viernes, 28 de febrero de 2020

ALINEACIÓN DE LA FORADÀ, VALL DE LA GALLINERA

El término de la Vall de Gallinera se localiza en el interior de la comarca de la Marina Alta, en el extremo septentrional de la provincia de Alicante, en el límite con la provincia de Valencia. Posee 53,67 km2 y es un municipio formado por ocho núcleos urbanos, que de Oeste a Este son: Benissili, Llombai, Alpatró, La Carroja, Benitaia, Benissivà, Benialí y Benirrama. La Rambla Gallinera ha excavado una estrecha depresión margosa cerrada al Norte por la Serra de la Safor, las de Almirante y Albureca, y al Sur por la Serra Foradada.
La etimología del término Gallinera proviene del mote pre-romano formado por KAL (roca, peña) e INAR (obertura, agujero), por lo que el topónimo indica el referente paisajístico más destacado del valle, la denominada Penya Foradà, que es una roca horadada que forma un arco de piedra, situada en una de las cimas de la Serra Foradada, a 737 m de altitud.
En 1611 el duque de Gandía favoreció la fundación del convento a frailes descalzos de la orden de San Francisco construyeron cerca de Benitaia, en la Vall de la Gallinera, colocándose la primera piedra el 11 de junio, al día siguiente del otorgamiento de la Carta Puebla, bajo el patronato del Duque de Gandía. Lo edificaron justo en el lugar donde, coincidiendo con el día de su santo patrono, San Francisco de Asís (4 de octubre), los rayos del Sol atraviesan la Foradà y lo iluminan. La construcción el monasterio está relacionada con la expulsión de los moriscos a comienzos del siglo XVII.
La Peña Foradada dispone de un arco de piedra natural de unos 3,5 m de altura que se puede observar desde diferentes puntos del valle, y a través de él dos días al año, el 4 de octubre (a las 16h 20m hora local) y el 9 de marzo (a las 17h 42m hora local), los rayos del sol pasan por el agujero, estos datos fueron calculados por José Lull con operaciones de trigonometría esférica. Estos días varían de año en año, lo que se refleja en un pequeño desfase de unos días, según el año. A consecuencia de las dimensiones de la Foradà hay un alto grado de focalización en la alineación, por lo que el fenómeno dura un poco menos de dos minutos












