viernes, 24 de mayo de 2019

DE PASEO POR MARRUECOS (XI): Meknès مكناس‎, Ifrán, Azrou أزرو

Mequinez, Mequínez, Meknés o Meknès مكناس‎
Considerada junto a Fez, Rabat y Marraquech como ciudad imperial se sitúa en el corredor natural que comunica la costa atlántica con el Atlas y la región oriental. Se extiende sobre una colina de la meseta del Sais a 550 metros de altitud y a 298 kilómetros de Ceuta y a 60 km de Fez. se la conoce con el sobrenombre de La Versalles marroquí y también como La Ciudad de los Cien Alminares. 
Es un centro productor artesanal, destacando el “Damasquinado”. objetos de metal con incrustaciones de hilo de plata. También destacan los productos de hojalata (una fina lata de acero dulce recubierta de estaño), los mosaicos y azulejos (zel-ligh), las tallas de madera de cedro, la artesanía de puñales y dagas y su famosa lana. Casi toda la lana que se utiliza para la fabricación de las alfombras típicas pasa por las manos de los artesanos de Meknès. Existe un zoco, Plaza de la Lana, destinado a la compraventa de ésta. Son famosos también sus textiles, encajes bordados en kaftanes, chilabas, etc. El mercado, tiene lugar fuera de la ciudad antigua junto a las murallas, donde se reúnen los habitantes de los pueblos de su alrededor e intercambian ganado y los productos ganaderos como mantequilla y lana.
El Mussem es la fiesta anual del Mulud Aissawa, acudiendo devotos de todas las partes de Marruecos. Destacar el Festival Nacional de Aïssawa, que se celebra en noviembre, para recordar la herencia Aïssaoui. Es un viaje musical y espiritual al corazón del arte Aïssawa con canciones y danzas de fiestas-trance que constituyen los caminos espirituales y formas sufíes de encuentro con Dios.
Historia
En el siglo X la tribu bereber Meknasa, del Este de Marruecos, de ahí el nombre de Meknés. fundó la ciudad de “Meknassa ez-Zitoun”, cuyo significado es “Meknés en los olivares”.
Los Almorávides en el siglo XI, ya habían construido murallas alrededor de la ciudad, baños, mezquitas, etc. En 1674 Moulay Ismail, sultán de la dinastía alauita, trasladó la capital de Fez a Meknes, que hasta entonces era una Kasbah, decidió crear una nueva ciudad fijándose en la villa francesa de Versalles, construida por Luis XIV, como modelo a seguir. La Ciudad Imperial de Meknes fue concebida como fortaleza. Para ello, se construyeron cuatro líneas defensivas con murallas dentro de las cuales se ubicaban 24 palacios reales, las mezquitas, los cuarteles, los establos y los jardines. Se dice que la arquitectura de la ciudad desciende de la “Ciudad Redonda” de Bagdad o de la “Ciudad Prohibida” de Pekín, ya que no se trata de ciudades fortificadas para defender a sus habitantes, sino de palacios fortificados para defender al monarca.
Moulay Ismaïl ha pasado a la historia por ser el sultán más cruel de Marruecos, pero también el primero que logró unificar el país, a excepción de unas pocas tribus rebeldes.
Moulay Ismaïl mandó construir un estanque artificial, graneros, palacios, mezquitas, madrazas, jardines, 40 km de murallas con bellas puertas en las que trabajaron 50.000 prisioneros, creando una de ciudades más bonitas de Marruecos.
Expolió las ruinas de romanas de Volubilis y algunos palacios de Marrakech como el Palacio El-Badi, para embellecer Meknés. Todo ese esfuerzo y dedicación a esta ciudad, le dieron el sobrenombre de La Versalles marroquí, en parte por su amistad con el también polémico monarca francés Luis XIV, el Rey Sol.
Depende de la fuente que se consulte, Moulay Ismaïl fue un gran monarca o un tirano con delirios de grandeza. Para muchos es el sultán guerrero porque en su afán de unificar Marruecos, combatió y venció prácticamente a todas las tribuis marroquíes. Lo que es innegable es que ha pasado a la historia por ser el sultán más temido, porque no dudaba en asesinar a los obreros el mismo con un ladrillo si el trabajo no estaba bien hecho, e inexplicablemente a pesar de ser famoso por haber sido el sultán más despiadado, lo han consagrado como santo.
Meknés fue la capital de Marruecos tan solo durante 55 años. Tras la muerte de Moulay Ismaïl en el 1727, sus enemigos saquearon la ciudad y después la remató el terremoto de Lisboa del 1755. Su mausoleo es muy visitado, sobre todo por musulmanes.
Ningún otro sultán se volvió a instar en Meknés de manera permanente, y nuevamente Fez paso a ser la ciudad Imperial.
Meknés fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1966, gracias a ello se ha restaurado mucho del patrimonio de esta ciudad.
Plaza El Hedim: la miniatura de Jamaa El Fna: Esta plaza limita por un lado con la Ciudad Imperial y con la Medina por el otro. 

