viernes, 1 de marzo de 2024

IGLESIA SAN JUAN DEL HOSPITAL, VALENCIA (II): INTERIOR

La planta presenta la disposición usual del gótico languedociano de una sola nave una superficie de 19 m de ancho por 36 m de longitud y 8 metros de elevación hasta donde arranca la cornisa barroca, orientada al este, dividida en cinco tramos por arcos fajones y cabecera poligonal, con capillas laterales alojadas entre los contrafuertes. La nave, está cubierta por bóveda de medio cañón apuntado, de sillería, sustentada por arcos fajones que apoyan sobre columnas truncadas, el primero de los cuales, junto al presbiterio, descansa sobre columnas con anillos y capiteles de mármol blanco, de evidente origen árabe.


El peso que soportan estos fajones es contrarrestado por gruesos contrafuertes. Entre estos contrafuertes se abren tres capillas cuadradas por cada lado mediante arco apuntado con columnas de capiteles troncocónicos lisos. Las capillas presentan dos tipos de cubrición, estando cubiertas las del lado sur, originales, con bóveda de cañón apuntado en tanto que las del lado norte, de mayor amplitud y de cronología posterior, están cubiertas con crucería.

  1. Nave central y Presbiterio.
    La cabecera es octogonal, presenta bóveda agallonada de seis nervios, tantos como lados forma el ábside más otro nervio, más corto, que se imposta entre la clave, que ostenta el emblema heráldico de la Orden, el arco triunfal del presbiterio.

Del presbiterio se aprecian cinco de sus lados, al más puro estilo nacido en las construcciones del Santo Sepulcro en Jerusalén. La bóveda de plementería mudéjar se encuentra perfecta y es la original. Tres alargadas ojivas rasgan los muros centrales, se cierran con alabastro o “pedra de llum”.

Al prebisterio comunican dos estancias abovedadas, abiertas por estrecha arcuasión, la del lado del Evangelio con tracería clada. El arco del presbiterio se apoya sobre cuatro fustes de columnas de mármol, a cada lado, aprovechados de construcción musulmana, a juzgar sobre todo por los capiteles, de talla biselada tipo “avispero


Bandas sanjuanistas rojas y blancas, siglo XIII.
Sobre los sillares de dos paños centrales, se perciben las bandas verticales bicolores, rojas y blancas de la orden del Hospital de San Juan de Jerusalén. Solían distinguir las tiendas de sus campamentos, las insignias en las batallas y las velas de sus naves. Son pinturas originales del siglo XIII realizadas con técnica del temple a la cola, sin preparación. Alcanzan una altura de 6 metros y cada banda tiene una anchura de 8 cm.

Preside la Imagen de Nuestra Señora del Milagro:
La Virgen fue llamada así por un milagro que sucedió en el Tránsito y acabó en el convento de Predicadores, en la tumba de San Luis Beltrán, y que relata Marco A. de Orellana, afirmando que la imagen recibió el título de “Nuestra Señora del Milagro” desde entonces y mucho antes de que se popularizara el llamar así a la Virgen de la Seo, por el milagro acaecido en 1556.


La imagen original es una talla en piedra, de poca altura para facilitar su traslado. Su estilo es el propio que en aquellos momentos iba atravesando los Pirineos, procedente de las nuevas corrientes europeas: menor rigidez, mayor movilidad de la figura del Niño Jesús, el pomo en la mano y la incipiente y difícil sonrisa de María

La imagen de la Virgen del Milagro que actualmente preside el presbiterio es una copia, es una escultura en piedra policromada realizada en el año 1974 por José Esteve Edo y policromada por Antonio Piró. Esta imagen es una réplica ampliada de la que se encuentra desde el año 1939 en el Museo Diocesano de la Seo de Valencia procedente de San Juan del Hospital. La original es de gran valor por su antigüedad, fue traída en 1238 por los Caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén, durante la Conquista de Valencia. Se conserva documentación sobre ella desde 1245. Escuela de imaginería de la zona navarro-aragonesa.

En un documento de 1254 encontrado en el Archivo del Reino, figura que un tal Dalmau, Caballero del Hospital, pidió ser enterrado en la capilla de Nuestra Señora del Milagro, pagando la iluminación y conservación del altar de la Virgen… en él Tránsito de San Juan del Hospital.

La constitución de la Antigua Cofradía de la Virgen del Milagro fue aprobada por el Obispo D. Hugo de Fenollet el 30 de abril de 1.356. Posteriormente sería confirmada por el Rey Pedro IV, quien la incluyó en un real privilegio dado en Valencia el 10 de junio de 1.371. El Papa Adriano IV, en 1.552 concedió privilegio de “indulgencia plenaria” a quien pronuncie una jaculatoria ante ella.

Respecto al culto establecido para la advocación de Nuestra Señora del Milagro, la sede episcopal levantina le otorgó festividad y misa propia. En el Misal de la Catedral de Valencia de 1509, fol. 352, se halla el texto de la “Missa Sancte Marie sub título Miráculi”.

En 1905 cuando se traslada la titularidad con los bienes y el archivo a la nueva parroquia de San Juan Bautista y San Vicente Ferrer en el ensanche, la imagen de Nuestra Señora del Milagro pasó de su capillita tradicional al presbiterio de la nueva iglesia. Durante la contienda civil desaparece y es encontrada posteriormente en el Museo diocesano, que acogió a tanta imagen dispersa y destruida. También la escultura medieval de la Virgen del Milagro estaba rota. Faltaba el Niño Jesús y el brazo derecho y la corona estaba golpeada y con roturas.

El 23 de Mayo de 1.971 D. José María García Lahiguera, arzobispo de Valencia, la bendijo y entronizó de nuevo en San Juan del Hospital.