jueves, 20 de febrero de 2020

DE PASEO POR: EL PUNTAL DELS LLOPS

El Puntal dels Llops es un pequeño asentamiento fortificado, de 650 metros cuadrados, situado 10 kilómetros al norte de la antigua ciudad de Edeta (Llíria, Valencia) Se ubica en el cerro de El Colmenar, en la localidad de Olocau, en la sierra Calderona a una altitud de 427 metros.
Su localización le permite controlar visualmente la comarca de Camp del Turia y el corredor del Barranco de Carraixet que da paso al norte, comunicando el valle del Turia con el del Palancia.
Conocida su existencia desde comienzos del siglo XX, en los trabajos de excavación se documentó la existencia de dos fases de ocupación superpuestas estratigráficamente. La primera corresponde a la Edad del Bronce (segunda mitad del II milenio antes de Cristo) y finalizó a consecuencia de un incendio de causas desconocidas. La segunda, perteneciente a la cultura ibera, se inició a finales del siglo V a.C. o principios del siglo IV a.C. y llegó a su fin en el primer tercio del siglo II a.C., tras una destrucción violenta que supuso su abandono definitivo.
Responde al tipo de asentamiento denominado de calle central, pues se trata de un poblado alargado que está atravesado longitudinalmente por una calle, a ambos lados de la cual se distribuyen los 17 departamentos. El Puntal es, en conjunto, una gran unidad doméstica en la que vivieron unas 30 personas.
El asentamiento ostenta dos murallas y una torre que lo definen como una pequeña fortaleza de 960 metros cuadrados. Junto a otras similares formó parte del sistema defensivo y de vigilancia del territorio de la ciudad de Edeta (edetanos) y está considerado uno de los mejores ejemplos de atalaya de época ibérica. Presenta una superposición de dos murallas. La muralla exterior, que defiende la entrada y delimita un espacio no habitado, está construida con grandes bloques de piedra en el pequeño tramo en que se conserva. La interior, de menos de un metro de anchura, delimitaba el área habitable. A ella se adosa la torre del Puntal dels Llops, ésta se ubica junto a la puerta de entrada al recinto, coincidiendo con la parte más elevada del asentamiento. Está formada por dos cuerpos y permanece adosada al lienzo de muralla. Este muro exterior fue construido con grandes bloques de piedra y servía para delimitar el espacio no habitado, así como para defender la entrada. Además, protegía el recinto por su cara oeste. El acceso a la ciudadela ibera se realizaba a través de un estrecho corredor a doble codo, otro elemento de carácter defensivo, que daba paso a la rampa de acceso y a la calle principal. El asentamiento consta de diecisiete departamentos configurando un recinto alargado e irregular, presentan unas dimensiones que oscilan entre 12 y 21 metros cuadrados. Los situados al oeste tienden a presentar una mayor amplitud y su suelo se haya entre 50 cm y 1 m por debajo del nivel de la calle, a diferencia de los del este, con suelos al mismo nivel que la calle. Los departamentos estaban separados por muros medianeros y se dispusieron adosados a la fachada interior de la muralla. Los cimientos de mampuestos, hoy visibles, se completaban con alzados de adobe. Todas las paredes estaban enlucidas y encaladas. Los suelos eran de tierra apisonada o endurecida, aunque hubo esteras de esparto. Los techos eran planos a modo de terraza, construidos con un entramado de vigas y rollizos de madera y una cubierta vegetal, de cañizo o romero, que sostenía una gruesa capa de tierra. Las escaleras de piedra conservadas y adosadas a algunas fachadas indican que existieron pisos elevados. Los departamentos tenían puertas de madera de un batiente que abrían hacia la calle. Se supone que algunas podrían tener cerraduras, también de madera, que no se han conservado pero que se conocen bien por las llaves de hierro encontradas. Estas llaves son similares a las utilizadas actualmente en pueblos de la serranía valenciana y en otras zonas mediterráneas.
La agricultura jugó un papel fundamental en este poblado ibero. Sus moradores se dedicaron al cultivo de cereales, vid y árboles frutales derivados de la explotación forestal del entorno (olivos, almendros, higueras…) Así queda atestiguado con los hallazgos documentados en el lugar de herramientas de trabajo, tinajas y ánforas, así como restos de molinos con los que obtenían las harinas para su alimentación. Resulta significativo el hallazgo en Puntal dels Llops de un pebetero con cabeza de mujer que representa a la diosa Tanit de los fenicios, protectora de la agricultura.
La llegada y dominación romana sobre este territorio provocó que el sistema defensivo edetano quedara desmantelado entre los años 190-180 a.C. Roma ordenó la demolición de todas las murallas, la destrucción de los fortines y obligó a los supervivientes íberos a descender sobre llano para ejercer una mayor presión sobre ellos. Puntal del Llops no fue una excepción. La población de la cercana Edeta fue trasladada fuera de las montañas, donde con posterioridad se fundará la ciudad hispanorromana de Lauro.



















viernes, 14 de febrero de 2020

FIESTAS DE MOROS Y CRISTIANOS DE ONTINYENT 2019 (V): BAJADA DEL CRISTO DE LA AGONIA


La Bajada del Cristo de la Agonía es una celebración religiosa anterior al nacimiento de la fiesta moro-cristiana de la época moderna, aunque en ella participan las 24 comparsas de dichas fiestas. Tiene lugar anualmente cuarto sábado del mes de agosto. El pueblo de Ontinyent traslada la imagen del Cristo desde la ermita de Santa Anna a la Real Parroquia de Sant Carles. El acto empieza con un parlamento a los pies de la ermita entre el embajador moro y el cristiano, obra de José María Royoy, a continuación, comienza una batalla con arcabucería.
Los cristianos salen desde la loma de Santa Ana, mientras que los moros lo hacen desde la Glorieta, todos ellos acompañados de trabucos, arcabuces y espingardas. Una vez los dos bandos se encuentran en el parque del Escorxador, las festeras y festeros formarán en procesión acompañando al Santísimo Cristo de la Agonía, a quien se le dedica la fiesta morocristiana en Ontinyent, hasta la iglesia de San Carlos, donde permanecerá hasta el próximo 8 de septiembre, cuando volverá a la Ermita de Santa Ana. 
La Bajada es considerada por los ontenienses en su vertiente religiosa el símbolo máximo de sus fiestas de moros y cristianos. 

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