todo el conjunto de la portada destaca por su delicada factura y su estudiada armonía.

En la parte superior de la portada, justo debajo de la bóveda. En el vano, vemos una escultura de un esqueleto sentado sobre una piedra, llamado Frasquito, en alegoría a la muerte. Colocado frente a la cripta y junto al reloj de campanas, testigos de la muerte y del paso del tiempo.

Interior:

En el interior de la sacristía, destaca la cúpula profusamente decorada que cierra de forma esférica la planta cuadrada de la Sacristía, descansando sobre pechinas en las que se encuentran los tetramorfos de los Cuatro Evangelistas.La carpintería, es una obra singular que merece una detenida contemplación. Sobre una de las cajoneras, hay una escultura del Cristo de Humildad y Paciencia, del siglo XVII, de autor anónimo. En el centro resalta la mesa calicera, de gran majestuosidad, cuyo tablero está realizado en mármol de una sola pieza, misma piedra utilizada en las columnas del patio del palacio de Carlos V de la Alhambra. 


San Sebastián y San Fandila

Ambas capillas, aunque en diferentes espacios (flanquean la capilla de La Encarnación) de la girola, son similares en su trazado y en el retablo que albergan. Su situación en la girola, hace que sean de más reducidas dimensiones que el resto de las capillas catedralicias. En cambio, sobre ellas se yerguen valiosas vidrieras catedralicias que ilustran devotos prelados.

Los retablos, que podemos denominar “martiriales” por el predominio del color rojo y las devociones a las que se dedican, son obra del siglo XVIII:

La Capilla de san Fandila alberga un retablo barroco del siglo XVIII en tonos bermellones e idéntico en su concepción al que veremos en la capilla de san Sebastián. Aloja en su nicho central una escultura de san Fandila, santo local nacido en Guadix y que murió mártir en el siglo IX († 853) en la Córdoba califal. Es por tanto un santo local, poco conocido fuera de Guadix. En el ático del retablo pintura ovalada con tema mariano: María junto a santo Domingo de Guzmán y la madre de este

La Capilla de san Sebastián:en este retablo también bermellón, el santo titular es san Sebastián, mártir cristiano del siglo III mandado asesinar por el emperador Diocleciano, según nos cuenta la tradición asaeteado. En el ático lienzo ovalado con la Virgen y el Niño

 Encarnación

Ocupa el espacio central del ábside y está dedicada a la Encarnación, advocación que da nombre a la Catedral Accitana, repitiendo de este modo la iconografía central de los lienzos del Presbiterio.

El pequeño retablo barroco alberga en su hornacina un grupo escultórico de pequeño tamaño ilustrando el misterio de la Encarnación. Tanto el arcángel San Gabriel como la Virgen son obra contemporánea de Amadeo Ruiz Olmo.

El retablo queda enmarcado en un arco pintado sobre el muro donde destaca el color azul, jalonado de alegorías que hacen referencia a las virtudes de María, como las letanías: fuente de agua pura, espejo de justicia, fuerte como torre de David, pozo en el desierto, etc…En el ático un pequeño lienzo ovalado con un Cristo muerto en brazos de su padre. Este tipo de representación es conocido como compassiopatris (compasión del padre) en la cual se nos muestra al hijo muerto, acogido por Dios Padre e iluminado por el Espíritu Santo.

Capilla de San Torcuato

Está Dedicada a la memoria del que fuera el primer obispo y fundador de la diócesis: San Torcuato.

Es obra del arquitecto Diego de Siloé en el siglo XVI, escircular en planta y poligonal en su alzado, a ella se accede a través de un excepcional arco de esviaje doble, comúnmente llamado “de cuerno de toro”, por su sentido decreciente conforme avanza de un lado a otro, que hace de transición entre la capilla circular y la girola trapezoidal. Al parecer, se debe su construcción al Obispo Orozco de Cobarrubias. Constituye toda una novedad tipológica para su momento, y se ajusta a un gran modelo clásico: el Panteón de Roma. Su antecedente directo se encuentra en la capilla Carracioli de San Giovanni de Carbonara, en Nápoles. Actualmente, cumple la función de capilla sacramental de la Catedral.