Actualmente podemos encontrar otras dos imágenes: una como ya hemos mencionado en la Capilla del Tránsito (se entra al recinto por la Calle Trinquete de Caballeros, a la derecha) que es una réplica realizada por José Luis Roig, y otra en la capilla Hospitalario-funeraria en el Patio sur o zona del cementerio medieval, para esta imagen se realizó una réplica por puntos con láser de la escultura por parte de Lola Climent y Juan Carlos Ferri del Taller “Tall Scan 3D” en Guadassuar). La figura está tallada en piedra y policromada por la restauradora Mar Sabaté.

En la zona navarro-aragonesa se conservan esculturas de parecida factura románico-gótica, sobre todo en localizaciones que fueron de la Orden de San Juan de Jerusalén, como Sangüesa, Sos del Rey Católico…etc.

Imagen de San Juan Bautista, titular de la iglesia:
La escultura de San Juan Bautista está situada en el lado derecho del presbiterio. El autor de la escultura en bronce es Alfredo Biagini (Italia, 1886) de la escuela naturalista italiana. Donada a la iglesia de San Juan del Hospital por el Infante de España D. Luis de Baviera, quien por medio del Duque de Hernani, Presidente de la Soberana Orden de Malta para la lengua de España, la entregó al Marqués de Baldoví, D. Javier Manglano, para efectuar su traslado a Valencia el 14 de julio de 1970.

La Orden Militar de San Juan del Hospital de Jerusalén en sus primeros años se acogieron a la advocación de San Juan el Limosnero, patriarca de Antioquía, pero establecieron su primer hospital junto a las casas de los sacerdotes que atendían el templo de Jerusalén, como Zacarías, padre del Bautista. Por tal motivo tomaron su advocación como patronazgo.

Sillería del siglo XV:
El origen supuesto de este fragmento de sillería es el Monasterio de San Benito de Calatayud del s. XII, anejo al Monasterio de benedictinos de Oña. Atribuida a Francisco Gomar, escultor español nacido en Zaragoza en el S. XV, fue adquirida, en muy mal estado, por los Barones de la Real Jura, Exmos. Sres. D. Luís de Muller y de Ferrer, y su esposa, Doña Blanca de Morenés y Carvajal. En 1996, su hijo, D. Jaime Muller y Morenés, la ofreció para el templo a D. Manuel de Sancristóval y Murua, rector de la iglesia de San Juan del Hospital. En Diciembre de 1996 se trasladaron al taller de carpintería de los Hermanos Arnal Domingo, en Serra, (Valencia) las 13 piezas para ser ensambladas y restauradas. La sillería original fue tallada en madera de roble de Flandes; las piezas añadidas en la restauración, en madera de roble francés.

Columnas del arco toral. Capiteles califales S. X.

Los dos tramos inferiores de los fustes anillados de las columnas torales, que enmarcan el presbiterio del templo, son de mármol blanco de factura romana. Posiblemente jalonaban la espina del circo y fueron reutilizados del mismo modo que las lápidas y otros restos, que aún se hallan situadas en la calle del Trinquete de los Caballeros y en la cripta de Sta. Bárbara.
Los fustes superiores de las columnas, son de mármol rosa con capitel de nido de abeja, de la época califal del siglo X. Son idénticas a las que se hallan en el Palacio de Medina Azahara en Córdoba y en el museo de la Alhambra de Granada, que provienen del mismo palacio. En el fuste del lado sur, pintado en rojo oscuro sobre el mármol, hay un signo hebreo que representa la hiedra. (el pecado que se enreda entre los pies)

Losas sepulcrales, siglo XVII y XVIII.
En el centro de la nave de la iglesia pueden verse varias lápidas en mármol negro con embutidos en mármol blanco de la Cruz de Malta, escudos y títulos de Frèires o Caballeros de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén. Algunas de ellas, desubicadas de su lugar de origen, se han colocado en la Capilla penitencial al fondo del templo.

  1. Capillas

A los lados de la nave se alojan capillas laterales abiertas entre los contrafuertes. Las capillas del lado de la Epístola (o derecho) forman estrechos recien cubiertos de bóveda de cañón apuntado. Las del lado contrario poseen mayor amplitud, se cubren mediante bóveda de crucería y todo parece evidenciar que fueron construidas posteriormente. Unas y otras presentan en su arco de ingreso robusto arcón fajón apeado en sendas ménsulas o sobre columnas, remarcando la arcuación, por el muro de la nave, una gruesa moldura también apoyada sobre ménsulas.



Comenzando por la cabecera y en por el lado del evangelio encontramos las siguientes capillas:

Capilla de San Miguel Arcángel o de las pinturas murales, siglo XIII.
Dedicada al Arcángel San Miguel, (advocación que Jaime I gustaba repetir en sus fundaciones). Esta capilla corresponde a la misma etapa constructiva de la puerta románica del patio norte, es decir, a la mitad del siglo XIII. Se trata de una capilla cubierta con bóveda de cañón apuntado (aunque primero fue de cañón semicircular, como se ha visto en los trabajos de restauración), y en su muro norte se abre la rasgadura románica que apreciamos desde el exterior.
Lo más interesante de esta capilla son las pinturas, de tradición románica o gótico de transición, que la decoran; consideradas una joya dentro de la pintura medieval valenciana, fueron realizadas con temple sobre revoque, han sido fechadas en las últimas décadas del siglo XIII. Interesantes no sólo desde el punto de vista artístico, sino también desde su singularidad dentro del terreno de la pintura parietal de la época en el Reino de Valencia. De los posibles autores poco se sabe, pero al observar con detenimiento esta obra podemos hablar de un pintor de extremada calidad y delicadeza técnica, en cuanto a formas y a matices, que utiliza un procedimiento de pintura al temple pero con componentes grasos (casi de pintura al óleo, algo muy posterior y que resulta muy avanzado para su tiempo), para dar veladuras, rematar detalles, etc. También se percibe influencia bizantina en cuanto al estilo y mensaje iconográfico.

