viernes, 26 de junio de 2020

DE PASEO POR ÉCIJA (XI): CASAS - PALACIOS (I)

Palacio del Marqués de Alcántara

De esta antigua mansión que perteneció a una de las familias más principales de écija solamente queda la portada. Está documentado que los maestros de obras Lucas Bazán y Pedro Lozano de la Torre intervinieron, durante el segundo cuarto del siglo XVIII, en las obras de reforma que llevó a cabo el IV Marqués de Alcántara del Cuervo, Don Manuel de Villavicencio y Castrillo, en estas sus casas principales.

La portada, elemento más interesante que resta de la edificación original, realizada en mármol, presenta entablamentos ondulantes que, junto a la ornamentación de las jambas y de los arcos, dan al conjunto un estilo singular. 






Casa señorial Fernández de Córdoba

El Edificio fue construido en el siglo XVIII en ladrillo visto, su construcción es sencilla, y lo que más destaca en el es su portada neoclásica. Otra de las cosas que llama la atención es que la última de sus tres plantas está formada por una galería de arcos de medio punto sobre columnas dóricas de ladrillo con molduras. El Palacio de Fernández de Córdoba, hoy en día se utiliza como la sede de la Agencia Tributaria

Casa-Palacio de los Castrillo

Es uno de los más antiguos ejemplos conservados en Écija, fechado a comienzos del siglo XVI, presenta una fachada cuyo elemento más destacado es la portada, en ella se aprecian reminiscencias del gótico final. Es de ladrillos con dintel adovelado pero surmontado por arco conopial y medios círculos afrontados en cada una de las dos mitades. Todo el conjunto queda enmarcado por un cordón que hace las veces de alfiz. La decoración de la parte superior, que enmarca una gran vano, es un añadido de época posterior.



Casa-Palacio de Don García Fernández de Bobadilla

Actualmente es un inmueble muy modificado y convertido en vivienda, se conserva la portada original, realizada en piedra blanca, con vano central adintelado con ménsula en la clave; se enmarca mediante pilastras cajeadas decoradas con pinjantes y sobre la misma, un frontón triangular partido aloja el balcón central. Sobre el mismo, un frontón, similar al anterior, cobija el emblema heráldico de la Familia, rematándose el conjunto con un ático mixtilíneo recorrido por una cinta de azulejos color cobalto sobre el que campean bolas cerámicas.

Palacio de los Condes de Garcilasso

Estos inmuebles, situados en la calle Garcilasso números 5 y 10, pertenecieron al linaje Lasso de la Vega y Fajardo, vinculado a Écija desde el siglo XVI, concretamente antes de 1568.

El edificio con el número 10 presenta una interesantísima portada adintelada, aunque bastante degradada en su tercio inferior. Se encuentra enmarcada por pilastras de orden toscano que se decoran con bajorrelieves de motivos vegetales carnosos. Contorneándola se despliega un baquetón que, en el dintel, se vuelve quebrado y genera unos espacios rectangulares en cuyo interior se disponen veneras y motivos vegetales.

El balcón que se dispone sobre esta portada se guarnece igualmente de pilastras toscanas decoradas con motivos vegetales que se extienden al friso y la clave. El frontón, partido y rizado como el de la portada, aloja el escudo del linaje, sostenido por querubes alados. Este conjunto se data en 1714-1715 y no en los comienzos del XVII; su autor es Juan Jerónimo Ramírez, maestro cantero de Castro del Río (Córdoba), al que, probablemente, se deba la autoría de la portada de la casa nº 5 de esta misma calle, vinculada también a los Lasso de la Vega, de unas características similares.


Casa-palacio de los Aguilar

Se encuentra ubicada en la Calle Palomar de Capuchinos y perteneció a una de las ramas del apellido Aguilar, como lo pregona el emblema heráldico de su fachada.

Posee una buena portada de ingreso al inmueble que es datable en la segunda mitad del siglo XVIII, época en que el edificio sufrió una profunda remodelación adoptando la distribución típica del momento.

Dicha portada se estructura en altura mediante columnas pareadas y unas líneas severas que nos anuncian el neoclásico. En el segundo cuerpo el vano central se presenta flanqueado por pilastras y esculturas de mujeres, rematándose el conjunto con un frontón curvo y roto con edículo y escudo familiar en el centro.