Puerta Bab El-Mansour: llamada en honor a su arquitecto, un cristiano converso que la decoró por completo con diminutos fragmentos de cerámica vidriada verde y blanca, que brilla con la luz del sol. Está considerada como una de las puertas más bellas del mundo. Es la puerta más grande de Marruecos e incluso de todo el norte de África. Fue un encargo del famoso Sultán Moulay Ismail, siendo completada en 1732 por Mulay Abdallah, hijo del sultán Mulay Ismail tras 60 años de construcción. Mide 16 metros de alto y se encuentra en uno de los extremos de la plaza El Hedim. Esta puerta servía para unir la plaza El Hedim y, por extensión, la medina de Meknes con la plaza Lalla Auda en la fortaleza Dar el Kbir. Representa el poder de esta ciudad imperial. Bab el Mansour fue renovada integralmente en los años noventa, los trabajos de restauración sirvieron para realzar el color verde oscuro, que es el característico de la ciudad imperial de Mequinez. Esconde una leyenda más que curiosa, aunque es probable que sea falsa. Cuando el sultán preguntó al arquitecto si la podría haber hecho mejor, él le respondió que sí. Entonces el sultán le ejecutó. Sin embargo, la puerta se acabó en 1732, mientras que Ismaíl falleció en 1727. Cierta o no, no está de más conocer su historia.









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Ifrán, Ifran, Ifrane
Es una pequeña ciudad de estilo alpino en la vertiente más noroccidental del Atlas Medio, a 1.630 metros de altura sobre el nivel del mar. Fue creada por los franceses en 1930 como centro vacacional, otorgando a sus construcciones y a su diseño urbanístico características netamente europeas -plantas rectangulares, tejados a doble agua con grandes ángulos, multitud de zonas verdes, etc. Se la conoce con el apodo de "la suiza marroquí". Los primeros asentamientos humanos en la zona datan del neolítico, donde están constatadas ocupaciones permanentes en las numerosas cuevas y abrigos de la región. De ahí viene precisamente el nombre de Ifrane ("las cuevas" en Tamazigh), de poderosa recurrencia en Marruecos.
Tiene el que quizá sea el palacio real preferido por Mohammed VI -también por su difunto padre Hassan II- para pasar sus vacaciones. Todos los veranos pasa una buena temporada en él y no hay invierno que no suba a hacer uso de la estación de esquí de Michlifen, abierta pocas semanas al año y con escasas pistas. Ifrane también ha sido utilizada por los monarcas para realizar reuniones internacionales de primer nivel, pero a las que se las ha querido dotar de un alto grado de discreción. En la primera semana de junio de 1.986, tuvo lugar aquí la primera reunión entre un Jefe de Estado árabe, en este caso el rey Hassan II, con un primer ministro Israelí, en aquella época, Simón Péres.
La ciudad cuenta con una de las universidades más importantes del país, la universidad Al Akhawayn. Los hijos de las familias más pudientes de Marruecos estudian allí, especialmente los de Fez por proximidad geográfica. Tanto por sus parques como por los bosques de cedros que rodean el entorno inmediato de la ciudad, es muy común observar a atletas entrenando
bosques de Cedros: su mayor esplendor lo alcanzan en las proximidades de Khenifra, los bosques próximos a Ifrane no se quedan atrás. Se trata generalmente de bosques de cedros y encinas - donde esta última va adquiriendo poco a poco un mayor protagonismo-, con presencia de enebros (Juniperus oxycedrus) y donde podemos encontrar otras especies típicas del clima frío de montaña, como el acebo (Iles aquifolium).- A media distancia entre Ifrane y Azrou por la N8 hay un desvío al este señalizado por el que accedemos al cedro Gouroud, el más grande de la región aunque ya muerto por una plaga de procesionaria a principios de milenio.
El entorno geológico y geográfico al este de Ifrane está constituido por pequeñas lomas calcáreas (basamento) y volcánicas que forman entre si diminutas cuencas endorreicas, que dan lugar a pequeños lagos o dayets, siendo los más grandes el dayet Aoua y el dayet Ifrah. La génesis de los dayets es muy diversa, desde conductos volcánicos colapsados y depresiones de las coladas de lava hasta dolinas formadas por la descalcificación de la caliza basal.
Parque del León de Piedra- Los Jardines de Mohammed V
En este parque se encuentra el León de Piedra, también conocido como el León del Atlas. Este monumento es representativo del león que antaño vivía en esta zona y que es el emblema de la villa y se le dedica una estatua de piedra en el centro de la misma. 


