viernes, 26 de junio de 2020

DE PASEO POR ÉCIJA (XI): CASAS - PALACIOS (I)

Palacio del Marqués de Alcántara

De esta antigua mansión que perteneció a una de las familias más principales de écija solamente queda la portada. Está documentado que los maestros de obras Lucas Bazán y Pedro Lozano de la Torre intervinieron, durante el segundo cuarto del siglo XVIII, en las obras de reforma que llevó a cabo el IV Marqués de Alcántara del Cuervo, Don Manuel de Villavicencio y Castrillo, en estas sus casas principales.

La portada, elemento más interesante que resta de la edificación original, realizada en mármol, presenta entablamentos ondulantes que, junto a la ornamentación de las jambas y de los arcos, dan al conjunto un estilo singular. 






Casa señorial Fernández de Córdoba

El Edificio fue construido en el siglo XVIII en ladrillo visto, su construcción es sencilla, y lo que más destaca en el es su portada neoclásica. Otra de las cosas que llama la atención es que la última de sus tres plantas está formada por una galería de arcos de medio punto sobre columnas dóricas de ladrillo con molduras. El Palacio de Fernández de Córdoba, hoy en día se utiliza como la sede de la Agencia Tributaria

Casa-Palacio de los Castrillo

Es uno de los más antiguos ejemplos conservados en Écija, fechado a comienzos del siglo XVI, presenta una fachada cuyo elemento más destacado es la portada, en ella se aprecian reminiscencias del gótico final. Es de ladrillos con dintel adovelado pero surmontado por arco conopial y medios círculos afrontados en cada una de las dos mitades. Todo el conjunto queda enmarcado por un cordón que hace las veces de alfiz. La decoración de la parte superior, que enmarca una gran vano, es un añadido de época posterior.



Casa-Palacio de Don García Fernández de Bobadilla

Actualmente es un inmueble muy modificado y convertido en vivienda, se conserva la portada original, realizada en piedra blanca, con vano central adintelado con ménsula en la clave; se enmarca mediante pilastras cajeadas decoradas con pinjantes y sobre la misma, un frontón triangular partido aloja el balcón central. Sobre el mismo, un frontón, similar al anterior, cobija el emblema heráldico de la Familia, rematándose el conjunto con un ático mixtilíneo recorrido por una cinta de azulejos color cobalto sobre el que campean bolas cerámicas.

Palacio de los Condes de Garcilasso

Estos inmuebles, situados en la calle Garcilasso números 5 y 10, pertenecieron al linaje Lasso de la Vega y Fajardo, vinculado a Écija desde el siglo XVI, concretamente antes de 1568.

El edificio con el número 10 presenta una interesantísima portada adintelada, aunque bastante degradada en su tercio inferior. Se encuentra enmarcada por pilastras de orden toscano que se decoran con bajorrelieves de motivos vegetales carnosos. Contorneándola se despliega un baquetón que, en el dintel, se vuelve quebrado y genera unos espacios rectangulares en cuyo interior se disponen veneras y motivos vegetales.

El balcón que se dispone sobre esta portada se guarnece igualmente de pilastras toscanas decoradas con motivos vegetales que se extienden al friso y la clave. El frontón, partido y rizado como el de la portada, aloja el escudo del linaje, sostenido por querubes alados. Este conjunto se data en 1714-1715 y no en los comienzos del XVII; su autor es Juan Jerónimo Ramírez, maestro cantero de Castro del Río (Córdoba), al que, probablemente, se deba la autoría de la portada de la casa nº 5 de esta misma calle, vinculada también a los Lasso de la Vega, de unas características similares.


Casa-palacio de los Aguilar

Se encuentra ubicada en la Calle Palomar de Capuchinos y perteneció a una de las ramas del apellido Aguilar, como lo pregona el emblema heráldico de su fachada.

Posee una buena portada de ingreso al inmueble que es datable en la segunda mitad del siglo XVIII, época en que el edificio sufrió una profunda remodelación adoptando la distribución típica del momento.

Dicha portada se estructura en altura mediante columnas pareadas y unas líneas severas que nos anuncian el neoclásico. En el segundo cuerpo el vano central se presenta flanqueado por pilastras y esculturas de mujeres, rematándose el conjunto con un frontón curvo y roto con edículo y escudo familiar en el centro.