La planta del inmueble se conforma en un amplio zaguán que permite el acceso al apeadero a través de una magnífica cancela de forja; al fondo de éste y bajo pórtico se puede apreciar la puerta de ingreso al patio desde donde arranca la escalera de acceso a la planta superior. 




Palacio del Conde del águila

Profundamente modificado, este antiguo palacio ubicado en la calle Palomar de Capuchinos nº 12, perteneció a los Condes del águila. De la edificación original se conservan dos portadas gemelas a nivel de fachada construidas en ladrillo enfoscado.Estructuralmente se organizan mediante entablamentos ondulados y arcos mixtilíneos característicos del último cuarto del siglo XVIII y que, probablemente, el maestro de obra que las ejecutó tuviese como modelo la preciosa portada del palacio del Marqués de Alcántara.



Palacio del Marqués de Santaella o Conde de Puerto Hermoso, Museo Casa-Palacio de Palma

Se considera que fue la primera casa solar de los Fernández de Bobadilla pues fue mandada construir por D. Garcitello Fernández de Bobadilla; pasó después a propiedad del Marqués de Santaella y posteriormente a los Condes de Puerto Hermoso.

Es un palacio barroco del siglo XVI-XVII, se pueden contemplar sus magníficos artesonados de lacería mudéjar y mobiliario del siglo XIX. Está declarado Bien de Interés Cultural. Perfectamente conservado, este palacio se asienta sobre un antiguo convento de la Orden Dominica. Destaca la portada principal de la fachada, obra del primer tercio del XVIII, con elementos ornamentales singulares consistentes en figuras antepuestas a las pilastras a modo de cariátides. La misma estructura se repite en el segundo cuerpo rematado por un edículo en el que se ubica el escudo heráldico de la Familia. En un lateral de la fachada se ubica un retablo callejero decorado con pinturas murales con la advocación de la Virgen de Valvanera que posee todo el encanto de la época.

 La entrada del palacio da paso al apeadero, a la izquierda las caballerizas y a la derecha el patio central de dos plantas y con arcos de medio punto y columnas de mármol. Desde este patio se accede al patio de los naranjos, con una fuente de piedra y el antiguo pozo conventual que, según una antigua leyenda, conecta con un pasadizo que llega hasta el río Genil. La escalera de acceso a la planta superior es de dos tramos y su caja se cubre de cúpula profusamente decorada con motivos pictóricos ya de la segunda mitad del siglo XVIII.

Cuenta con una planta superior con grandes salones con techo de artesonados mudéjares, galerías y gran cantidad de mobiliario antiguo: la sala del escritorio, la sala de la música, varias galerías con antigüedades, salón comedor con pavimento del siglo XVI y otro salón decorado con artesonado con lacería de estrellas. Como consecuencia de la ley de Desamortización de Mendizábal, las monjas abandonan el convento asentándose posteriormente el Marquesado de las Cuevas del Becerro. En 1843 fue convertido en Plaza de Abastos, en 1899 se instaló el Parque de Intendencia y, desde 1940, la artística casa está habitada por los de Palma.

Es Bienes de Interés Cultural 





Museo Casa-Palacio de los Palma

Ocupa un palacio del siglo XVI-XVII. Está declarado Bien de Interés Cultural

Perfectamente conservado, este palacio se asienta sobre un antiguo convento de la Orden Dominica. La entrada del palacio da paso al apeadero, a la izquierda las caballerizas y a la derecha el patio central de dos plantas y con arcos de medio punto y columnas de mármol. Desde este patio se accede al patio de los naranjos, con una fuente de piedra y el antiguo pozo conventual que, según una antigua leyenda, conecta con un pasadizo que llega hasta el río Genil.

Cuenta con una planta superior con grandes salones con techo de artesonados mudéjares, galerías y gran cantidad de mobiliario antiguo: la sala del escritorio, la sala de la música, varias galerías con antigüedades, salón comedor con pavimento del siglo XVI y otro salón decorado con artesonado con lacería de estrellas. Puede visitarse.