Su mensaje iconológico es la Alianza de Dios con los hombres. Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo. Tiene escenas relativas al arca de Noé, al mapa estelar (que reproduce la misma posición de las estrellas de la noche en que nació Jesucristo), la crucifixión y el Arcángel San Miguel pesando las almas de aquellos destinados al cielo o al infierno. Su dedicación a San Miguel Arcángel, hace que en el frontal estuviera representada la batalla de los ángeles referida en el apocalipsis. En el paño derecho, aparece Cristo glorioso, sosteniendo la cruz de la victoria; enfrente, la Iglesia, personificada como su Esposa.

La utilización de colores tan caros y difíciles de conseguir como el rojo bermellón o el azul ultramar (extraído de las minas de azurita en Turquía) denota la importancia del templo.

Siguiendo una Orden Real del siglo XIV para evitar la propagación de la peste, todas las paredes de la iglesia fueron cubiertas de cal, incluidas estas pinturas murales, y borradas de la memoria colectiva. En 1973, durante la celebración de una misa, cayó al suelo una placa de cal de la capilla lateral, dejando al descubierto la representación del rostro de Cristo. Este accidente permitió conocer la existencia de las pinturas.





Capilla de la Pasión. Capilla de los Joan -Torres.

Antes dedicada a la Purísima. Construida en el siglo XV por Pere Balaguer¸ autor también de las Torres de Serranos, como la primera capilla añadida en el lado Norte de la nave. Es un espacio rectangular de cinco metros de lado por cuatro de ancho, está edificada con sillares de piedra de Godella, cubierta por bóveda de crucería, cuyos nervios de piedra convergen en una clave central y parten de cuatro ménsulas historiadas con motivos heráldicos de Joan-Torres.

Fue un encargo del mercader Guillem Bernat, realizada en 1416 como capilla funeraria para albergar los restos de su padre Joan Bernat. Al ser construida en el siglo XVII la capilla barroca de Santa Bárbara sobre la antigua capilla de los Joan-Torres, la titularidad de la capilla pasó a esta nueva familia.
Originalmente tuvo advocación del Santo Crucifijo, para más tarde ser dedicada a la Inmaculada Concepción, cuando fue constituida como Capilla Castrense, hasta que ésta se trasladó a Santo Domingo.

a) Preside la capilla el Retablo de la Pasión de Jerónimo Vallejo Cosida. Renacentista. Artista aragonés manierista que realizó este retablo por contrato del 20 de Diciembre de 1578, como encargo del Ilmo. D. Antonio García, obispo de Útica (Cartago) para el altar mayor de la Colegiata de Valtorres (Teruel). El ilustre personaje figura en la predela, así como su escudo de armas en los ángulos superiores del retablo.

El retablo es de estilo manierista. Está realizado en madera de pino blanco, sobredorada con oro fino de ducados en las cornisas, frisos, arquitrabes, pilares, capiteles y bases de la estructura. La policromía en las tablas es pintura al óleo sobre madera. Sus dimensiones son: ancho total 380 cm, altura 397 cm.

Se inspiraba en las composiciones italianas de la época, de artistas como Durero y Rafael. Siguiendo y ejecutando en sus obras de madurez la "maniera" (manierismo), de los seguidores de los grandes artistas del renacimiento. Está formado por nueve tablas o casas, repartidas en tres calles verticales:

Ático o cúspide: El Calvario. Iconografía habitual
• Tabla central: La oración en el Huerto de los Olivos, confirmado por un Ángel. En primer término: los apóstoles dormidos.
• Calle izquierda: Flagelación y Coronación de Espinas
• Calle derecha: Ecce Homo y Jesús se encuentra con su madre
• Predela tabla central: el Entierro de Jesús
• Predela tabla izquierda: la visión de San Bernardo
• Predela tabla derecha: San Pedro y San Pablo
La tabla central está dedicada al tema de Jesús en el huerto de Getsemaní confirmado por un Ángel.

Coronan el retablo dos escudos de armas, los del Sr. Obispo don Antonio García; bajo el timbre del obispo, escudo eclesiástico renacentista, como armas, tres garzas blancas sobre gules.

b) En uno de los muros laterales de la capilla podemos ver un óleo sobre lienzo representando a La Piedad. Óleo de Antonio de Bellis (c.1616-c.1656) de la escuela italiana (siglo XVII).

c) Losa-escudo en mármol blanco de la familia Joan-Torres. Es una familia de origen bizantino e italiano, que llegó al Reino de Valencia a finales del s. XIII, acompañando a la Emperatriz Constanza de Grecia. En el muro lateral encontramos el escudo en mármol blanco de la familia Joan-Torres que fue trasladado desde su anterior capilla. El escudo en mármol blanco ostenta los símbolos de la estirpe. Es una losa de talla en bajorelieve que rodea el centro con una corona de laurel, sosteniendo un escudo de perfil suabo o de la Baja Austria, con los motivos heráldicos de la familia Joan-Torres (de origen imperial): Cuartelado en sovter con torres y águilas. 

d) En el muro de enfrente podemos encontrar una pequeña hornacina en arco de medio punto que alberga un pequeño panel cerámico con la Virgen de los Desamparados

Capilla de San José María Escrivá de Balaguer.

