viernes, 5 de febrero de 2021

DE PASEO POR ITALIA: FLORENCIA, FIRENZE (I)

El nombre de la ciudad debe su etimología a los romanos cuando fundaron la ciudad y la llamaron Florentia, en el idioma latín quiere decir florecimiento.

Plaza de la república

La geografía

Está rodeada por las colinas de Cercina, la de Fiesole, la de Setignano, la de Arcetri, así como las del Poggio Imperiale y la de Bellosguardo. Se ubicada en una llanura que atravesada por las aguas del río Arno, así como por otros más pequeños como el Greve o los ríos Mugnone y Terzolle.

HISTORIA DE FLORENCIA

Los orígenes de Florencia no están totalmente claros. Se supone que los primeros habitantes fueron los villanovianos, que habían llegado al Valle del Arno desde la Italia Septentrional, construyeron sus palafitos sobre el terreno pantanoso, sobre el que hoy está Florencia, restos de estos palafitos, se han encontrado en la zona de Plaza Duomo. Alrededor del siglo IX AC, había en el lugar un asentamiento etrusco. Después, los romanos conquistaron el territorio; en el 59 a.C., según la ley agraria promulgada por Julio César, los legionarios de Roma se repartieron la zona, que fue saneada. En este valle, los colonos romanos, como era su costumbre, construyeron el “castrum”: marcaron la calle Cardo y la Decumano y, donde se cruzaban, alzaron un obelisco que simbolizaba el centro de la ciudad, en la zona donde ahora está Plaza de la República. Después, se construyó un puente para unir las dos orillas del Arno, el “antepasado” de Puente Viejo.

Plaza del Duomo
En el siglo II AC se construyeron termas, un anfiteatro (cuyos restos se ven todavía en Via Torta), un sistema de alcantarillado, pavimentos, y el Templo de Isis. En el siglo I AC se levantó también el antecesor del actual Ponte Vecchio, de madera, para unir ambas orillas del Arno, templo dedicado a Júpiter, Juno y Minerva, y las termas. Durante los cinco siglos de dominio romano, la ciudad se hizo muy rica e importante, como demuestran los muchos florentinos que obtuvieron cargos importantes en el gobierno romano.

Ponte Vecchio

Su rápido crecimiento económico le valió ser nombrada capital de las regiones de Toscana y Umbria a finales del siglo III DC. Pero también la convirtió en el foco de repetidas invasiones bárbaras, tanto por su prosperidad como por su situación estratégica. Florencia se vio, primero, envuelta en la guerra entre Godos y Bizantinos, para pasar en el siglo V al dominio de los Longobardos. En el siglo VIII, durante el Imperio Carolingio, Florencia pasó a ser una provincia del Sacro Imperio Romano.

A partir del siglo XII Florencia tuvo un período brillante. Estaba organizada políticamente como un comune, municipio, independiente y no aceptaba la autoridad del Emperador, estaba gobernado por 12 priori (cónsules) ayudados por el Consiglio di Cento (Consejo de Ciento), formado principalmente por ricos mercaderes. Las diferencias entre las facciones hicieron que en 1207 se nombrara a un podestà (magistrado) extranjero y comenzó a extenderse conquistando las zonas que la rodeaban. En Florencia había tres grupos dominantes: los nobles, los mercaderes y los militares de caballería, espina dorsal de las fuerzas militares. En la segunda mitad del siglo XII se hizo evidente que el comercio y las finanzas eran los verdaderos responsables del crecimiento de la ciudad y rivalizaban con los nobles por el poder. Florencia fue atormentada por luchas internas duras y sanguinosas, primero entre familias rivales, los Médicis y los Pazzi, y, después, entre Güelfos, fieles al Papa, y Gibelinos, seguidores del Sacro Romano Imperio). A partir del siglo XIII, la ciudad tuvo un gran desarrollo comercial y un florecer de las actividades artísticas y culturales. El poder de la vieja aristocracia fue sustituido por el del pueblo acomodado, es decir, las muchas familias burguesas reunidas en gremios. De hecho, en 1266, se reconocieron las siete Artes Mayores y las cuatro Artes Menores, expresiones de la burguesía inferior. A las primeras pertenecían los jueces, los notarios, los “calimala”, que importaban, trabajaban y exportaban la lana en toda Europa, los cambiadores o banqueros, los médicos, los especieros y los peleteros, que comerciaban pieles. Las segundas estaban formadas por: carniceros, zapateros, panaderos, etc. Para poder ejercer cualquier actividad, había que inscribirse en el Arte correspondiente y pagar un impuesto anual. Las Artes se ocupaban, entre otras cosas, de construir y mantener los edificios de la ciudad.