Como consecuencia de la ley de Desamortización de Mendizabal, las monjas abandonan el convento asentándose posteriormente el Marquesado de las Cuevas del Becerro. En 1843 fue convertido en Plaza de Abastos, en 1899 se instaló el Parque de Intendencia y, desde 1940, la artística casa esta habitada por los de Palma.











viernes, 19 de junio de 2020

DE PASEO POR ÉCIJA (X): Iglesia de San Gil

Iglesia de San Gil

La Iglesia de estilo gótico-mudéjar (S. XV), modificada en estilo barroco en el Siglo XVIII, destacar el Cristo de la Salud, el Señor de Écija.

Fundación

La iglesia parroquial de San Gil Abad fue, junto a la de Santiago, una de las que se fundaron en el siglo XV, concretamente en 1479. Corresponde al tipo de iglesia gótico-mudéjar, de tres naves, cubiertas por armaduras de madera, enmascaradas a lo largo de las reformas que sufrió el edificio en los siglos XVII y XVIII.

Iglesia

La iglesia consta de tres naves con capillas adosadas, destacando en el muro del Evangelio la Capilla Sacramental y la Capilla de ánimas. Cuenta con dos portadas de acceso y torre situada a los pies de la iglesia, junto a la nave del Evangelio.

Planta de cruz latina de tres naves separadas por arcos apuntados sobre pilares, cubiertas por bóvedas de aristas y cúpula sobre pechinas en el crucero. A los pies de la nave central se sitúa la tribuna para el órgano. Tras la restauración, llevada a cabo entre 1995-1999, se desmanteló el coro, trasladándose su sillería y retablo de trascoro a una sala interior.

Capilla Sacramental

Realizada en la segunda mitad del siglo XVIII, consta de una nave con crucero y camarín, donde se venera la imagen del Santísimo Cristo de la Salud. La nave se cubre con bóveda de cañón y lunetos y media naranja sobre pechinas en el crucero, cuyos extremos se cubren con exedras aveneradas.

Torre

Situada a los pies de la nave del Evangelio, fue muy afectada por el terremoto de 1684, sufriendo sucesivas reparaciones en la primera mitad del siglo XVIII. En 1775 se decidió derribar la antigua torre y construir una nueva. Las obras fueron supervisadas por el arquitecto Antonio de Figueroa, encargándose de su construcción el Maestro alarife Antonio Caballero. Consta de un elevado fuste de obra latericia, en el que se abre un balcón en uno de sus frentes con profusa decoración de ladrillo tallado, alternándose con vanos circulares.

El primer cuerpo, denominado de campanas, consta de dos vanos de medio punto en cada uno de sus frentes, flanqueados por medias columnas abalaustradas, elevadas sobre pedestales. El segundo cuerpo se enmarca por una potente balaustrada pétrea, de cuyo centro emerge un cuerpo ochavado de cuatro vanos, enmarcados por columnas con capiteles compuestos. El tercer cuerpo queda delimitado por un antepecho mixtilíneo de mampostería, del que parte otro cuerpo ochavado y que repite el esquema compositivo de vanos del cuerpo inferior, con la particularidad de que estos son trilobulados y se enmarcan por estípites. El conjunto se remata por un cupulín bulboso sobre el que se alza una cruz de forja con veleta. La decoración del conjunto combina molduras y capiteles de ladrillo tallado, elementos decorativos pétreos, revocos pintados y cerámica azul vidriada. Esta última se centra en pedestales, balaustres, etípites, fajas, cupulín, etc., lo que crea un efecto polícromo muy interesante, junto con el enfoscado de los cuerpos superiores que lo diferencia claramente del fuste de ladrillo limpio. 













Convento de la Santísima Trinidad y Concepción de Nuestra Señora (Las Marroquíes)

Su nombre no proviene del país del otro lado del estrecho sino del apellido de su fundadora. Concretamente a Francisca Marroquí, quien fundó el convento al que señala la torre. Fue declarado Bien de Interés Cultural mediante resolución de 7 de julio de 2008.

Fundación

Pertenece a la Comunidad de Concepcionistas Franciscanas, llamadas popularmente “Las Marroquíes” en recuerdo al apellido de su fundadora.

