Villanúa es un municipio pirenaico del norte de la provincia de Huesca, en la comarca de la Jacetania y enclavado en el centro del Valle del Aragón a los pies del Pico Collarada, 2886 m. la cima más alta del Valle del Aragón,
CUEVAS
En la localidad existen varias cuevas que sirvieron para albergar a las poblaciones durante el neolítico y eneolítico (3.000 a.C.), que emplearon estas cuevas como sepultura de carácter colectivo. El uso sepulcral se extendió hasta la Edad de Bronce (1.800-1.000 a.C.) y que también en épocas del tardorromano estas cavidades tuvieron su función.
En la localidad se han hallado restos romanos, que se asocian al paso de la Vía del Summo Porto por el municipio, cuyo trazado coincide, además, con el itinerario del Camino de Santiago. Para defender la vía romana de la incursión de enemigos procedentes de la vertiente norte, entre los siglos VII y VIII se creó el Señorío de Aruej. Las primeras noticias de esta aldea aparecen en las Crónicas visigodas de Toledo y de ella dependen todas las tierras del entorno hasta el siglo XII. Sin embargo, excavaciones más recientes refuerzan la idea de que en la Edad de Bronce las cuevas fueron también un hábitat humano. Los restos encontrados, cerámicas de almacenaje y de uso diario y, sobre todo, el excepcional fragmento de molino de cereal, hacen pensar en que las cuevas fueron empleadas para pasar largas temporadas de vida.
La primera noticia histórica sobre Villanúa está recogida en el Cartulario de Santa Cruz de la Serós, el 26 de marzo de 992. Ya existe el actual núcleo y se da noticia de la repoblación con habitantes bearneses que registró la localidad, en el siglo IX. Actualmente, todavía quedan apellidos de origen francés entre los vecinos.
TOPONIMIA
El significado de Villanúa o Bellanuga en origen sería belan-uga, 'enseguida agua', y responde a la estructura propia de la ubicación de la localidad en un llano atravesado por el río Aragón en el que el nivel freático está muy cerca de la superficie.
La denominación de Villanúa no quedó fijada hasta el siglo XIII. Previamente, la localidad se llamó Vilanúa, Villanuga, Villa Nuga, Villanova, Villa Nova, Billanúa, Villa Nueva o Villanoa. Denominaciones todas ellas que hacían referencia a la situación de la Villa Nueva enfrente del Señorío de Aruej. O lo que es lo mismo, los hombres libres, con tierras y derechos reconocidos por la Corona, frente al Señor de Aruej. Entre los habitantes de Villanúa, el Rey de Aragón nombró once infanzones.
El topónimo Villanúa ya aparece en un documento matrimonial de Sancho Garcés II y su esposa Urraca que la ceden al monasterio de Santa Cruz de la Serós en 992 y posteriormente en otros documentos de 1079 y 1097, Pedro I dio Villanúa de nuevo al monasterio de Santa Cruz de la Serós en 1118, etc.
CAMINO DE SANTIAGO
El camino de Santiago aragonés cruza Villanúa, atravesando el puente medieval del siglo XII y que desde hace siglos facilita el cruce del rio a los peregrinos.
IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DE LOS ÁNGELES
El casco viejo se encuentra organizado alrededor de la iglesia parroquial de San Esteban, de origen románico (siglo XII) aunque muy modificada durante siglos posteriores. Del templo original se conserva el muro que sirvió de portada con canecillos en su parte superior. En el siglo XVIII fue sometido a una reforma integral que configuró su aspecto actual. Consta de una nave principal de mayores dimensiones y una lateral, separadas por un pilar en el que apean arcos rebajados.
En el lado norte, casi a modo de tercera nave, se abren dos capillas rectangulares. Cabe resaltar el pequeño pórtico del lado sur que cubre la portada que da acceso al templo. La dotación artística de la iglesia es variada y de gran valor.
El retablo mayor, dedicado a San Esteban, es una obra escultórica de principios del siglo XVII que sigue los criterios artísticos de los talleres de escultura romanista de Sangüesa. Se estructura en banco, cuerpo de tres calles y ático.
La pieza más antigua conservada en la iglesia es la talla románica de Nuestra Señora de los Ángeles, procedente de la desaparecida capilla homónima del cementerio de la localidad, situado en el Camino de la Fuente y su desaparición se produjo en los años 20 del siglo XX. Data de entre finales del siglo XI y comienzos del XII, representa a la Virgen como Trono de la Sabiduría y conserva su policromía original, es quizás la virgen románica más antigua de Aragón.
"Domingo Buesa relaciona esta imagen con el impulso que aportó la comunidad de monjas de Santa Cruz de la Serós en relación con el culto mariano y la sitúa con una gran probabilidad como la más antigua muestra de la imaginería marianarománica en el reino de Aragón". Según cita Omedes en su web de románico aragonés.
Otra pieza relevante es el retablo del Santo Cristo que alberga la magnífica talla de la crucifixión. En el templo se conservan también otras obras barrocas de relevancia, como el retablo de Santa Orosia, con una cuidada pintura que representa el martirio de la santa. De mayor calidad es el lienzo que preside el retablo de la Inmaculada Concepción, realizado a mediados del siglo XVII. El testero de la nave lateral está decorado con el retablo de la Virgen del Pilar del siglo XVIII.
EL PUENTE MEDIEVAL
Es del siglo XII, mandado construir por el rey Pedro I de Aragón en 1100 para facilitar el tránsito en el Camino de Santiago, este puente medieval aprovechó los cimientos romanos de una pasarela anterior, fue el único acceso a la localidad hasta la construcción del puente nuevo en los 90, por lo cual también se halla muy modificado.
En la Edad Media, la principal fuente de ingresos del municipio, puesto que tanto personas como animales tenían que pagar peaje al cruzar.
En la actualidad, es el acceso Norte al casco histórico de Villanúa. En el muro restante todavía se conservan dos losas con inscripciones.
CUEVA DE LAS GÜIXAS
Las Güixas o «casa de las brujas» es uno de los treinta abrigos o cavidades documentados en el municipio de Villanúa (Huesca). Es la única gruta visitable de la localidad.
Estas grutas se encuentran dentro del sistema kárstico del Pico Collarada de 2886 m. de altura y composición caliza y tienen su origen en el Cuaternario (glaciación de Würm) hace entre 25 y 30.000 años. Las Güixas se encuentra junto al histórico Camino de Santiago entre el Somport (el Summus Portus) y Jaca.
La cueva tiene 1100 m de recorrido y 67 m de desnivel y su forma alargada y dirección WSW-ENE está controlada por la estructura, la estratificación y la fracturación de la roca. Las cuatro aberturas al exterior presentes en las partes altas de la cueva facilitan la circulación unidireccional de aire. Internamente se puede dividir en tres niveles de galerías, uno inferior, uno intermedio y uno superior
Por el nivel inferior circula un río subterráneo que drena al río Aragón constituyendo una importante surgencia. A través de un sistema de sifones este nivel comunica con el resto del sistema endokárstico de Collarada de donde procede el agua.
El nivel intermedio corresponde a la zona habilitada para el turismo y su parte baja está ocupada por un cauce por el que circula un curso de agua torrencial esporádicamente, alimentado desde el nivel inferior.
El nivel superior se sitúa a 15 metros sobre el nivel intermedio y está formado por dos galerías fósiles, con salida al exterior. Estas galerías son las de mayor recorrido y temperatura más elevada, lo que ha facilitado asentamientos humanos en época histórica y prehistórica. En la actualidad estas galerías del nivel superior constituyen un hábitat excepcional para varias especies de murciélagos.
Se trata de una cueva de disolución activa, ahondada por el agua en la roca caliza a los pies de la cara suroeste del pico Collarada, que comenzó a formarse durante las últimas glaciaciones del Cuaternario. Debe su nombre a un hueco que ilumina una de las cámaras. Es un complejo kárstico, que conserva evidencias de ocupación humana antigua. El interior cuenta con varias salas, alcanzando la de más altura los 16 metros, en ellas podemos encontrar diversas formaciones calcáreas: estalactitas, estalagmitas, columnas, coladas, gours, etc. y en el cauce de un curso de agua torrencial que se alimenta gracias al sistema de sifones.También consta de una chimenea, una sima que comunica con el exterior generada a partir del hundimiento del suelo, conducto de preferencia de los murciélagos que viven en la cueva y lugar de celebración de los akelarres.
Investigaciones arqueológicas han recuperado restos en su interior: los más antiguos datan del neolítico (año 3.000 a.C.) y los más recientes de la época romana (S. IV d.)
Documentos manuscritos y leyendas orales cuentan que la Cueva, un lugar cargado de energía y misterio, acogía la celebración de reuniones y aquelarres de brujas desde el S.XV al S. XVIII. La más importante de estas mujeres fue Guirandana de Lay, sentenciada a muerte en el año 1461 por hechicera y envenenadora.
Durante la Guerra Civil española (S. XX) como refugio de soldados y calabozo de presos del régimen. Los prisioneros de los denominados “Batallones de Castigo” realizaban trabajos de construcción de los bunkers y pasadizos que conforman la línea P (línea defensiva de los Pirineos) en los pasos fronterizos.
Las visitas guiadas a la cueva de las Güixas se llevan realizando desde 1929. La visita comienza en el Centro de Interpretación de la Naturaleza “Subterránea” donde mediante modernos sistemas audiovisuales empezamos a descubrir todo lo que la visita nos va a deparar.
la Cueva de las Güixas está catalogada desde 2010 como Lugar de Interés Comunitario (LIC), e incluida en la Red Natura 2000, una figura de protección a nivel europeo, debido a las ocho especies de murciélagos encontradas. Además, desde 2015 forma parte del Lugar de Interés Geológico (LIG) denominado Cuevas de Villanúa.
DOLMENES
Los
dólmenes son monumentos megalíticos que se han utilizado como tumbas
colectivas. Algunos arqueólogos piensan que podrían haber tenido más usos, y
los restos de gravados similares encontrados en varios dólmenes de diferentes
países podrían incluso sugerir que había una religión común en gran parte de
Europa durante el Neolítico, el Calcolítico o la Edad del Bronce.
La palabra “Dolmen” viene del Bretón: DOL = MESA y MEN = PIEDRA.
Los tres dólmenes que podemos encontrar en los alrededores de Villanúa, los dólmenes de Letranz, Güixas o Diez Campanas están datados en el Eneolítico (3.000 a.c.).
El dolmen de Diezcapanas (o de las Tres Peñas) y el camino viejo de Cenarbe: El nombre de este dolmen «Diezcapanas» quiere decir en realidad «10 cabañas» en aragonés, con lo que podemos deducir que antiguamente había cabañas de pastores cerca del precioso paraje donde está construido.
El dolmen de Las Güixas es uno de los mejores conservados del Alto Aragón. Este monumento megalítico de época Neo-Eneolítica conserva una cámara funeraria completa, monolitos laterales y cubierta, mientras que el túmulo que la recubría está incompleto. El dolmen de Las Güixas es el que tiene más fácil acceso desde Villanúa. Desde el CIN Subterránea, tomando el Camino de Santiago, son 15 minutos de tranquilo paseo. Se puede estacionar los vehículos en el aparcamiento de la Oficina de Turismo. Se encuentra a 5 minutos de la entrada de la cueva de Las Güixas (de ahí que compartan el mismo nombre), en dirección a Canfranc Pueblo, y 15 minutos del CIN Subterránea (Centro de interpretación de la cueva de Las Güixas y Oficina de Turismo).
El dolmen de Letranz está situado a unos 3 kilómetros de la localidad, junto a la pista de Collarada, que accede a los refugios de la Espata y la Trapa. Es visible desde la pista y se encuentra situado junto al muro de piedra que limita la pradera.
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