Hospital Jesús de Nazareno (Parador)
Fundación de la Orden Hospitalaria de Jesús Nazareno, es un edificio en el que no han dejado de hacerse reformas desde el inicio de su construcción, allá por 1725. Fue convento, hospital de pobres, hospital de campaña, cárcel y museo, sí museo, ya que su jardín albergó la primera exposición pública de antigüedades romanas en el siglo XVIII, fruto de las inquietudes ilustradas del famoso médico y erudito local, Forner y Segarra, y de fray Domingo de Nuestra Señora.
Hoy este inmueble alberga el Parador
Nacional, uno de los más lujosos y antiguos, ya que fue inaugurado ni más ni
menos que por el Rey Alfonso XIII.
Conviene entrar y ver el pequeño
claustro que hay en su interior. Sus columnas, procedentes de edificios romanos
o visigodos, muestran en sus fustes inscripciones cúficas árabes con
invocaciones a Alá.
Hospital San Juan de Dios (Asamblea de
Extremadura)
El antiguo Hospital de San Juan de Dios, hoy sede de la Asamblea Autonómica, es de corte barroco, presentando zócalos y esquinas de granito, en tanto que el resto de las fábricas y las portadas son de ladrillo. Su interior se articula en torno a un patio porticado de dos alturas, la primera con arcos de medio punto y, la segunda, con una galería de arcos rebajados.
La iglesia, construida aparte entre
1764 y 1768, como consta en las cartelas esgrafiadas que hay en su fachada, es
de planta central inscrita en un octógono, cerrándose con una cúpula. El templo
albergó no hace mucho al antiguo hemiciclo del Parlamento. Hoy es utilizada
como sala de exposiciones temporales, cuyo suelo de cristal nos permite ver
restos de un mosaico de fines del siglo I d.C. con la representación del mito
de Perseo y Medusa. La que fuera sacristía alberga actualmente una exposición
permanente sobre la historia regional y el parlamentarismo extremeño.
Merece la pena visitar el nuevo Salón
de Plenos, no sólo por el contraste que se crea entre la vieja arquitectura del
convento y la nueva, también para admirar el mosaico de la caza del jabalí, de
finales del siglo IV d.C., aparecido en 1978 en una céntrica calle emeritense.
Plaza de Toros
En 1914 se inauguró esta Plaza de Toros en la que su arquitecto fusiónó la estética neomudejar con la arquitectura del hierro. Se eligieron unos terrenos en las proximidades del llamado Corralón de don Antonio Pacheco, en el llamado Cerro de San Albín.
La plaza de Mérida fue construida en
obra fija y madera para sus localidades y fábrica en sus muros. Consta de tres
pisos, que se abren al exterior con tres modelos diferentes de ventanas, en los
que se reparten los tendidos, gradas y andanadas. Cuenta con un aforo de 8.700
localidades de asiento.
Centro Cultural Alcazaba
El edificio, proyectado por los
arquitectos emeritenses Rafael Mesa y Jesús Martínez, fue diseñado como una
gran galería comercial y, en ese sentido, sus elementos permiten una amplia
comunicación visual de todo el conjunto. Destaca, por tanto, su carácter
abierto y el aprovechamiento de la luz natural. Los diferentes servicios que
alberga el edificio: biblioteca, archivo, salas de exposicones, salón de actos,
etc, junto con su céntrica ubicación, convierten a este Centro en un importante
referente de la vida cultural de la ciudad.
Si ya de por si el edificio merece un
recorrido por su interior, la exposición permanente de los restos arqueológicos
excavados durante la intervención previa a la construcción del mismo e
integrados en la edificación nos acercan a la Mérida contemporánea, respetuosa
con su pasado.
Puerta de la Villa
Se trata de una plaza en cuyo centro
se alza una fuente con una estatua femenina de bronce. Representa a la
arqueología como una mujer, vestida a la usanza romana, portando un ramo de
laurel en una de sus manos. La escultura es obra del afamado escultor local
Juan de Ávalos. Ésta se hizo en homenaje a los arqueólogos que iniciaron las
excavaciones en Mérida a comienzos del siglo XX.
Desde esta plaza se abre la calle de
Santa Eulalia, verdadera arteria vital de la ciudad que perpetúa el que fuera
eje de la Colonia romana, el decumanus Maximus. Esta vía seccionaba la urbe de
oeste a este, desde la puerta del puente sobre el Guadiana hasta donde nosotros
nos hallamos ahora, lugar en el que estuvo ubicada otra puerta, de ahí que esta
plaza reciba el nombre de Puerta de la Villa.
Junto a la plaza se encuentra la Sala
Decumanus que en los restos de su parte inferior nos muestra un fragmento del
decumanus maximus, con sus losas de diorita y cuarcita, así como restos de los
pórticos que la flanqueaban. Ya dentro de la citada Sala, merece la pena
admirar un testimonio arqueológico singular. Se trata de un aljibe romano
utilizado por los primeros cristianos de la localidad como improvisada iglesia.
La prueba que corrobora esta circunstancia es la presencia, en una de las
paredes de este deposito, de una corona de laurel en cuyo interior se representa
el anagrama de Cristo.
Muy cerca de ese lugar, se encuentra
la presencia de otra estatua, en este caso de mármol. Es la representación
ideal de la Mártir Eulalia, patrona de la ciudad. Fue realizada por otro
escultor emeritense: Eduardo Zancaza.
OTRAS ENTRADAS:
01.- HISTORIA
05.- ACUEDUCTOS Y PUENTES ROMANOS
06.- EMBALSES ROMANOS DE PROSERPINA Y DE CORNALVO
08.- DE PASEO
POR AUGUSTA EMERITA, MERIDA (VIII): CIRCO ROMANO Y EDIFCIO ANEXO
10.- DE PASEO POR
AUGUSTA EMERITA, MERIDA (X): CASA DEL MITREO Y COLUMBARIOS
11.- DE PASEO
POR AUGUSTA EMERITA, MERIDA (XI): CENTRO ARQUEOLÓGICO LA MORERIA
12.- DE PASEO
POR AUGUSTA EMERITA, MERIDA (XII): XENODOQUIO. DIQUE ROMANO. CASTELLUM AQUAE.
15.- BASÍLICA DE SANTA EULALIA Y HORNITO
16.- DE PASEO POR AUGUSTA EMERITA,
MERIDA (XVI): PLAZA ESPAÑA (I): CONCATEDRAL DE SANTA MARÍA
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