El 11 de noviembre de 1583, el Arzobispo D. Rodrigo de Castro, inicia el proceso de fundación en manos de las hermanas Marroquí. Pero no será hasta el 14 de julio de 1599 cuando se autorice definitivamente a Dª Francisca Marroquí y a sus sobrinas Luisa Marroquí y Ana Mendoza, con otras damas de la ciudad, a fundar un convento de monjas descalzas de la Limpia Concepción de Nuestra Señora, convento que contará a partir de esta fecha con la protección directa del cabildo astigitano.

Iglesia

La iglesia es de una sola nave, a la que se accede mediante una portada ubicada en el muro de la Epístola, situándose la espadaña en ángulo a los pies de la iglesia.

De una sola nave con presbiterio elevado sobre gradas y los coros alto y bajo a los pies. Se cubre mediante artesonado con decoración de lacería, que data de la época fundacional.

Cabe mencionar la decoración del conjunto con yeserías barrocas.

Portada

Realizada en ladrillo y enfoscada en almagra, parte de un gran vano central adintelado flanqueado por pares de pilastras cajeadas, sobre las que descansa el entablamento que sirve de base a un frontón curvo partido con remates piramidales terminados en bolas. En el centro tiene una hornacina de medio punto, que alberga una escultura de bulto redondo de la Inmaculada Concepción, flanqueada por pilastras lisas, rematándose el conjunto con un frontón triangular con acabados de bolas.

Espadaña

La torre es la más baja de las once torres. Realizada entre 1760 y 1760, responde a un tipo intermedio entre espadaña y torre. Cuenta con fuste de ladrillo de planta cuadrada, que se une al cuerpo de campanas triangular, mediante cuatro grandes pinjantes que sirven de apoyo a un friso moldurado con inscripción. Sobre éste, dos arcadas de medio punto, con sus campanas, flanqueadas por balaustres sobre pedestales, sobre los que se apoya  un friso y cornisa de similares características al inferior.

El conjunto se corona con medios tímpanos curvos y un cupulín lobulado que sirve de base a una cruz de forja. Posee abundante decoración de ladrillo tallado y azulejería, el primero utilizado para los elementos sustentantes, cornisas, etc., y el segundo para antepecho, frisos, fajas, enjutas, tímpanos, cupulín, etc. Decoración que se ve acrecentada gracias al enfoscado en blanco que recorre sus paramentos



Convento de Santa Florentina

Fundación

Pertenece a la Orden de Religiosas Dominicas desde su fundación en 1461, avalada por damas de la familia de los Tordesillas y de la de Cuadros, quienes donaron la fundación y costearon la fábrica del templo. Se tiene por el más antiguo de Écija, y es uno de los primeros que existieron en Andalucía dentro de su Orden (dominica). La fábrica primitiva sería un edificio de estilo mudéjar, aunque actualmente predominan las estancias barrocas. De ese primer edificio se conserva una portada con arco apuntado y alfiz por la cual se accede al torno. Sucesivas reformas fueron enmascarando la antigua construcción, edificándose el claustro principal en el siglo XVII y labrándose de nuevo la iglesia a principios del siglo XVIII, al pertenecen la mayoría de las dependencias del convento, entre ellas la sacristía (1708), el refectorio, la iglesia (1714), la portada principal (1759) y el campanario.

 

Iglesia

La iglesia consta de una sola nave con presbiterio y coro alto y bajo a los pies, a la que se accede mediante una portada de cantería que se abre en el muro de la Epístola, situándose la espadaña en la confluencia de este muro con los pies de la iglesia.

Al igual que la mayoría de las iglesias de conventos femeninos, consta de una sola nave diferenciada del presbiterio, elevado sobre gradas, mediante un gran arco toral; la nave se cubre con armadura de madera a dos aguas, mientras que el presbiterio lo hace por cúpula de media naranja sobre pechinas. El retablo mayor barroco es de gran calidad artística. La composición arquitectónica se relaciona con el taller de Cristóbal de Guadix y la obra escultórica con el de Pedro Roldán.

 

Claustro

Se encuadra dentro de las construcciones realizadas en el siglo XVII. Es de planta cuadrada, con dos cuerpos y se encuentra porticado en sus cuatro frentes con arcos de medio punto sobre columnas toscanas. En las enjutas de los arcos del cuerpo inferior están enmarcada con decoración que evoca al antiguo álfiz y en la galería superior medias bolas vidriadas en azul.