Capilla fundada en los últimos años del s. XVII, dedicada a los santos Cosme y Damián, se llamó “capilla de los médicos”. Está situada en el lado norte de la nave de la iglesia. En el año 2002, año del centenario del nacimiento del San José María Escrivá de Balaguer le fue dedicada.

En la edificación primitiva esta capilla no existía, el espacio era parte del patio norte. En el muro correspondiente entre los contrafuertes, se abría una puerta románica, que puede apreciarse en el plano del Padre Tosca de 1704. En el interior, sobre la puerta, se hallaba instalado el órgano gótico, tal y como se describe en una de las actas del Visitador de la Orden Sanjuanista; aún pueden apreciarse las ménsulas y huecos de las vigas que lo sostenían.

Durante los últimos años del s. XVII y primeros del XVIII, la iglesia sufrió una remodelación al gusto de la época. Se construyó en este espacio una capilla con bóveda barroco-neoclásica. En ella había un altar antiguo, blanco, con cuatro columnas salomónicas y pinturas en los intercolumnios. (F. Llorca). Se trataba de la Capilla de San Cosme y San Damián, llamada de los Médicos, por ser esa la profesión de los santos. Así continuó hasta 1967, cuando se comenzó la recuperación del Conjunto Histórico, reedificando la actual capilla, en armonía con la adyacente capilla de la Inmaculada o Capilla Castrense, actualmente de la Pasión, obra gótica del arquitecto Pere Balaguer.

A ella se accede por un arco apuntado, similar al de las capillas del lado sur, pero con descarga sobre robustas columnas adosadas al muro. La planta es rectangular, de cinco metros de longitud por cuatro de profundidad, va cubierta por bóveda de crucería, cuyos nervios de piedra convergen en una clave central y se sustentan en sus respectivos capiteles de apeo, sin decoración añadida a la talla. La sencilla clave circular enmarca una cruz de extremos redondeados que se adapta a su forma.

Al lado del Evangelio, incrustada en el muro, estaba la lápida del gran Castellán Don Manuel de Sada, cuyos restos, como explica la documentación que existe en el Archivo Regional, fueron trasladados a Zaragoza. Actualmente, la losa sepulcral puede verse en la Capilla de los Confesionarios, al fondo de la iglesia.

En el centro de la capilla se ha colocado una imagen en bronce de San José María Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, que fue el impulsor de la recuperación para el culto cristiano de este templo. En 1972 San José María visitó esta iglesia y consagró el altar mayor.

La escultura es obra del escultor Rafael Huerta Celaya, pesa 200 kg., mide 1’85 m. de alto más 4 cm. de pie-base. El pedestal, de piedra caliza, pesa 1.000 kg y mide 84 cm. de alto. La caracteriza el tamaño de las manos, algo mayor que el natural, en actitud de bendición y acogimiento, como quiso resaltar el escultor. Una réplica en bronce, del mismo molde, se ha llevado a una iglesia de Melbourne, Australia. 

 Capilla del Sacramento de la Confesión:

La última capilla del lado norte de la nave se ha dedicado a capilla penitencial o de confesionarios junto con la instalada a los pies de la iglesia.
Esta capilla que fue destruida durante el asedio de las tropas francesas en el s. XIX, fue destinada, tras una somera reconstrucción a despachos muy pobremente construidos. En el año 1969 se demolieron y se reconstruyó, siguiendo el canon de la fábrica gótica de la iglesia y tras haber hallado, bajo su recubrimiento neoclásico, los arranques de los arcos ojivales primitivos.
Un díptico en bajorrelieve del s. XVII de escuela flamenca, que representa el calvario, adorna este espacio

 Nueva capilla penitencial

situada a los pies de la nave, formaba parte de ese desaparecido callejón o atrio que limitaba el conjunto hospitalario por el oeste. En ella se puede apreciar un arco ojival de plementería, cegado hace siglos, y que pudo ser el clásico arco o “aguja” que jalonan las callejuelas hebreas o musulmanas.
En el muro, empotradas, hay tres losas funerarias del s. XVII; la más importante corresponde al Marques de Sada, personaje de la Orden sanjuanista que pidió en testamento ser trasladado a San Juan de los Panetes, en Zaragoza, tras su muerte, como así se hizo varios años después.
Otros objetos de interés son: una imagen de San José atribuida a Vergara. Un arca de novia del s. XVII y un banco del s. XVI, que proviene del Monasterio de Cotalba. La clave barroca del XVII que se hallaba en el presbiterio, se ha instalado en el techo tras su restauración.

Imagen de la Virgen de los Desamparados:

La imagen de la Virgen de los Desamparados preside la capilla. Es una talla en madera y estuco policromado del s. XVIII de la Patrona de Valencia. Luce los atributos propios y característicos de la imagen original que se venera en la Basílica de Nuestra Señora de los Desamparados, como Patrona de la ciudad. Se trata de una imagen en pie, con el Niño Jesús en brazos. Puede observarse el delicado modelado, de rasgos góticos, en lógica evolución respecto al canon de este estilo. Está condecorada con la Cruz de la Soberana Orden de Malta desde tiempo inmemorial. Donada por la familia Montalt el siglo pasado.

Capillas en el lado de la epístola:

Primitiva capilla de Santa Bárbara. (Sur del presbiterio). S. XVII
Se construyó a finales del siglo XVII sobre una antigua capilla construida en el siglo XIII, la antigua capilla de Joan Torres que tuvo que trasladarse a otro lugar del templo.