Su alzado arquitectónico está formado por cuatro grandes columnas de estilo jónico que sustenta un entablamento y cúpula.

Alberga tres hermosos retablos barrocos, el central de 1736, es obra de Francisco Moreno, que contiene en la calle central la imagen de san Torcuato, obra del sevillano Antonio Castillo Lastruci; en las calles laterales los 6 Varones Apostólicos, compañeros de san Torcuato en la misión evangelizadora de Hispania, llamados Tesifonte, Indalecio, Segundo, Eufrasio, Cecilio y Hesiquio.

En la parte superior del retablo, un altorrelieve con el bautismo de santa Luparia que según la tradición fue la primera mujer accitana en recibir el bautismo de manos de san Torcuato, es una obra también de Francisco Moreno.

A ambos lados del retablo entre dos de las columnas dos pequeños armarios relicarios y por encima de ellos dos vidrieras. En los muros laterales de la capilla encontramos dos retablos barrocos del siglo XVIII, uno de ellos, con una imagen del Ecce Homo, anónimo de escuela granadina del círculo de los Mora, y el segundo bajo la advocación de san Juan Bautista Niño, san Juanito,escultura del siglo XVII, de la escuela granadina a la derecha.

La capilla se cierra por una cúpula semiesférica gallonada con ocho plementos decorados con motivos vegetales y angelotes. Bajo el altar en una urna de plata, los restos del obispo accitano Manuel Medina Olmos y otros compañeros mártires asesinados en la guerra civil. El obispo y sus compañeros mártires fueron beatificados por el papa Juan Pablo II en 1993.

Bajo la capilla encontramos una gran cripta ya que en principio la capilla se construyó como panteón episcopal pero que nunca llegó a utilizarse. En el interior de la cripta se encuentra la heráldica del obispo Martín de Ayala (siglo XVI).

En el siglo XVIII la capilla se dedicó a la figura de san Torcuato, patrón de Guadix, ya que hasta ese momento era utilizada como capilla de reliquias, se pueden venerar:

la reliquia del lignum Crucis, una espina de la corona de Cristo,

una reliquia del Papa san Juan XXIII

el cráneo del obispo mártir don Manuel Medina Olmos

Brazo-relicario de San Torcuato: contiene el brazo, la mandíbula y el calcáneo de san Torcuato.Su ejecución se decide en sesión del Cabildo de 23 de marzo 1593, encomendándose su hechura al maestro platero Cristóbal de Rivas. El relicario resulta muy característico del purismo y de sus rigurosos diseños geométricos. Tiene la peculiar base circular escalonada, en cuerpos de perfil convexo y recto, y sobre ella se eleva un gollete cilíndrico, en el que apoya un gran nudo semiovoide coronado por amplio cuerpo en cuarto de bocel, a manera de plato, incorporando caladas costillas con contornos perlados. Un esbelto cilindro, rodeado de dobles volutas en S, también perladas en sus cercos, sirven, por último de sostén del brazo, que remata en mano abierta. El centro del brazo, respectivamente, delante y detrás del mismo, ofrece unas aberturas para poder contemplar la reliquia.



Sagrado Corazón de Jesús

El retablo barroco central, de grandes entrantes y saliente y acusado sentido ascendente, cobija una imagen reciente del Corazón de Jesús que da nombre a la capilla. La imagen es posterior a la Guerra Civil Española.

En el lado derecho, enmarcada porun retablo neobarroco, está la imagen de Santa Teresa de Jesús Jornet, obra del artista granadino Miguel Zúñiga. Santa Teresa de Jesús visitó esta Catedral cuando vino a Guadix a fundar la comunidad de Herramientas de los Ancianos Desamparados.

En el lateral izquierdo hay un gran lienzo que se rinde homenaje al obispo accitano Manuel Medina Olmos, junto al obispo almeriense Diego Ventaja Milán y los compañeros mártires de la Salle. Los prelados fueron beatificados por Juan Pablo II el en Roma en 1993, en una ceremonia presidida por este cuadro.

Santa Teresa

Es una capilla barroca del siglo XVIII. El retablo barroco sobredorado alberga una imagen reciente de Santa Teresa de Jesús. A los lados, puertas de nogal talladas cubren vanos hacia el exterior.A sus pies se encuentra un niño Jesús Pasionista, del siglo XVIII, de escuela granadina y autor anónimo, en recuerdo de la aparición en la que, en la escalera de la Encarnación de Ávila, el niño declaró que Él era, «Jesús de Teresa».