Azrou أزرو y los bosques de cedros del Alto Atlas
Azrou está rodeada de cedros, pinsapos, monos y agua. El nombre de la ciudad viene del bereber y significa “roca”.
La región Azrou fue una de las primeras áreas del Magreb habitadas por seres humanos. Esto fue confirmado por nuevos descubrimientos del Instituto de la Ciencia de la Arqueología y el Patrimonio, que ha puesto al descubierto vestigios de culturas neolíticas que datan de más de 50.000 años. Estos descubrimientos fueron realizados al sur de la estación de invierno Michlifen y en la cueva Oubrid Ifri, ubicada en Ain Leuh. Azrou ciudad era el principal mercado de la tribu de Banu Mguild Berber Sanhaja, parte de la confederación de Ait Oumalou. Este pueblo fue escogido por las autoridades coloniales para albergar a partir de 1927 el primer establecimiento de los bereberes de Marruecos
Azrou se situada en las laderas del Atlas medio, se encuentra en un importante cruce de caminos que une la región con el desierto a través de la carretera de Midelt, Er Rachidia, Erfoud y Merzouga, con Marrakech, a 400 Km. a través de la carretera Khenifra, Beni mellal
Historia de Azrou
De origen bereber, fue poblada por los Zenayas, pastores nómadas que se trasladaban desde las cumbres del Atlas en verano hasta los valles de Meknes en invierno.
Sobresale por su entorno natural y sus montañas de origen volcánico, muchos volcanes apagados, como el jebel Hebri de 2104 metros, Mischliffen de 2036, y el antiguo volcán de Timahdite. En sus proximidades se encuentran algunos de los bosques y árboles más longevos del país. Durante el protectorado fue puesto militar francés con una pequeña colonia europea dedicada a la explotación de los bosques, serrerías, carpinterías y ebanistería, creándose un colegio de cultura bereber. De la ciudad colonial quedan algunas construcciones, en general, mal conservadas, como la iglesia y el cementerio. En los últimos años ha tenido un crecimiento espectacular construyéndose nuevos barrios
Parque Nacional de Ifrane
Bosque de Cedros y magnífico monumento natural, el mayor de Marruecos, que se extiende por los alrededores de las ciudades de Azrou e Ifrane. Se encuentran Cedros del Atlas con más de 100 años, grandiosos nogales e imponentes encinas oscurecen la carretera y crean una atmósfera de misterio. Merece la pena acercarse a los lagos de Dayet Asaua, Dayet Ifrah, el valle de las rocas, las cascadas de Vierges y la cima de Jbel Hebri junto a la estación de invierno de Mischiffen. Abunda la fauna, destacando entre los mamíferos: monos, los jabalíes, liebres jinetas. Entre las aves tenemos las perdices, el autillo, el Aguila culebrera, el Piquituerto común, herrerillos, Reyezuelos, etc. que atraen a turismo en la época de caza y para la pesca de la trucha. El leopardo antes frecuente se encuentra en un refugio dentro del bosque.
Se puede acceder por la ruta turística de los Cedros, desde la carretera de Errachidia, antes de llegar al Jebel Hebri por una carretera rodeada de cedros y encinas que nos lleva a Ain Leuh. Otra alternativa es acceder desde la carretera de Ifrane desviándonos dirección el cedro Gouraud, el más famoso del Atlas por su antiguedad




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