Según la tradición que se remonta a la mitad del siglo XIII y se avala con documentación y bibliografía, la emperatriz Constanza trajo a Valencia, procedente de Bizancio, varias reliquias de Santa Bárbara: una sección del fuste de la columna de pórfido gris, a la cual había sido atada y azotada; una piedra de la que brotó el agua y que sirvió para el bautismo de Santa Bárbara, milagro que tuvo lugar en Nicomedia (Asia Menor) en el siglo III; y un hueso, al parecer del brazo de la santa, conservado en un tubo de cristal con cierre de plata en sus dos extremos, en uno de los cuales se grabaría posteriormente el escudo de la Orden de Malta.
Fueron donadas por doña Constanza a la iglesia de San Juan del Hospital, donde mandó erigir una capilla en honor de Santa Bárbara, en el lugar donde se encontró otra reliquia, entre los contrafuertes del sur del presbiterio, en un enterramiento del Gremio de los Sastres, pidiendo en su testamento ser sepultada en ella como consta en los codicilios.
A la capilla se trasladaron en una urna de madera, los restos mortales de la Emperatriz y en un nicho excavado en el contrafuerte, las referidas reliquias de Santa Bárbara. El rey Carlos II le otorgó también el titulo de Real, que ya poseía por la egregia condición de su fundadora y por ser los Reyes de Aragón benefactores de la misma.
La Real Cofradía de Santa Bárbara mandó construir la capilla, de estilo barroco, fue construida por Vicente Claret y Antonio Izquierdo sobre planos del arquitecto Juan Bautista Pérez Castiel. Fue construida entre los años 1684 y 1689, como se pude ver en su ornamentación. La talla de la clave y el modelado de los ángeles son de Julio Capuz. De su construcción se conservan documentos donde se detallan los autores y diversos gremios empleados en su ornamentación.

Descripción:

Es de planta de cruz griega cuyo transepto se cubre por con una gran cúpula de media naranja sin tambor ni linterna pero con un gran florón policromado en la clave central, decorada con finos esgrafiados.

  1. La cúpula se sustenta sobre pechinas en las que se han representados los atributos de la Santa: la torre donde fue encerrada, la custodia con el santísimo, la palma del martirio y la columna donde fue azotada sustentadas por el águila del escudo de la Emperatriz Constanza, que mandara construir la primera capilla. Al exterior y coronando la cúpula se encuentra una veleta con forma de paloma.

Florón de la clave de la cúpula de la Real Capilla de Santa Bárbara.
En la clave de la bóveda de crucería se puede ver el “Águila gibelina”, escudo de los Hohenstaufen. Los capiteles de las columnillas adosadas se adornan con aguiluchos, emblema de la casa de Sajonia o baja Austria en el s. XIII, que correspondía a la enseña del emperador Federico II, padre de Constanza. En ella y fuera de la vista hay una inscripción que dice: "se renovó en 1726".

Dentro de la rica decoración de la capilla destaca, en la clave de la cúpula, un florón octogonal con ménsulas antropomorfas de las que cuelga un ángel portador de una palma, referente al martirio de Santa Bárbara. Es una obra del escultor valenciano José Capuz, de madera policromada al temple sobre estuco en pan de oro.

  1. Toda la capilla se encuentra profusamente adornada con decoración barroca de yeserías, en contraste con el fondo verde de los muros y los esgrafiados en color blanco. La decoración interior de escayolas, esgrafiados y el florón de la cúpula es obra de Leonardo Julio Capuz Bajo el piso se puede encontrar la cripta funeraria del gremio de los sastres (siglo XIII) y el vaso funerario de los Joan-Torres antiguos titulares de la capilla.

  2. Conserva un gran ventanal con delicada tracería tripartita, cerrado con alabastro. El plinto es alto con reminiscencia italiana en la labra: las lágrimas de San Francisco o Tau.

  3. En el suelo de la capilla se encuentra una losa por la que se puede acceder al “pudridero”, la cripta funeraria del gremio de los sastres (siglo XIII) y el vaso funerario de los Joan-Torres antiguos titulares de la capilla. Es un espacio de planta rectangular cubierto con bóveda de cañón de reducidas dimensiones (1,80 m de largo, 0,70 m de ancho y 0,90 m de altura), aquí fueron depositados los restos mortales de Doña Constanza a partir del 15 de abril de 1307, día en que falleció, para posteriormente colocarse en un sarcófago. Actualmente se ha colocado una pila bautismal en piedra.

  1. Los planos de las bóvedas, arcos u muros se decoran con cartelas en resalte, asimismo esgrafiadas en blanco y azul, alternando con florones en relieve, resultando el conjunto obra de gran unidad estilística.

  2. En cada una de las esquinas de la capilla, en el interior de sendas nichos, contemplamos las imágenes de cuatro ángeles realizados en madera policromada, cada uno de ellos con su nombre escrito en la peana: El Ángel Custodio con el escudo de la ciudad, San Miguel con escudo y espada matando al dragón, San Gabriel con un lirio en su mano y San Rafael con un pez en una mano y un cayado en la otra. Se considera obra del arquitecto Juan Bautista Pérez, artista que dio la pauta del churrigueresco

  1. En esta capilla reposan los restos de la fundadora de la mismas, la emperatriz de Grecia Doña Constancia de Suabia, y de la princesa imperial Irene Lascaris, en sendos lucillos que fueron destruidos también en 1936. Tanto la iglesia como la capilla fueron saqueadas durante la Guerra Civil, siendo la urna con los restos de Constanza destruidos, lo que vemos ahora es una fiel reproducción.

  1. Debido a la lamentable situación en que se encontraba el templo en el año 1939, la Real Cofradía de Santa Bárbara solicitó del párroco de la iglesia de San Esteban Protomártir autorización, para poder seguir practicando el culto a Santa Bárbara en una de sus capillas, dejándose en depósito las reliquias de la santa. Acabadas las obras de restauración, comenzadas por la Prelatura del Opus Dei en 1967, en el año 2002 se realizó el traslado.

