Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria
Fundación
Fundada en 1506 sobre la ermita de San Martín, perteneció hasta la exclaustración a la Orden de Mínimos de San Francisco de Paula. Fue el cuarto convento de la Orden que se fundó en España, de manos de D. Francisco de Aguilar y Córdoba y Dª Elvira Ponce de León, apoyados por Fray Pablo Rosado. éstos y el Concejo de la Ciudad ayudaron en varias ocasiones a la Orden en la realización de obras de restauración y consolidación del inmueble.
En la actualidad, mediante acuerdo con la Iglesia, la Hermandad del Cristo de Confalón tiene allí su sede y se compromete a mantener el culto.
Iglesia
Planta de cruz latina conformada por una gran nave y crucero. La primera, cubierta por artesonado a dos aguas con labores de lacería, bóveda de cañón en el presbiterio, de cañón con lunetos en los brazos y media naranja sobre pechinas en el centro.
El conjunto está realizado en ladrillo cortado y tallado con ausencia de azulejería ornamental, salvo en el chapitel.
De similares características es la portada que se sitúa a los pies de la iglesia.
Esta construcción fue derribada en 1965 debido a la inminente ruina, levantándose sólo la parte correspondiente a la cabecera y crucero, obras que finalizaron en 1974.
En la nueva construcción se conservó el camarín de San Francisco de Paula con decoración de yeserías barrocas en su interior, tras el que se encuentra el panteón de la Casa de los Marqueses de Peñaflor, cuyo origen se remonta a la fundación del convento.
En esta restauración se dejó exenta la nueva parte construida dejando como separación un patio que hace las veces de compás, que a su vez une los restos pertenecientes a la antigua fábrica como la torre y las portadas barrocas realizadas en mármoles policromos.
Portadas
La del lado del Evangelio está realizada en torno a 1754-1757, utilizándose en su construcción jaspe y mármol blanco. Consta de dos cuerpos, el inferior es un gran vano central de medio punto con molduras en las enjutas, flanqueado por sendas pilastras toscanas sobre pedestales con decoración a modo de pinjantes; el segundo cuerpo consta de un frontón triangular partido con remates, de cuyo centro emerge una hornacina de medio punto entre pilastras, coronándose el conjunto por un remate mixtilíneo que sirve de apoyo a una cruz. La parte superior se encuentra desmantelada, presentando el conjunto un lamentable estado de ruina en la actualidad.
Consta de cuatro cuerpos cuya ornamentación dota al conjunto de gran singularidad. Ello es patente en la armoniosa utilización de arcos avenerados, arcos en cortina y de medio punto, pilastras almohadilladas y cajeadas, vanos ovalados y polilobulados, arquerías ciegas y chapitel doble octogonal que sirve de base a una cruz con veleta de forja.
Torre
Fue realizada, según la casi ilegible lápida fundacional que a ella se adosa, a solicitud de los Padres Fray José Santos y Fray Pedro Díaz, entre los años de 1754 y 1757. Realizada en ladrillo, se aparta del resto de las torres barrocas ecijanas en cuanto a que el fuste se presenta decorado.
Iglesia de Santiago el Mayor
Es el edificio eclesiástico más interesante de la ciudad, siendo una de las iglesias más elegantes de la provincia y magnífica representante del estilo gótico-mudéjar del siglo XV. Destacar la Virgen de los Dolores y el Cristo de la Espiración junto a la Capilla “indiana” de los Montero. Fue declarada Bien de Interés Cultural por el Decreto 434/1983, de 25 de enero.
Fundación
Situada a corta distancia de la Puerta de Osuna, y en la margen izquierda del arroyo hoy llamado del Matadero, es tradición que existía de antiguo una ermita dedicada a Santiago. ésta debió de servir de núcleo a un arrabal que se fue formando a lo largo de los siglos XIV y XV. Hacia 1450 fue elevada a la categoría de Parroquia, lo que obligó a iniciar la construcción de un nuevo templo, cuya iglesia gótico-mudéjar con tres portadas de acceso, se encuadra dentro del círculo artístico de la Catedral de Sevilla, con añadidos durante el siglo XVII como fue el caso de la Capilla de los Monteros. Sucesivas transformaciones fueron ampliando el conjunto edificado, concretamente a lo largo del siglo XVIII se realizan nuevas construcciones, entre las que figuran la Capilla Sacramental, claustro, portada principal y torre.