La planta del inmueble se conforma en un amplio zaguán que permite el acceso al apeadero a través de una magnífica cancela de forja; al fondo de éste y bajo pórtico se puede apreciar la puerta de ingreso al patio desde donde arranca la escalera de acceso a la planta superior. 




Palacio del Conde del águila

Profundamente modificado, este antiguo palacio ubicado en la calle Palomar de Capuchinos nº 12, perteneció a los Condes del águila. De la edificación original se conservan dos portadas gemelas a nivel de fachada construidas en ladrillo enfoscado.Estructuralmente se organizan mediante entablamentos ondulados y arcos mixtilíneos característicos del último cuarto del siglo XVIII y que, probablemente, el maestro de obra que las ejecutó tuviese como modelo la preciosa portada del palacio del Marqués de Alcántara.



Palacio del Marqués de Santaella o Conde de Puerto Hermoso, Museo Casa-Palacio de Palma

Se considera que fue la primera casa solar de los Fernández de Bobadilla pues fue mandada construir por D. Garcitello Fernández de Bobadilla; pasó después a propiedad del Marqués de Santaella y posteriormente a los Condes de Puerto Hermoso.

Es un palacio barroco del siglo XVI-XVII, se pueden contemplar sus magníficos artesonados de lacería mudéjar y mobiliario del siglo XIX. Está declarado Bien de Interés Cultural. Perfectamente conservado, este palacio se asienta sobre un antiguo convento de la Orden Dominica. Destaca la portada principal de la fachada, obra del primer tercio del XVIII, con elementos ornamentales singulares consistentes en figuras antepuestas a las pilastras a modo de cariátides. La misma estructura se repite en el segundo cuerpo rematado por un edículo en el que se ubica el escudo heráldico de la Familia. En un lateral de la fachada se ubica un retablo callejero decorado con pinturas murales con la advocación de la Virgen de Valvanera que posee todo el encanto de la época.

 La entrada del palacio da paso al apeadero, a la izquierda las caballerizas y a la derecha el patio central de dos plantas y con arcos de medio punto y columnas de mármol. Desde este patio se accede al patio de los naranjos, con una fuente de piedra y el antiguo pozo conventual que, según una antigua leyenda, conecta con un pasadizo que llega hasta el río Genil. La escalera de acceso a la planta superior es de dos tramos y su caja se cubre de cúpula profusamente decorada con motivos pictóricos ya de la segunda mitad del siglo XVIII.

Cuenta con una planta superior con grandes salones con techo de artesonados mudéjares, galerías y gran cantidad de mobiliario antiguo: la sala del escritorio, la sala de la música, varias galerías con antigüedades, salón comedor con pavimento del siglo XVI y otro salón decorado con artesonado con lacería de estrellas. Como consecuencia de la ley de Desamortización de Mendizábal, las monjas abandonan el convento asentándose posteriormente el Marquesado de las Cuevas del Becerro. En 1843 fue convertido en Plaza de Abastos, en 1899 se instaló el Parque de Intendencia y, desde 1940, la artística casa está habitada por los de Palma.

Es Bienes de Interés Cultural 





Museo Casa-Palacio de los Palma

Ocupa un palacio del siglo XVI-XVII. Está declarado Bien de Interés Cultural

Perfectamente conservado, este palacio se asienta sobre un antiguo convento de la Orden Dominica. La entrada del palacio da paso al apeadero, a la izquierda las caballerizas y a la derecha el patio central de dos plantas y con arcos de medio punto y columnas de mármol. Desde este patio se accede al patio de los naranjos, con una fuente de piedra y el antiguo pozo conventual que, según una antigua leyenda, conecta con un pasadizo que llega hasta el río Genil.

Cuenta con una planta superior con grandes salones con techo de artesonados mudéjares, galerías y gran cantidad de mobiliario antiguo: la sala del escritorio, la sala de la música, varias galerías con antigüedades, salón comedor con pavimento del siglo XVI y otro salón decorado con artesonado con lacería de estrellas. Puede visitarse.

Como consecuencia de la ley de Desamortización de Mendizabal, las monjas abandonan el convento asentándose posteriormente el Marquesado de las Cuevas del Becerro. En 1843 fue convertido en Plaza de Abastos, en 1899 se instaló el Parque de Intendencia y, desde 1940, la artística casa esta habitada por los de Palma.











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