Retablo barroco de origen palentino.
El retablo barroco original, destruido en la guerra civil, ha sido sustituido por otro del mismo estilo, de talla dorada, procedente de Palencia.

El retablo se dispone alrededor de una hornacina central avenerada en la cual figura la imagen de Santa Bárbara junto a la torre (símbolo de la santa). Bajo ella en la puerta del sagrario, un pequeño bajorrelieve representando a la Sagrada Familia, obra de Vicente López (siglo XX). A ambos lados de este bajorrelieve podemos ver dos pequeños cuadros representando a San Pedro y San Pablo. La imagen de Santa Bárbara tiene una placa con una inscripción en la peana que dice: "Esta imagen fue venerada por los artilleros en el Cuartel Marqués de la Ensenada de Medina del Campo (Valladolid) hasta el 16 de diciembre de 2000". La imagen realizada en el siglo XIX se encontraba en el citado acuartelamiento y fue donada a la iglesia el 20 de marzo de 2001. El retablo original de la capilla fue quemado en la Guerra Civil y este que ahora preside la capilla fue traído desde tierras palentinas finalizada la guerra civil.
La puerta del sagrario es un bajo relieve de la Sagrada Familia obra del s. XX de Vicente López. La hornacina fue recuperada recientemente y todo el retablo restaurado, dentro del desarrollo del Proyecto Raphael aprobado por la Comisión Europea de Cultura. En las alas de los angelitos que decoran el pináculo están las inscripciones originales con las fechas que escribieron los artesanos cuando se construyó.

Por ser santa Bárbara la patrona de los pirotécnicos, cada año, las Falleras Mayores de Valencia acuden a esta capilla el primer día de las Fallas para hacer una ofrenda de flores y rogar que las fiestas se desarrollen sin incidentes.

Esgrafiados barrocos: en esta capilla podemos apreciar muy de cerca la técnica ornamental del esgrafiado. Técnica muy antigua pero que alcanza su desarrollo y método en el trabajo de los artesanos mudéjares, que perduraría y se extendería principalmente por el sudeste español. Es una manera fácil de decorar el enlucido de los muros y usa motivos vegetales y antropomórficos, generalmente con solo dos tonos en la policromía: el propio del yeso y el negro de humo.











Capilla del Cristo de la Agonía, antes de San Ramón.

Se cubre con bóveda de cañón apuntada y fue fundada en 1401 (siglo XV) por el caballero Berenguer de Peramola. Puesta bajo la advocación de San Dionisio y santa Margarita. El retablo de esta capilla fue trasladado después de la Guerra Civil a la Catedral de Valencia, donde permanece en una de las capillas de la girola. Otras titulaciones de la capilla han sido de San Ramón Nonato y de la Virgen del Remedio. Hasta hace bien poco en esta capilla podíamos encontrar una imagen de la Virgen de los Desamparados. En la actualidad la capilla permanece desnuda de decoración y sólo está ocupada por un lienzo del Santo Cristo de la Agonía de donde toma su nombre la capilla.

Capilla de San Pedro. Retablo. S. XIV-XV, antes de San Vicente Ferrer

Su bóveda es de piedra, de sillares, original del s. XIII, tal y como se construyó. Sus muros aun guardan las marcas de los canteros y sobre todo las huellas de algunas construcciones anteriores que ya no existen y que fueron aprovechadas para situar el primitivo coro, tal y como describe un viajero de siglos posteriores: “sobre la puerta de entrada…”,

Esta puerta románica en el lado norte, cercana a la que aún existe a día de hoy, desapareció durante los bombardeos de 1812, dirigidos por el General Suchet. Pueden verse ambas con toda claridad en los planos de Mancelli y Tosca, dibujados en los siglos XVII y XVIII.

En el espacio simétrico frente a la puerta, en el lado sur, se habilitó una capilla, también entre contrafuertes, similar a las que tiene a cada lado. Solo similar, pues la distinguen varias curiosidades.

El muro del fondo, también de sillares de piedra, es irregular, oblicuo en la parte interior y formando un marcado ángulo en su traza exterior. Si, a dos tercios de su longitud total, se dobla bruscamente hacia dentro y deja un hueco triangular de casi 90 cm. de profundo que daba al patio sur. No puede ser casual ni un error. Responde a un uso necesario y funcional. Todo ese cuarto cuerpo de la construcción primitiva del recinto hospitalario, debió ser el hospital propiamente dicho. Con dos alturas, para la separación de enfermos: posiblemente infecciosos en la parte superior, o mujeres y hombres, separados. A la planta elevada se accedía por un hueco común a los dos pisos en la obra de fábrica, o bien servía para subir víveres y ropas con una polea: el hueco triangular del muro exterior.

En la capilla destaca su rasgada ojiva, de la que solo se percibe un pequeño ventanal en lo alto. Fue cegada, en las reformas neoclásicas, pero aún mantiene la traza original, igual a la de la capilla de S. Miguel Arcángel. Ambas del s. XIII.

En la bóveda de piedra, de este tramo de la nave, uno de los sillares tiene una inscripción: “Se renovó esta iglesia en 1704”.

En uno de los muros laterales podemos encontrar un pequeño nicho de arco apuntado excavado en el muro y en cuyo fondo figura un pequeño panel cerámico representando a San Vicente Ferrer.

Retablo:

Actualmente un interesante retablo del s. XIV-XV le da nombre de Capilla de San Pedro, ya que la tabla central del mismo representa al apóstol, revestido con sus atributos: las llaves y la tiara.