plaza del mercado

Los primeros conflictos entre dos de las facciones, los güelfos (Guelfi), a favor del papa, y los gibelinos (Ghibellini), a favor del emperador, empezaron a mediados del s. XIII, y el poder fue pasando de un grupo a otro durante casi un siglo.

En la década de 1290 los güelfos se dividieron en dos: los Neri (negros) y los Bianchi (blancos). Cuando los Bianchi fueron derrotados, Dante estaba entre los que fueron desterrados en 1302. A medida que la nobleza perdía fuerza, los mercaderes güelfos tomaban el control, pero los problemas nunca desaparecieron. La plaga de peste de 1348 redujo la población a la mitad y el gobierno se vio amenazado por la agitación de las clases bajas.

En el s. XIV la ciudad estuvo gobernada por un grupo de güelfos liderados por la familia Albizi. Entre sus opositores estaban los Médicis, cuyo poder aumentó notablemente al convertirse en los banqueros papales.

palacio medici riccardi
Cosme el Viejo (Cosme de Médicis) emergió como líder de la oposición a los Albizi en el s. XV y se convirtió en el gobernante de Florencia. Su buen ojo para el talento artístico hizo que bajo sus auspicios floreciera toda una constelación de artistas como Alberti, Brunelleschi, Lorenzo Ghiberti, Donatello, Fra Angelico y Fra Filippo Lippi.

 estatua ecuestre de Cosme I de Médici
El gobierno de Lorenzo el Magnífico (1469-1492), nieto de Cosme, condujo al período más glorioso de la civilización florentina y del Renacimiento italiano. Su corte fomentó el arte, la música y la poesía, convirtiendo Florencia en la capital cultural de Italia. Poco antes de su muerte, el banco de los Médicis quebró y la familia fue expulsada de la ciudad, que cayó en manos de Savonarola, un monje dominico que instauró una república puritana y quemó parte de su riqueza en la “hoguera de las vanidades”. Pero tardó poco en caer en desgracia y ser juzgado por hereje y ejecutado en 1498.

Tras ser derrotada en 1512 por España, el emperador Carlos V casaría a su hija con el bisnieto de Lorenzo, Alejandro de Médicis, al que hizo duque de Florencia en 1530. Siete años más tarde, Cosme I tomó las riendas y se convirtió en gran duque de Toscana después de que Siena cayera en sus manos en 1569, lo que marcó el comienzo de más de 150 años de dominio Médicis en la región.


En 1737 el Gran Ducado de Toscana pasó a la casa francesa de Lorena, que, aparte de una breve interrupción durante la época napoleónica, retuvo su control hasta que en 1860 se unió al Reino de Italia. Florencia fue un tiempo la capital nacional, pero Roma asumió ese título de forma permanente en 1870. El Gran Ducado sobrevivió, con mejor o peor suerte, hasta la unidad de Italia. Desde 1865 hasta 1871, Florencia fue la capital del reino de Italia.

La ciudad sufrió graves daños durante la Segunda Guerra Mundial, fue devastada por inundaciones en 1966, y en 1993 la mafia hizo explotar un coche bomba que destrozó parte de los Uffizi. Desde 1997 la Galería de los Uffizi se halla en su mayor proceso de ampliación, un proyecto de 65 millones de euros conocido como Nuovi Uffizzi, y cuya fecha de finalización sigue siendo un misterio.

galeria uffizi

La Familia Médicis

La Familia de los Médicis ha influenciado y condicionado durante siglos la historia de Florencia. El fundador de la familia fue Giovanni di Bicci (1360-1429), creador y propietario de un gran banco con filiales en Ginebra, Roma, Londres y Brujas. Las buenas inversiones de la familia hicieron al hijo de Bicci, Cosme, uno de los hombres más ricos del mundo.