Iglesia
Consta de tres naves separadas por pilares ochavados moldurados sobre los que cabalgan arcos apuntados, cubriéndose la central en artesa y las laterales a un agua. La cabecera consta de ábside y capillas laterales. El presbiterio se cubre con bóveda de crucería en abanico precedido por un tramo sexpartito, y las capillas laterales con bóvedas de nervios. Entre 1965 y 1969 se efectuaron importantes intervenciones en el interior de la misma, desapareciendo el conjunto coral, trasladándose el órgano a una tribuna de nueva realización situada a los pies de la nave central.
Capilla Sacramental
Fue iniciada en 1761 por Pedro de Silva y continuada por Ambrosio de Figueroa, interviniendo en su ejecución alarifes ecijanos como Bartolomé Bautista de Morales, José Díaz Acevedo y Bartolomé González Cañero como Maestro escultor. Está considerada como uno de los conjuntos más ricos del barroco ecijano. Su planta cuadrada se cubre con una cúpula de media naranja sobre pechinas. Tanto la capilla como el camarín se decoran con rica ornamentación de yeserías barrocas, predominando en el camarín la utilización de la rocalla.
Capilla de los Montero
Fechada por una inscripción en 1630, se encuentra situada en el segundo tramo de la nave de la Epístola, comunicándose con dicha nave mediante un gran arco de medio punto rebajado. De planta rectangular, se cubre por bóveda ovalada gallonada, concentrándose la rica y profusa decoración de yeserías tanto en su interior como en la fachada de acceso a la misma.
Claustro
Contemporáneo a las construcciones realizadas en la segunda mitad del siglo XVIII, su planta se adapta al espacio existente, deformándose algunos de los lados del rectángulo que simula. Se encuentra porticado en sus cuatro frentes con arcos de medio punto sobre columnas toscanas elevadas por pedestales octogonales.
Portadas
De la iglesia original aún conserva tres portadas gótico-mudéjares que presentan abocinamiento de arcos apuntados con decoración de puntas de clavos. Las situadas a los pies de la nave central y en el muro del Evangelio con salida al claustro, La portada de la calle Coronado presenta sobre el vano un arco conopial, todas enmarcadas por alfiz.
Respecto a la portada principal de acceso al claustro desde la Barrera de Santiago su construcción data de mediados del siglo XVIII, atribuida a las obras proyectadas por Pedro de Silva. Realizada en piedra blanca de Estepa, se articula en torno a un vano adintelado flanqueado por columnas pareadas toscanas sobre pedestales, sobre los que descansa un entablamento que sirve de base a un frontón partido del que emerge una hornacina de medio punto que alberga la escultura de mármol de Santiago, flanqueada por dos columnas, coronándose el conjunto por un remate mixtilíneo. Tanto del remate como de los lados del frontón partido emergen copetes piramidales que realzan su verticalidad.
Torre
Ubicada desde la fundación a los pies de la nave del Evangelio, se vio afectada por el terremoto del 1 de noviembre de 1755. Fue derribada en 1757, comenzándose ese mismo año la construcción de la nueva torre con cambio de ubicación. Las obras serán dirigidas por el arquitecto Juan Núñez, encargándose el maestro local Bartolomé Bautista de Morales. Consta de un elevado fuste realizado en ladrillo, en el que se abren dos balcones en dos de sus frentes con profusa decoración de cantería, alternándose en sus frentes vanos circulares y cuadrados. El primer cuerpo, denominado de campanas, sigue el esquema compositivo de la torre de Santa Cruz, con la alternancia de vanos de medio punto, dos para los frentes Norte-Sur y uno en los opuestos, vanos que se enmarcan por pilastras con capiteles pseudocorintios. El segundo cuerpo se enmarca por una potente balaustrada pétrea con remates a modo de pináculos en sus ángulos, de cuyo centro emerge un cuerpo octogonal de ocho vanos de los que sólo se abren al exterior cuatro, enmarcados por pilastras toscanas. El tercer cuerpo queda delimitado por una baranda de hierro entre ocho pedestales rematados por pináculos, de cuyo centro emerge otro cuerpo octogonal, que repite el esquema compositivo de vanos del cuerpo inferior, con la particularidad de que los vanos se enmarcan por estípites. El conjunto se remata por un cupulín y su linternón sobre el que se alza una cruz de forja con veleta. La decoración del conjunto combina molduras y capiteles de ladrillo tallado, elementos decorativos pétreos, revocos pintados y cerámica azul vidriada. Esta última se centra en frisos, pilastras, estípites, cupulín, etc. lo que crea un efecto polícromo junto con el enfoscado de los cuerpos superiores, que lo diferencia claramente del fuste de ladrillo limpio.
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