En 1516 ocurre un milagro en la vecina localidad de Huéneja. Isabel Berbel, murió cuando contaba con 4 años de edad, a causa de unas calenturas maliciosas. Su madre colocó una estampa de la Beata Teresa sobre el pecho de la niña. A las 9 horas resucitó buena y sana, este milagro sirvió para su causa de canonización.

A la derecha, está la sepultura del canónigo Tomás Porro y Gallo, preclaro Capitular de esta Iglesia.A la izquierda se encuentra un lienzo actual, representando a San Pedro Poveda en el barrio de las Cuevas de Guadix.

La Catedral conservaba entre sus reliquias más preciadas, una carta autógrafa de la Santa, desgraciadamente desaparecida en 1936.

Sagrada familia

En esta capilla se albergan varios de los tesoros artísticos y devocionales de la Catedral Accitana. 

En la hornacina central del retablo barroco del siglo XVIII está presidida por una imagen de la Virgen de la Humildad. La escultura procede del convento de san Francisco donde era conocida como Virgen Dolorosa. Se trata de una talla obra de Torcuato Ruiz del Peral, con la figura sedente de la Virgen y de luto riguroso. Por encima de la hornacina central un relieve con la figura de Dios Padre con tres cabezas de ángeles bajo Él. En el ático pequeño lienzo de san Antonio de Padua. En el suelo sepultura del obispo accitano Juan García-Santacruz Ortiz

Con anterioridad la hornacina central estaba ocupada por un grupo escultórico formado por la Virgen, san José y el Niño Jesús (la Sagrada Familia) de donde toma el nombre la capilla, obra contemporánea de Antonio Castillo Lastrucci; sobre la hornacina, la imagen de Dios Padre, de Torcuato Ruiz del Peral, timbrado por una representación pictórica de San Antonio de Padua.

En la parte derecha, se encuentra la imagen, de factura reciente, del beato Fray Diego José de Cádiz (O. F. M. Cap.), obra de también de Castillo Lastrucci. Fray Diego José fue un gran predicador del siglo XIX.

En la parte izquierda de esta capilla se encuentra ubicado el lienzo del santo Cristo de Burgos, de Jacinto Angiano (1637), obra que fortuitamente sobrevivió a los sucesos de la Guerra Civil. Destaca en ella la minuciosidad del perisoma en forma de gran faldón. 

Esta capilla es la única que conserva enterramientos de obispos. En la parte izquierda la sepultura del obispo don Juan García -Santa Cruz Ortiz, hombre bueno y humilde, que ocupó la Sede de 1992 al 2009. En la parte derecha Fray Vicente Pontes y Cantelar, Orden de San Agustín, obispo de Guadix entre 1876 y 1893.

Virgen de los Dolores

El retablo estuvo dedicado San Rodrigo, de planta poligonal, estructurado en banco, cuerpo principal, ático y polseras. En la segunda mitad del siglo XX, albergó una escultura de la Inmaculada Concepción, que actualmente se encuentra en el Centro de Interpretación Ruiz del Peral, ubicado en la iglesia del extinto convento de San Francisco el Real de Guadix.

Actualmente la capilla está dedicada a Nuestra Señora de los Dolores, magnifica imagen de vestir tallada en madera policromada de tamaño natural, se realizó aprovechando el rostro y las manos de la primitiva imagen de la Virgen de las Angustias de Guadix, obra realizada por Torcuato Ruiz del Peral, destruida en la Guerra Civil. A la imagen se le incorporó un candelero y trasladó al convento de la Concepción bajo la nueva advocación de Nuestra Señora de los Dolores. Trasladada a este emplazamiento tras la supresión del convento de la Concepción en 2018.

Capilla de la Virgen María del Mayor Amor

Con imagen procesional de la Virgen María. Sobre el altar, pequeña imagen en el interior de una urna de cristal con la Divina Infantita. Esta advocación mariana tiene su origen a principios del siglo XIX en la ciudad de México, por la cual una monja pidió permiso a la madre superiora de su convento para realizar una escultura de la Virgen María recién nacida, a fin de celebrar la natividad de la Virgen, del mismo modo que se hacía con su hijo Jesús. Desde México esta tradición llegó a España, aunque es una advocación no muy extendida en la península.