Pronto, Cosme el viejo, con el consenso del pueblo florentino, asumió el control de la vida política de la ciudad. También los sucesores de Cosme consiguieron mantener el poder durante siglos. Muchos descendientes se casaron con miembros de las principales dinastías europeas, como Catalina de Médicis (conocida como de Francia) que se casó con el rey de Francia Enrique II, en 1533.

Dos Médicis fueron elegidos Papa, como Giovanni, en 1533, con el nombre de León IX. Durante su papado chocó con Martin Lutero, cuya excomunión fue la causa del movimiento protestante. La familia de los Médicis, y en concreto bajo Cosme y Lorenzo, comisionó, a los artistas más importantes, obras de arte como símbolo de la fama y la riqueza de Florencia.

En el Renacimiento, de hecho, era muy frecuente, como en época clásica, el mecenazgo: las familias y las ciudades más ricas apoyaban y protegían a los artistas más talentosos.


EL CENTRO HISTÓRICO

El centro histórico de Florencia coincide con la zona que está dentro de las murallas construidas en el siglo XIV, cuando la ciudad empezó a crecer económica y comercialmente, para alcanzar más tarde su ápice. En esta zona de la ciudad, se encuentran los museos y monumentos más importantes. El núcleo del casco histórico está formado por la cúpula de Brunelleschi y la Catedral de Santa Maria del Fiore, con la torre de Giotto y el Baptisterio, todo en Plaza del Duomo. Saliendo de la plaza hacia el norte, se encuentran los monumentos relacionados con Cosme el Viejo, fundador de la familia Médicis: Palacio Medici-Riccardi y la Basílica de San Lorenzo con las Capillas de los Médicis. Siguiendo, se encuentra el convento de San Marco, con las obras maestras de Giotto, la galería de la Academia, que conserva original del David de Miguel Ángel, y Plaza Santissima Annunziata, con su armónico pórtico "Degli Innocenti” proyectado por Brunellischi. De la cúpula, si se va hacia el sur, se llega al corazón político de la ciudad: Plaza de la Señoría, con Palacio Viejo y la Galería de los Oficios. Cerca de esta zona está Plaza Santa Croce, con la magnífica Basílica de Santa Croce. Cruzando el famoso Puente Viejo, se llega a Palacio Pitti, residencia de los Médicis desde el siglo XVI, y luego de los Habsburgo-Lorena. En esta zona de la ciudad, “Oltrarno”, también se pueden visitar los frescos de Masaccio y Masolini en la Capilla Brancacci. Al oeste de la cúpula de la catedral, se encuentran Palacio Strozzi y Santa Maria Novella.

Patrimonio mundial UNESCO

Por todas sus espléndidas obras de arte, el centro histórico, del que hay unas magníficas vistas desde Plaza Michelangelo y desde la Fortaleza Bel Vedere, fue declarado en 1982 Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, según los criterios de ICOMOS. Florencia ha sido proclamada ciudad única en el mundo porque aquí, por más seis siglos, han trabajado los mejores artistas. Del siglo XIV al XVII, Florencia, al ser una de las potencias económicas y políticas de Europa, contrató a los artistas más importantes para que realizaran muchas obras maravillosas, laicas y religiosas.

En concreto, en el siglo XV, Florencia tuvo un papel predominante en el desarrollo de la arquitectura y pintura renacentistas. En este periodo, la ciudad fue escenario de acontecimientos importantes a nivel universal, y de intelectuales fundamentales, como Marsilio Ficino y Pico della Mirandola de la academia Neoplatónica.


Todavía hoy, el casco antiguo de la ciudad de Florencia conserva intacta la coherencia arquitectónica renacentista de los edificios y las calles, que, junto a los tradicionales talleres de artesanía, recuerdan el esplendor del pasado.

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