Es un retablo en tabla de madera de pino del siglo XIV con guardapolvos. Dimensión total: 255 cm de altura x 253 cm. de ancho. Tabla central: 157 cm. x 96 cm. Tabla del ático: 95 cm. x 98 cm. Calle lateral derecha: 80 cm. x 167 cm. Calle lateral izquierda: 77 cm. x 168 cm. Profundidad del guardapolvo sobre el retablo: 12 cm

El retablo se compone de cuatro piezas de madera de la misma época, las tres inferiores del mismo tamaño, ensambladas y dispuestas en tres calles y tres cuerpos. La cuarta, menor, forma el ático. Toda la iconografía posee un gran encanto por su ingenuo dibujo.

En la tabla central la imagen sedente de San Pedro sostiene simbólicamente en sus manos las Llaves del Reino, en gran tamaño. La técnica de ésta figura es de mayor calidad que el resto del retablo.

A ambos lados, separadas de ella por la crestería dorada, hallamos dos escenas en cada calle del retablo:

Lateral derecho del retablo:

El cuerpo superior muestra la Anunciación de Nuestra Señora: el soplo de Dios Padre impulsa la paloma del Espíritu Santo hacia María.

En el cuerpo inferior se representa la Natividad. Puede observarse la posición del Niño Jesús, en el suelo, depositado sobre el manto de su Madre; este sugerente detalle es muestra de las variaciones que se han ido sucediendo en la representación del Misterio de la Natividad, desde el Jesús Niño mayestático, depositado en el pesebre, a Jesús-Hombre cercano, niño, en brazos de María.

Lateral izquierdo:

la Ascensión del Señor a los Cielos ocupa el cuerpo superior, con la huella de los pies de Cristo sobre la roca. La solución perspectiva de los restos alzados al cielo es curiosa.

En el cuerpo inferior contemplamos la Adoración de los Magos. Ya con inclusión de los tres clásicos.

La cuarta tabla, situada en el ático, representa a Cristo en la Cruz, con la Virgen y San Juan, culminación del Misterio de la Redención. Carece de la predela que sin duda debió poseer.

La tabla en saledizo que forma la polsera o guardapolvo, es posterior, fue añadida como protección. Está policromada en suaves tonos azulados y rosados, con dibujo muy interesante. Parece proceder de una techumbre gótica y ha sido muy bien restaurada en su estructura actual por la Conselleria de Cultura, a través del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes muebles. Se consideró mejor su actual colocación, separada del retablo, ya que es de época posterior, s. XV-XVI.

Este retablo de sobria factura, guarda similitud de estilo con el arte del Alto Aragón o “Aranes”: los fondos planos, el ropaje de las figuras prácticamente igual, anatomías muy parecidas, detalles del estofado e dorado  del mismo taller… hasta la cresteria es casi la misma.

Capilla del Calvario del Cristo de las Penas, antes de la Merced
Construida entre los siglos XIII y XIV, se cubre con bóveda de cañón apuntado. El testero de la capilla recibe luz a través de un pequeño óculo cuatrilobulado. El altar, como en el resto de capillas, lo forman tres losas de piedras. Anteriormente estuvo bajo la advocación de Nuestra Señora de la Merced

La capilla fue originalmente la capilla de los Maçeros del Ayuntamiento, que tenían bajo el altar el acceso a su sepultura: una gran cripta.

Actualmente se ha dedicado al Cristo de las Penas, titular de la Antigua Cofradía del mismo nombre que tenía su lugar primitivo en el Tránsito. Era una advocación de gran tradición en las celebraciones de la Semana Santa desde el s. XIV-XV y tenía encomendada la asistencia a los presos de la cárcel.
El título actual responde a haberse colocado en esta capilla un grupo escultórico del Calvario constituido por las imágenes del Crucificado, la Virgen y San Juan, en estilo románico, el grupo ha sido donado a la iglesia a raíz de su restauración y rehabilitación al culto por la Congregación Sacerdotal de la Santa Cruz.

La Virgen y San Juan son del siglo XII, realizadas en madera de boj u olivo de una sola pieza sin ensamblajes; talladas ciñéndose a la estructura del tronco, ligeramente curvada hacia la izquierda, lo que origina un leve movimiento que les da gracia y volumen. La policromía imita la textura de las telas de la época, con motivos vegetales y oro en los detalles. La talla de San Juan coloca el brazo derecho apoyado en el rostro: expresión máxima de dolor que se permitía en la representación de los personajes que acompañaban a la divinidad, y que quedó como distintivo de la figura de San Juan durante siglos.
Está compuesta por la imagen del Cristo del siglo XIV, crucificado sobre un Árbol-cruz y la tablilla del INRI. Altura 130 cm. envergadura 120 cm. La talla es probablemente de frutal mediterráneo, compuesta por el ensamblaje de tres piezas: el cuerpo central y los brazos. Tiene la cabeza inclinada 50 grados al estilo franciscano del siglo XIII, con corona de ochos y espinas de grandes dimensiones; ojos cerrados y arruga frontal sindónica, en la parte posterior se percibe una oquedad, recubierta de tela y estuco, que se usaba como relicario. Torso con herida lancelada entre el cuarto y quinto espacio intercostal, de la que mana sangre que gotea hacia abajo atravesando el paño de pureza. El “perizoma” o paño de la pureza es corto, de color azul con dibujo de influencia italo-bizantino en blanco plateado, su forma anudado al lado derecho, determina la época de la realización de la figura, dado que la longitud de la caída de la tela fue admitida corta de longitud, en el siglo XIV, así como la colocación franciscana de las extremidades, piernas cruzadas y pies superpuestos unidos con un solo clavo. Los brazos izquierdo y derecho, en ángulo de 125º y 120º con la vertical fueron ensamblados con un refuerzo de tela cubriendo la junta del hombro. Los recorre en su parte anterior un grueso vaso venoso, policromado de azul. Toda la figura está policromada en un tono de encarnadura suave, salpicado por gotas de sangre en la parte anterior y posterior.