 Capilla del Sagrario




TORRE CAMPANARIO

Se la puede ver desde cualquier punto del núcleo urbano y la Hoya de Guadix. Ninguna torre catedralicia tiene una presencia tan importante en el espacio geográfico. 

Una de las particularidades de la torre es que en la sala de campanas hay un balcón volado, que hace que el espectador pueda salir y contemplar una panorámica a 360º. Además, cada esquina de la torre está orientada a un punto cardinal, sirviendo como brújula para los accitanos.

Se trata de una torre de planta cuadrangular de tres cuerpos más remate poligonal, coronada por la imagen del Sagrado Corazón de Jesús colocado en 1945. La imagen, en actitud bendiciente, da una vuelta cada doce horas; y por la noche, se ve iluminado su corazón divino. Originalmente, la torre terminaba en una esbelta veleta herreriana, al modo, como se coronan, las torres de las iglesias de Castilla.

El ascenso se hace a través de una escalera de caracol que sube cubierta por el exterior de la torre hasta el segundo cuerpo en que se introduce por el interior de la torre. La entrada que se sitúa en la base tiene en su parte superior una inscripción que dice: Reinando Felipe V / y siendo pontífice su santidad el papa / Clemente XI / y obispo de Guadix-Baza fray Juan de Montalbán / Año MDCCXV.



Las escaleras

Las escaleras de la torre campanario del templo accitano adoptan una de las ideas desarrolladas por su capacidad inventiva. Se trata de unas escaleras de doble hélice que permiten ascender y bajar de la torre por caminos distintos y sin cruzarse, eso sí, usando el mismo espacio.

Las escaleras de acceso a la torre de Guadix ofrecen una solución arquitectónica ideada por Leonardo Da Vinci: la escalera helicoidal. Las singladuras con peldaños de doble hélice permiten dos caminos diferentes en un mismo espacio, es decir, que quienes suben y bajan de la atalaya no se crucen en el camino.

Ésta original escalera está formada por un total de 79 peldaños. Los dos itinerarios tienen destinos diferentes: el acceso directo a la calle por la fachada de la puerta de San Torcuato y el acceso al interior de la catedral de Guadix a través de la capilla de la Virgen de Fátima.

Los constructores de esta escalera dejaron una pequeña pista, las ventanas de uno de los caminos son horizontales y las del otro son verticales.

Por lo que campanero de la catedral de Guadix, antes de que se adoptara el sistema eléctrico para voltear las campanas, pudo así durante algunos siglos subir y bajar a su casa y pisar la casa sin cruzarse con un canónigo o magistral que hubiese entrado a la torre desde el interior de la catedral. Y es que la escalera (o escaleras) conecta directamente con la antigua casa del campanero y cada uno de sus itinerarios tiene también destinos diferentes, uno de ellos permite el acceso directo a la calle por la fachada de la puerta de San Torcuato y la otra va a parar al interior de la catedral de Guadix, a la actual capilla de la Virgen de Fátima.

El diseño descrito es poco frecuente. Solo se conoce un caso similar en el Castillo francés de Chambord, en el Loira, a más de 1500 kilómetros de la ciudad de Guadix.El origen de esta escalinata en Francia proviene de la invitación del rey Francisco I al genio Leonardo Da Vinci para que pasara los últimos años de su vida en Francia.El castillo de Chambord es una de las construcciones más significativas del Renacimiento francés. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1981, es uno de los castillos más visitados.