Tanto la espadaña como el claustro han sido restaurados durante el 2004-2005 por el Ministerio de Educación y Cultura.

Portadas

La portada principal, en piedra blanca de Estepa, es estilo barroco, está enmarcada por pares de columnas con decoración de mascarones. Se articula en torno a un vano adintelado flanqueado por columnas pareadas sobre pedestales con capiteles compuestos, sobre los que descansa el entablamento, decorado con escudos y dos tondos con mediorrelieves de Santo Domingo y Santa Florentina, que flanquean un pinjante con una inscripción que contiene el año de 1759, fecha de su realización. El entablamento sirve de base a un frontón curvo partido del que emerge sinuosa una hornacina rematada por un entablamento ondulado con la imagen en mármol de Nuestra Señora del Rosario. Tanto del remate como de los lados del frontón partido emergen copetes que realzan su verticalidad. El frontón partido alberga una hornacina con la Virgen del Rosario, fechada en la cartela hacia 1759.

 

Espadaña

Según algunas investigaciones la espadaña podría haberse realizado en las obras llevadas a cabo en 1791, conjuntamente con el refectorio, siendo Priora Sor Josefa María Martel y Morales. Su planta es triangular achaflanada en la parte central, lo que le configura tres frentes. Consta de tres cuerpos, el inferior recuerda al fuste de una antigua torre, o espadaña de mayor envergadura, sobre el que se asienta el primer cuerpo de tres vanos; el central achaflanado, de medio punto y almohadillados con decoración en la clave central, enmarcados por pilastras. El tercer cuerpo consta de un frontón triangular de cuyo centro emerge un pequeño vano de medio punto, flanqueado por pilastras y rematado por un frontón triangular. La decoración del conjunto se realza con la utilización de fajas de azulejería y bolas, así como pináculos que dotan de gran esbeltez al conjunto.







DE PASEO POR ÉCIJA (IX): Iglesia Mayor de Santa Cruz en Jerusalén

Fundación

Se encuentra situada en la Plaza de Nuestra Señora del Valle. Los restos más antiguos se remontan a época visigoda, cuando era la sede de los Prelados Astigitanos, siendo convertida tras la invasión árabe en mezquita mayor.

Tras la Reconquista y en el repartimiento de la ciudad efectuado por Alfonso X en 1263, fue designada Parroquia Mayor bajo la advocación de Santa Cruz en Jerusalén.
Respondía al tipo de iglesia gótico-mudéjar, de planta de cruz latina con cinco naves, tres de comunicación y dos de capillas laterales, además de crucero y cúpula. El conjunto se completaba con dos portadas, claustro, cementerio y torre.

De esta construcción se conserva un arco mudéjar, parte del claustro y la torre, desapareciendo el resto del edificio en el derribo efectuado en 1775 con miras a construir la iglesia de nueva planta.

Iglesia

Las trazas fueron encargadas a Antonio Matías de Figueroa, siendo el proyecto definitivo de José álvarez, Maestro Mayor de obras del Arzobispado de Sevilla, con reformas posteriores de manos de Ignacio de Tomás.

La iglesia proyectada contaba con planta de salón de tres naves y cinco tramos. En diciembre de 1836 se habilitó parte del ambicioso proyecto, y se abrieron al culto tres de los cinco tramos realizados, presentándose en alzado a modo de planta centrada de cruz griega con cúpula sobre pechinas en el crucero.

En 1929 se finalizaron las obras de la capilla de Nuestra Señora del Valle situada en el testero de la nave del Evangelio.

Arco Mudejar

Perteneció a una de las dos puertas de acceso al edificio gótico-mudéjar. Consta de un gran arco apuntado sobre capiteles y medias columnas tallados en su interior, centrándose la decoración en las enjutas mediante la aplicación de yeserías con atauriques y escudos, todo enmarcado por un alfiz.