La cruz conserva sus características de árbol, con el brote de las ramas. Policromada en gris verdoso pálido con pequeñas florecillas en rojo y azul oscuro, representa la victoria de Cristo sobre la muerte.

El INRI es una tablilla de madera tallada en forma de pergamino enroscado en los extremos y policromada en blanco y cadmio, letras en azul cobalto claro y oro en los bordes, tan diferente de la tradición de esta tablilla.

De ella se conservan en el museo histórico municipal de Valencia dos lienzos ovalados de arte popular del siglo XVII sobre el Bautismo de San Vicente Ferrer y entrada de San Vicente en Valencia

Las imágenes de la Virgen y San Juan Evangelista, son tallas de madera probablemente de boj u olivo. Altura 123 cm. Soporte de madera de una sola pieza sin ensamblajes, tallada ciñéndose a la estructura de la madera ligeramente curvada, lo que origina un leve movimiento que da gracia y obliga a tallar los brazos pegados al cuerpo. San Juan lleva un libro en la mano izquierda, su evangelio; el brazo derecho está plegado sobre el antebrazo, con la mano cerrada sirviendo de apoyo al rostro. Denota expresión de dolor. Quedó como distintivo iconográfico en la figura de San Juan Evangelista durante siglos.

Capilla de la Virgen María Madre de Dios
Históricamente esta capilla fue fundada por el caballero Berenguer de Peramola en 1401, bajo la advocación de San Dionisio y Santa Margarita, como dejó escrito en su testamento. De hecho en esta capilla había un bellísimo retablo dedicado a estos santos (pintado por el Maestro de Cabanyes, entre 1505 y 1510), que en 1939 fue trasladado al Museo Diocesano y en la actualidad está ubicado en una capilla de la girola de la catedral de Valencia.
Esta capilla recibió otras advocaciones, la última, hasta 1936, “de la Virgen del Remedio”.

Actualmente se dedica a la advocación de la Virgen Madre de Dios.

Un óleo anónimo del s. XVIII de la colección Gómez-Fos, que representa a la Virgen del Buen Reposo o de la Leche, en su maternal actitud hacia el Niño, sirve de icono de la advocación para las jóvenes esposas y madres que se acogen a Su protección. Esta representación de María es también conocida como Virgen Nutricia o nodriza, Virgen del Buen Reposo o Virgen de Belén o de la gruta de Belén; en una adveración iconográfica sobre la Virgen en que se la representa en el acto de amamantar al Niño Jesús.

En la Cristiandad latina la adveración se hizo muy popular, con la denominación “Virgo Lactans”, sobre todo en los siglos finales de la Edad Media. Fue muy utilizado este motivo, para representaciones artísticas, por la Escuela de Siena del Trecento (siglo XIV), pero muy pronto se difundió por toda Europa Occidental. Hasta tal punto era demandada esta iconografía, que se incorporaba como elemento central de escenas evangélicas como la Huída a Egipto, donde el grupo familiar toma un “descanso” para que el niño se amamante, de ahí la denominación “Buen Reposo” o “Virgen del Reposo”

Ntra. Sra. de la leche es patrona de Belén, de los matrimonios que desean tener hijos y de las madres que tienen recién nacidos. De la familia en general. Se inaugura esta capilla bajo la adveración de María Madre de Dios es este día de S. Juan bautista del año 2015.


Capilla de San Francisco de Asís. Acceso a la cámara oculta. (Norte del presbiterio)
La capilla se encuentra entre los contrafuertes del lado norte del ábside, se data entre los siglos XIV-XV. Enterramiento del Conde de Peñalva, mayordomo real. A la capilla se accede por un arco formero trilobulado de gran altura y con capiteles de decoración vegetal. Lo más interesante es la bóveda con la que se cubre. Se trata de una bóveda de crucería en la cual los nervios se entrecruzan formando un nudo; solución de gran audacia constructiva por parte del maestro de obras, ya que une la cubierta con los muros, algunos al parecer preexistentes, con una gran conocimiento de la estereotomía de la piedra, que muestra un gótico muy maduro.
En lo alto del muro oeste hay una abertura que da paso a una “cámara oculta” sobre la capilla de las pinturas murales; es otra capilla de idénticas dimensiones, a la que sólo se podía acceder por una antigua escalera de caracol, situada en el interior del muro o a través de la pequeña abertura a unos siete metros de altura. Este lugar, llamado también “reconditorio” servía para ocultar el Santísimo Sacramento, las reliquias de los santos o joyas de las imágenes. En las órdenes religioso-militares, se usaba a veces como calabozo. En el siglo XIX se situó el archivo de la iglesia.
Es una cámara de bóveda apuntada, que posee un arco transversal ojival sobre el que descarga el muro oeste de la torre del campanario, obra del siglo XVII. Desde la cámara oculta arranca la escalera de caracol de subida a la sala de las campanas.




Otras entradas:

IGLESIA SAN JUAN DEL HOSPITAL, VALENCIA (I): ENTRADA: https://bichosymasvlc.blogspot.com/2024/02/iglesia-san-juan-del-hospital-valencia-i.html


IGLESIA SAN JUAN DEL HOSPITAL, VALENCIA (II): INTERIOR: https://bichosymasvlc.blogspot.com/2024/03/iglesia-san-juan-del-hospital-valencia.html


IGLESIA SAN JUAN DEL HOSPITAL, VALENCIA (III): PATIO SUR: https://bichosymasvlc.blogspot.com/2024/03/iglesia-san-juan-del-hospital-valencia_8.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario