El monasterio de Tentudía perteneciente
a la localidad de Calera de León, se encuentra a 1112 metros de altitud en la
cima del pico Tentudía, máxima altura de la provincia de Badajoz, fue fundado
por el Maestre Pelayo Pérez Correa en la segunda mitad del siglo XIII. A
principios del siglo XVI, el Eremitorio de Santa María de Tudía fue declarado
Monasterio por el Papa León X, lo que supuso la adjudicación de grandes
privilegios y el monasterio fue adquiriendo más importancia. Fue cabecera de la
Vicaría de Santa María de Tudía y albergó un importante colegio de humanidades.
La Vicaría de Tudía comprendía nueve pueblos de la zona y a mediados del siglo
XVI se creó un Colegio de Letras (humanidades) que estuvo en funcionamiento
hasta principios del siglo XIX, época en la que el Monasterio fue perdiendo
influencia y el edificio fue cayendo poco a poco en estado de abandono, cercano
a la ruina en algunas ocasiones, como describe la revista “La ilustración
artística” en su número 1112 de 20 de abril de 1903 denuncia el abandono en que
se encontraba el retablo del monasterio:“(…)
en 1881, el malogrado pintor sevillano D. José Alonso Morgado dio á conocer
otra inestimable producción del eximio artífice, dejándonos extensa descripción
del retablo que yace en el mayor abandono en la iglesia de Tentudia, en la
Calesa de León, provincia de Badajoz“.
El 12 de febrero de 1925, el diario “El siglo futuro” habla de la
restauración del monasterio por parte del obispo de Badajoz y su ofrecimiento a
aquella orden religiosa que quiera instalarse en él:“(…) Ese monasterio se derrumbó. Y un día el ilustrísimo señor Obispo
de Badajoz subió hasta el pie do aquellas ruinas, y dolorido aprestose; a
restaurar el monasterio. Para comenzar sus obras se desprendió del único valor
que sobre sí llevaba: un reloj de oro. Tal sacrificio pecuniario inicial
inauguró una serie de sacrificios eanálogos, hasta quedar restaurado lo que con
tales penurias puede restaurarle; pero lo bastante para dar habitación a
quienes puedan ser conservadores beneméritos de esas piedras veneradas ¿Quienes
pueden ser? Al hablar de beneméritos se alude sin duda a una orden religiosa. A
la que lo acepte, lo ofrece el señor Obispo de Badajoz. (…)“. Actualmente está
declarado como BIC (Bien de Interés Cultural) (fue
declarado Monumento histórico-artístico perteneciente al Tesoro
Artístico Nacional mediante decreto de 3 de junio de 1931
La parte exterior del edificio,
de aspecto robusto, ha sufrido modificaciones y restauraciones diversas a lo
largo del tiempo.
Su claustro mudéjar fue añadido a
principios del siglo XVI con un aljibe central y organizado en dos
alturas. Consta de dos plantas con cuatro arcos de medio punto peraltado en la
planta baja y cinco arcos escarzanos en la superior, todo ellos con alfiz.
En ambos casos los soportes son pilares octogonales.
Del monasterio destaca el retablo
mayor realizado por Niculoso Pisano en 1518; en él se mezclan el estilo mudéjar
y renacentista. Preside el templo la imagen de la Virgen de Tentudía,
El claustro da acceso a la
iglesia del Monasterio y a diversas dependencias.
La iglesia es de una única nave,
cubierta con bóveda de cañón. Pese a las diferentes trasformaciones que
fue sufriendo, se respetó la cabecera, con lo que las amplias capillas
laterales, quedaron inalteradas levantadas con bóvedas de arista sobre trompas,
en las que se dispusieron enterramientos de algunos maestres de la orden, entre
ellos el sepulcro del Gran Maestre D. Pelay Pérez de Correa. Para el presbiterio la
Orden de Santiago encargó en 1518 un retablo de azulejería al prestigioso
maestro azulejero Francisco Niculoso Pisano, de origen italiano pero
afincado en Sevilla. Está formado por 640 piezas con unas dimensiones de 3,4
metros de alto por 2,6 de anchura. Pisano distribuyó tan amplio espacio en tres
calles. Las laterales divididas en tres cuerpos, mientras que sólo hay uno en
la central, rematado por un Calvario a cuyos pies se simula
una hornacina bajo dosel sostenido por ángeles, que queda a su vez
enmarcado por el tema del árbol de Jessé. Los laterales del retablo y el
banco se decoran con grutescos variados. Las escenas principales del conjunto
hacen alusión a la vida de María, pero en los cuerpos inferiores el ceramista
reflejó dos retratos más mundanos: el de Pelay Pérez Correa, a la
izquierda, y el de Juan Riero, el canónigo que encargó la obra, a la derecha;
ambos se encuentran arrodillados en actitud de orar. Este retablo es uno de los
elementos más importantes del monasterio en la actualidad.En el retablo se
puede apreciar una placa con la inscripción: NICVLOSVUS PISANVS ME FECIT
A.D.1518
La leyenda sobre el Monasterio de
Tentudía tiene su origen en el siglo XIII, durante la Reconquista, cuando el
monarca Fernando III El Santo encargó al maestre Pelay Pérez Correa, de la
Orden de Santiago, tomar a los sarracenos las sierras de la comarca de
Tentudía. Durante una batalla contra los árabes, el capitán Pelay Pérez Correa,
maestre de la Orden de Santiago, al ver que llegaba la noche y no obtenía la
victoria, imploró a la Virgen gritando: ¡Santa María, detén tu día!. Y cuenta
la tradición que el sol se detuvo en el horizonte para permitir a las tropas
cristianas la victoria. El maestre mandó edificar un templo para Santa
María de Tentudía.