Torre

Se caracteriza por ser la única de la ciudad que posee planta rectangular, reutilizando el fuste del antiguo alminar de la mezquita. Heredera directa del campanario trazado en 1568 por Hernán Ruiz II para la Giralda de Sevilla, su fisionomía actual se remonta a las obras efectuadas a lo largo del siglo XVIII, en las que intervinieron maestros de la talla de José Páez de Carmona y Juan Núñez.
Tanto la planta rectangular como la decoración de azulejos que recorren pilastras, vanos, antepechos, enjutas y cupulín, le confieren un marcado sentido clásico con aires renacentistas. El primer tercio del fuste es macizo y se corresponde con la parte del antiguo alminar, al que se añade la prolongación renacentista con una escalera de caracol interna con iluminación mediante vanos circulares y cuadrados.

El primer cuerpo se delimita mediante un antepecho pétreo de claras influencias de la Giralda, sobre el que se distribuyen los vanos de medio punto con ménsula en la clave central, para las campanas, dos en los lados mayores y uno para los menores. El segundo cuerpo, denominado de la matraca, consta de un antepecho de ladrillo con lucernarios de cantería en sus ángulos, antepecho que delimita un espacio cuadrado del que emerge un cuerpo circular cuadrifonte con pilastras de capitel jónico, rematado en sus cardinales por arcos de triple inflexión. El último cuerpo, también circular y flanqueado en sus frentes por lucernarios, consta de cuatro vanos adintelados rematado por un cupulín sobre el que se asienta una figura angélica que hace las veces de veleta.

La iglesia contiene interesantes obras barrocas. El retablo mayor, del siglo XVIII, procede del Convento de la Concepción de los Mercedarios y está dedicado a la Virgen del Socorro. Tiene un interesante sarcófago  paleo-cristianoen el altar mayor del siglo V con escenas bíblicas talladas en la piedra y un Museo de Arte Sacro. Se ubica en ella la Virgen del Valle, Patrona de la ciudad. el Nazareno y el Cristo de la Sangre.

Museo de arte Sacro, con obras de los siglos XVI al XIX, el museo nace por iniciativa del párroco D. Antonio Pérez Daza, motivado por conservar, transmitir y exponer el valioso legado hístorico-artístico de la Iglesia mayor "astigitana", mostrando en su mayor parte obras de arte sacro desde el siglo XVI al XIX. El retablo neo-barroco presidido por la Virgen del Valle, le sirve de pórtico de entrada, dando paso a las antiguas dependencias con carácter museográfico.

El museo alberga una gran colección de orfebrería del siglo XVIII. Portapaces, paños, palios, atriles, sacras, pinturas, esculturas, muebles, cornucopias, acetre, campanillas, cruces, copones, custodias, fuentes, altares y copas. Destaca un Atril de Arte Nambon, “Shokendai” hecho en Japón en el periodo Momoyama, en 1573, así como una Custodia de Asiento de Francisco de Alfaro Hernández, Sevilla 1586, en plata dorada.
















Iglesia de la Inmaculada Concepción (Hospitalito)

Fundación

La fundación del denominado Hospital de los Galindos se remonta a 1592 en virtud del testamento de  D. Juan Fernández Galindo de Rivera. Las obras finalizaron cinco años después según se desprende de la inscripción de la portada.

Iglesia

La iglesia es de una sola nave con coro alto a los pies, separada del presbiterio mediante un arco toral; ambos espacios se cubren con armaduras octogonales con decoración de lacería y piñas de mocárabes. A ella se accede mediante una portada, sobre la que se sitúa la espadaña.

Portada

Realizada en ladrillo simulando almohadillado pétreo, y guarnecida por un tejaroz, se sitúa a los pies de la nave. Consta de dos cuerpos, el inferior presenta un vano de medio punto con ménsula en la clave central, flanqueado por pilastras toscanas sobre las que campea un friso que porta la inscripción fundacional. El cuerpo superior se articula en torno a una hornacina central que repite el esquema del inferior, flanqueada por escudos y remates piramidales, en la que se aloja una escultura de mármol de la Purísima Concepción.

Espadaña

Posterior al resto del edificio, puede encuadrarse en la segunda mitad del siglo XVIII. Consta de un cuerpo con un solo vano de medio punto, flanqueado por pilastras de perfil sinuoso que arrancan en su base de pinjantes, rematado por un frontón triangular partido. El enfoscado bícromo de albero y almagra, resalta las partes arquitectónicas de las puramente decorativas.


