Eulalia fue una niña emeritense martirizada en la ciudad durante las persecuciones ordenadas por el emperador Diocleciano entre el 303 y 305 d.C.
Con posterioridad fueron varios los
poetas que ensalzaron a la Mártir, entre ellos Prudencio en su poemario “de las
Coronas” o Peristephanon, del siglo IV o, en el siglo siguiente, el obispo
local Hidacio. El túmulo que se hizo para recordar la memoria de Eulalia nos
los describe Gregorio de Tours en su Libro en honor de los Mártires, ya en el
siglo VI. Por último, una obra del siglo VII, Vidas y los Milagros de los
Santos Padres de Mérida atribuida a un diácono llamado Paulo, es la que mejor
refleja la devoción que desde los albores de la Edad Media tienen los
emeritenses por su Patrona y, sobre todo, describe más fidedignamente el poder
del obispado emeritense y la fastuosidad de sus edificios.. Es más, buena parte
de lo descrito en ese libro (la basílica y la escuela de niños y el monasterio
unidos a ella), cuyas ruinas subyacen bajo el templo románico tardío que
admiramos, ha sido confirmado por los hallazgos que proporcionaron las
excavaciones arqueológicas realizadas entre 1990 y 1992.
Antes de erigirse aquí un cementerio
cristiano a fines del siglo III, este espacio estuvo ocupado por una serie de
mansiones suburbanas, de las que quedan restos, como es el caso una pileta con
todo el utillaje de tocador. La presencia del monumento en honor a Eulalia,
cuyos cimientos podemos ver hoy bajo la cabecera de la basílica, acarreó que
los cristianos quisieran enterrarse cerca de ésta hasta bien entrado el siglo
XIX. Por eso las estructuras que vemos en la cripta presentan ese aspecto tan caótico.
Añadamos a todo ello que, en el siglo IX, los árabes construyeron aquí norias y
otras instalaciones agropecuarias, lo que demuestra que, para entonces, la
basílica estaba en ruinas. Sin embargo, buena parte de la cabecera de la
iglesia del siglo XIII es visigoda. Por el contrario, sólo se conservan los
cimientos de sus tres grandes naves y de las dos torres que flanqueaban la
cabecera del templo.
Aquí podemos observar un muestrario de
sepulturas de épocas bien distintas. Así mausoleos tardoromanos de
considerables dimensiones, como el que está redecorado con pinturas del siglo
XVI que representan estaciones del Calvario, a San Juan, Santa Ana y San
Martín. O el sepulcro sellado por un mosaico en el que se representaba al
difunto de pié entre cortinajes. Sepulcros de época visigoda sellados con una
losa sepulcral de mármol, como el del ilustre varón Gregorio, luego reutilizado
para enterrar a Eleuterio y a Perpetua. Criptas funerarias como la de los
obispos…así hasta llegar a tumbas de egregias familias locales del siglo XVI y
XVII, como la de los Moscoso o los Mejía.
Al lado de la basílica de sitúa 'El
Humilladero', un pedestal de mármol levantado sobre un graderío y en el que, a
su vez, se apoya una columna que remata en una cruz. Realizado con limosnas del
pueblo, simboliza la columna en la que la Mártir fue azotada durante su
martirio e indicaba el lugar de los hechos.
Tiene tres datos curiosos y muy
especiales. La primera de ellas en cuanto a su historia. Según los
investigadores fue el primer
templo cristiano construido en Hispania.
Otro de estos datos es que se
construyó encima de las antiguas casas romanas del Siglo I. En la basílica se
hicieron excavaciones y ahora se puede visitar la cripta donde se encuentran los vestigios de la
antigua ciudad enterrada en la historia.
Por último, en la basílica se
encuentra la capilla de Santa Eulalia. Lo interesante es que está edificada
aprovechando el antiguo templo al Dios
Marte de los Romanos. Aún hoy en día se puede leer la inscripción
en la entrada que dice MARTI SACRVM VETTILIA PACVLI.
HORNITO
En el acceso al atrio de la Basílica
de Santa Eulalia vemos un edificio de reducidas dimensiones, se trata de un
oratorio dedicado a Eulalia, conocido popularmente como “El Hornito”. Su
pórtico está realizado con piezas de mármol extraídas a principios del siglo
XVII de un lugar indeterminado de la ciudad. Todas ellas pertenecieron al
Templo que la colonia Romana dedicó al Dios Marte.
Una inscripción en la zona frontal,
que en origen fue de letras de bronce doradas, nos recuerda que el templo lo
costeó Vetilla, mujer de Páculo. Si nos fijamos en la decoración de alguna de
estas piezas arquitectónicas, quedaremos impresionados por la minuciosidad con
la que fue esculpido un abigarrado conjunto de trofeos de guerra (corazas,
cimeras, ruedas de carros, espadas…). Estos relieves, por su estilo, parecen
haber sido ejecutados hacia la segunda mitad del siglo II d.C.
OTRAS ENTRADAS:
01.- HISTORIA
05.- ACUEDUCTOS Y PUENTES ROMANOS
06.- EMBALSES ROMANOS DE PROSERPINA Y DE CORNALVO
08.- DE PASEO
POR AUGUSTA EMERITA, MERIDA (VIII): CIRCO ROMANO Y EDIFCIO ANEXO
10.- DE PASEO POR
AUGUSTA EMERITA, MERIDA (X): CASA DEL MITREO Y COLUMBARIOS
11.- DE PASEO
POR AUGUSTA EMERITA, MERIDA (XI): CENTRO ARQUEOLÓGICO LA MORERIA
12.- DE PASEO
POR AUGUSTA EMERITA, MERIDA (XII): XENODOQUIO. DIQUE ROMANO. CASTELLUM AQUAE.
16.- DE PASEO POR AUGUSTA EMERITA,
MERIDA (XVI): PLAZA ESPAÑA (I): CONCATEDRAL DE SANTA MARÍA
18.- DE PASEO POR AUGUSTA EMERITA, MERIDA (XVIII)
19.- DE PASEO POR AUGUSTA EMERITA, MERIDA (XIX): IGLESIAS Y CONVENTOS
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