No se sabe cómo llegó esta influencia a Guadix en apenas 30 años. Una de las opciones es que los canteros fueran trabajando de un sitio a otro, donde había trabajo. No se puede olvidar tampoco que Diego de Siloé, formado en Italia, comenzó su colaboración en la construcción de la Catedral de Guadix en 1549, pocos años después de la muerte de Leonardo da Vinci. En esta época se añadieron a la catedral el perímetro exterior, el cuerpo inferior de la torre (donde se encuentran las escaleras) y la capilla de San Torcuato


Leyenda sobre la escalera:

el día de todos los santos una anciana morisca se refugiaba de la intensa y fría lluvia en la puerta de Santiago de la Catedral, sus manos envueltas en harapos las extendía como sarmientos para pedir limosna a los feligreses que entraban y salían del templo, pocos eran los que se apiadaban de ella y dejaban caer alguna que otra moneda. Al poco tiempo, paso por ahí una señora de alta cuna, a la que la indigente insistió plantándose en su camino y ¡de pronto el marido de ésta apareció y le arreo dos y tres golpes con el bastón en la cara que la hicieron retroceder a su rincón, dolorida y con el labio partido en dos! – “¡Ojalá os pudráis en el infierno!”-Escupió la anciana herida…

Al caballero de ilustre apellido del cual prefiero callar, perteneciente a la cúpula del Santo Oficio y siendo su persona el terror de los moriscos, no le resulto muy grato el mensaje y ordeno a su criado que avisara a los justicias para poner a la morisca a buen recaudo. El campanero que se encontraba cerca del lugar, vio la escena e intentó socorrer a la anciana, temiendo por lo que le iba a venir encima…
-”No es para tanto, mi señor, es solo una vieja morisca de los arrabales de las cuevas, que no hace mal a nadie”.

El caballero al escuchar las voces, lo miro con desprecio. -” ¡Tú a lo tuyo! campanero chismoso, si no quieres también tener problemas”. Torcuato, que así se llamaba el campanero al ser este nombre muy común en Guadix, vio la injusticia del poderoso caballero y le respondió -” ¿señor, no ve que está enferma y solo pide limosna? ”….entre tanto llegaron los justicias acatando las órdenes del prepotente caballero que señalando a la anciana ordenó.

-” A la vieja bruja… a la mazmorra hasta que confiese su brujería y al campanero, arrestarlo en la torre del campanario de la Catedral, hasta que el Santo Oficio se reúna y decida qué hacer con él…puede que sea partidario de los moriscos sublevados”.- Acusando injustamente a los dos.

La anciana morisca sabiendo lo que le esperaba y antes de ser conducida a una muerte segura, se encaró con el malvado caballero y le vaticino una profecía.
-” ¡Tú me has condenado siendo inocente y ahora yo te maldigo!… en el ocaso del tercer día, el poder de un príncipe atravesara tus oscuras entrañas y dos ángeles siniestros te indicaran la entrada de tu paraíso infernal mostrándote dos cálices de aire que se llenaran con tú alma maldita y así penarás tus pecados toda la eternidad”.

El caballero se quedó sin habla mientras los justicias se llevaba a Torcuato detenido y a la anciana a rastras con dirección a la crueles mazmorras.

La maldición de la vieja quebró la tranquilidad del aristócrata que una vez en su casa solariega no dejaba de pensar en las palabras enigmáticas de la bruja, su natural templanza ante juicios sumarísimos, había desaparecido anidando en su alma el miedo,  hasta tal punto que se le hizo insoportable quedarse en su despacho sin hacer nada y así para remediar la situación, decidió como buen cristiano, ir todas las tardes a rogar al Santo Torcuato para que intercediera por él. Estaba en su tercer día cuando su mujer llena de preocupación por el estado de nervios de su marido le dijo que si antes del ocaso se encontraba en suelo sagrado ninguna maldición le alcanzaría y que el mejor sitio para resguardares de la maldición de la anciana era… la catedral.

Y así lo hizo, pero… antes de ir a rezar al Santo Patrón de Guadix, se paseó por las mazmorras para ver cómo estaba la bruja, comprobando con júbilo que había fallecido durante los duros interrogatorios de la inquisición y así se marchó más tranquilo pensando que ya, nada podía hacerle la vieja bruja a su persona, porque ¡muerta ella…sepultada su maldición!  ¡Al fin se había librado del maleficio!