Iglesia de la Limpia Concepción de Nuestra Señora (Los Descalzos)

Fue declarada Bien de Interés Cultural por el Decreto: 120/2002, de 2 de abril de 4 de junio de 2002.

 

Fundación

Esta iglesia perteneció al convento de los Padres Carmelitas Calzados desde su fundación en 1591 hasta la desamortización. En 1910 la orden religiosa volvió a tomar posesión de una parte del edificio, ya que las dependencias conventuales fueron derribadas, y en parte adaptadas, para la construcción del Asilo de ancianos regido por las Hermanitas de los Pobres. La comunidad estuvo presente en la localidad hasta mediados del siglo XX. A partir de esa fecha la iglesia pasó a estar bajo la jurisdicción de la iglesia parroquial de Santa María de la Asunción.
La fundación del convento de la Limpia Concepción de Nuestra Señora corrió a cargo del Regidor D. Sancho de Rueda y de su esposa Dª María de Cárdenas, apoyados en todo momento por Fray Agustín de los Reyes. Los fundadores donaron unas casas en la calle de la Marquesa que pertenecieron al Conde de Biedma, donde se construyó el convento. Tras ser autorizado el establecimiento de la orden en la ciudad de écija, la comunidad tomó posesión de las casas el 19 de septiembre de 1591.

 

Iglesia

La iglesia es de planta de cruz latina de una sola nave, con crucero, capillas laterales entre los contrafuertes comunicadas entre sí, coro alto a los pies y presbiterio con testero plano, tras el que se encuentra la sacristía. La única nave se cubre con bóveda de cañón con lunetos y cúpula de media naranja sobre pechinas en el crucero. La iglesia fue inaugurada en 1614, siendo totalmente transformada a lo largo del siglo XVIII cuando se le añadió la rica decoración de yeserías y pinturas murales, que dotan al conjunto de gran singularidad. La elaboración de estas yeserías llegó a su punto culminante entre 1760 y 1770 presentando abundantes motivos de rocalla. Destaca también el órgano.

Portadas

La portada de la iglesia data del siglo XVII; construida con ladrillo tallado y enfoscada de almagra, consta de dos cuerpos. El inferior se articula en torno a un gran vano central de forma rectangular, con sus laterales almohadillados y decoración en la clave central. Está flanqueado por pares de columnas toscanas con éntasis sobre pedestales, que soportan el entablamento en el que apoya un frontón triangular partido decorado por pares de remates piramidales terminados en bolas. El segundo cuerpo, coronado por un frontón curvo, repite el mismo esquema compositivo, pares de columnas en cuyo centro se ubica una hornacina de medio punto con decoración en la clave, que alberga la imagen de terracota policromada de la Inmaculada Concepción. Finalmente sobre la portada se abre un ventanal de luz, de medio punto abocinado, que conserva restos de decoración pictórica de elementos de rocalla. Los paramentos del hastial han recuperado los esgrafiados originales en la reciente restauración a la que ha sido sometido el conjunto.
Respecto a la portada del desaparecido convento, está realizada en piedra blanca de Estepa con incrustaciones de mármol negro. Consta de un gran vano central entre pilastras toscanas con decoración mixtilínea, a modo de estípites, sobre las que descansa el dintel con rica decoración moldurada en cuyo centro se aloja el escudo de la orden. Sobre éste, el entablamento de perfil mixtilíneo sirve en su ascenso de base a una escultura de bulto redondo de San José con el Niño, realizada en mármol, flanqueándose el conjunto por aletas rizadas y aveneradas con remates. La escultura de San José fue colocada en 1878 cuando el convento fue destinado a Asilo de Ancianos de las Hermanitas de los Pobres.

Espadaña

El terremoto de 1755 afectó gravemente a la antigua torre, iniciándose las labores de construcción de la actual espadaña. Consta de dos cuerpos y tres vanos de medio punto para las campanas. El primero cuenta con dos vanos flanqueados por pilastras, de perfiles sinuosos, que sustentan el entablamento que sirve de base a un frontón partido con remates piramidales. De éste emerge el segundo cuerpo con un vano entre pilastras, coronado por un frontón triangular. La espadaña presenta perfiles sinuosos y decoración a base de molduras y azulejos.

Restauración

Debido a la gran importancia que tiene este edificio dentro del Barroco andaluz, fue seleccionado por la Consejería de Cultura para que formase parte del Proyecto Andalucía Barroca 2007, en el ámbito de restauración de inmuebles. El proyecto de rehabilitación y la dirección de los trabajos han corrido a cargo del arquitecto Fernando Mendoza Castells, durante el periodo comprendido entre 2006 y 2009.

Las obras han incluyeron una actividad arqueológica preventiva, la mejora del terreno de cimentación y atado de muros, la intervención sobre la estructura del inmueble, restauración de cubiertas y espadaña, cosido de lesiones, sustitución de solerías y restauración igualmente de carpinterías y cerrajerías. También se ha llevado a cabo la fijación de toda la decoración parietal sobre muros y bóvedas, así como los elementos decorativos de yeso y pintura mural, la consolidación de la portada, reforma de la instalación eléctrica, contra incendios e instalación de iluminación interior y exterior, restauración de retablos y de todos los bienes muebles del templo. Igualmente, se ha restaurado el órgano de la iglesia, a cargo del experto Gerhard Grenzing, uno de los más prestigiosos organeros del mundo.


Convento de la Visitación de Santa Isabel

Fundación

Perteneció a la Comunidad de Religiosas Mínimas de San Francisco de Paula hasta la desamortización, siendo entregado en 1938 a la Congregación de María Santísima de los Dolores y San Felipe Neri.

Su origen se remonta a unas casas situadas en la calle Emparedamineto, junto a la Iglesia de Santiago, donde unas mujeres enderezaban las vidas de las descarriadas. En 1570 se trasladaron al lugar que hoy ocupa el convento, bendiciéndose la iglesia el 13 de mayo de 1573, bajo la advocación de la Visitación de Nuestra Señora Santa Isabel.

La definitiva fundación se efectuó el 1 de marzo de 1726, acogiéndose la comunidad a las Reglas de los Mínimos de San Francisco de Paula, ofreciendo la iglesia y el convento

Iglesia

La iglesia, a la que se  accede por la portada situada en el muro de la Epístola, es de una sola nave separada del presbiterio por arco triunfal y gradas, situándose al final de la nave el coro alto y bajo, ambos con rica decoración de yeserías. La nave y el presbiterio se cubren por alfarjes con decoración de lacería, fechados en el último cuarto del siglo XVI.

Claustro

Contemporáneo a las construcciones realizadas en la segunda mitad del siglo XVIII, se corresponde este patio de planta cuadrangular de dos cuerpos y tres arcadas en cada uno de sus frentes. El cuerpo inferior presenta arcos trilobulados y el superior arcos carpaneles, decorados con pinjantes en las claves y sustentados sobre columnas toscanas.

El espacio queda centralizado por una fuente octogonal, con balaustre y taza, realizada en mármol.

Portadas

Alegando falta de fondos para terminar las obras y poder realizar una nueva portada a la Iglesia, la comunidad solicitó al Gobierno les fuera cedida la portada de mármol del extinguido Colegio de San Fulgencio de la Compañía de Jesús. Ante la negativa gubernamental, las religiosas efectuaron un gran esfuerzo económico en la realización de la nueva portada, que fue inaugurada el día de la Ascensión de 1775. Realizada en mármol blanco con incrustaciones de mármol negro, es de traza sencilla. Consta de un vano central con aires conopiales flanqueado por pilastras sobre las que descansa el entablamento, que a su vez sirve de base a un frontón mixtilíneo partido con copetes laterales, en cuyo centro se ubica un relieve de la Visitación de Santa Isabel, rematando el conjunto el escudo de la orden.

Espadaña

La espadaña, en disposición angular, se sitúa en uno de los patios interiores, justo en el ángulo que forma el muro del Evangelio con los pies de la iglesia y debido a la estrechez de la calle pasa casi desapercibida.

Consta de dos cuerpos dispuestos en ángulo recto, y tres vanos, dos inferiores y uno superior. Construida con fábrica de ladrillo, la decoración se realiza a través de ladrillo tallado y azulejos, donde sobresalen pinjantes, capiteles, entablamentos moldurados, remates y pilastras onduladas. El conjunto presenta un enfoscado bícromo diferenciando las partes arquitectónicas de las puramente decorativas.