Y de este modo, cuando el sol estaba en el ocaso del tercer día, un hombre vestido con ropajes negros salió por la puerta camuflada de la sacristía y en sumo silencio llegó hasta la capilla de San Torcuato sin ser visto, allí encontró el caballero rezando al santo y en un rápido movimiento saco una daga y tapándole la boca por detrás, le asesto varias puñaladas en los riñones, dejándolo moribundo en el suelo, diciéndole al oído y en voz baja:

– He cumplido el mandato de mi príncipe Aben-Humeya… ¡eras la peste para los de nuestra raza! Marchándose para dejar al caballero malherido que dando trompicones pudo llegar hasta la puerta de Santiago, cayendo al suelo de rodillas y ante él vio el dintel de la enorme puerta con dos figuras demoniacas en cada extremo invitándolo a atravesar la entrada. En su último esfuerzo logro atravesar la puerta para pedir auxilio cayendo fulminado mirando al cielo y en su última visión tuvo frente a si dos cálices de aire con las columnas de la Puerta de Santiago, cumpliéndose punto por punto la maldición de la anciana morisca.

La noticia de la muerte del poderoso caballero corrió como la pólvora comprobándose que el campanero no tenía nada que ver con aquel crimen pues la guardia lo había custodiado manifestando que en ningún momento persona alguna había entrado o salido por aquella puerta, quedando esté libre de sospecha.

En las habitaciones de la torre del campanario, Torcuato limpiaba a conciencia la sangre de la daga que su primo Aben- Humeya le había regalado y una sonrisa diabólica delataba su participación pues lo que no conocían los soldados es que mientras una escalera subía de la calle otra bajaba por el mismo hueco a la capilla de Santa Teresa de Jesús dentro de la catedral, pudiendo burlar la vigilancia de los soldados para cometer su crimen.

Solo la daga de Aben-Humeya de esta leyenda está en el Ayuntamiento de Guadix para su exposición, los demás elementos se encuentran en la Catedral, solo hay que tener buen ojo para descubrirlos…

 

El primer cuerpo está hecho en piedra y fue realizado por Diego de Siloé en 1556; en su interior se encuentra la sacristía con entrada por la girola. El segundo cuerpo es de ladrillo y se levantó en el siglo XVII en un tiempo en que las obras de la catedral se encontraban paralizadas. El tercer cuerpo levantado también en ladrillo es del siglo XVIII. En este tercer cuerpo o sala de campanas hallamos un balcón corrido (balcón volado) en hierro forjado que forma rodeando todo el perímetro de la torre una perfecta galería con vistas a Guadix y sus alrededores. Completa la torre campanario un remate octogonal con linterna realizado en 1863 (siglo XIX) por Juan Pugnaire mientras que el chapitel que lo remata con la figura del Sagrado Corazón de Jesús es obra realizada en 1945 por Amadeo Ruiz del Olmo. La estatua del Sagrado Corazón estaba dotada de un mecanismo que permitía orientarlo hacia uno u otro barrio de Guadix, hoy día este mecanismo se encuentra estropeado y por tanto ya no cumple su función


El campanario.

El campanario dispone de un total de quince campanas, trece de ellas distribuidas en doce vanos. Nombradas desde la más grande y siguiendo del orden de las agujas del reloj se llaman de: Santa Barbara, Santa Isabel, Niño Jesús, San Fandila, Sagrada Familia, San Torcuato Primer Obispo, San José, Nuestra Señora de las Angustias, Beato Juan de Ávila, San Torcuato, La Anunciación, San Pedro Apóstol y San Rafael. Todas las campanas son de la posguerra y algunas de ellas están realizadas en hierro.

Las dos restantes se encuentran en el remate octogonal, se trata de de la campana de las horas, de 1580 y la campana de los cuartos de 1759.

El campanero.

Era un oficio imprescindible en la Catedral, para ejecutar los distintos toques de las campanas según las horas litúrgicas y festividades, así también como los grandes acontecimientos como terremotos, incendios, epidemias, la nacimiento de un infante real, en los que también se tocaban las campanas.

En un cuerpo intermedio entre el segundo y el tercer cuerpo y antes de subir al cuerpo de campanas se haya la vivienda del campanero y su familia, con suelo de madera,la dependencia que consta de siete estancias, distribuidas en 140 metros cuadrados: la recibidor, dos dormitorios, salón de estar, cocina, despensa y habitación de los baúles. El mobiliario es de finales del siglo XIX y primera mitad del siglo XX. Se ha recuperado siguiendo los inventarios que se conservan en el archivo Catedralicio.





 


Vistas desde el campanario










 


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