Esta práctica agrícola es conocida como “fangueo o fangueja, consiste en mover el terreno para airear la tierra y que se mezclen los restos de los tallos secos del arroz que quedaron tras la siega del otoño pasado, para que se pudra y aportes nutrientes a la misma. Estas tareas se realizan con tractores especialmente preparados para esta labor, sustituyendo los neumáticos habituales por grandes ruedas metálicas en forma de rejilla, denominadas “gàbies”, que sacan a la superficie numerosos pequeños invertebrados y anfibios que sirven de alimento a las aves.
La gran abundancia de alimento que facilita esta práctica hace aumentar el número de aves que residen en la Albufera durante el periodo de fangueo, por eso es fácil poder observar gaviotas reidoras, garcillas bueyeras, garcetas comunes y moritos, aprovechando la estela que dejan los tractores.
Los cangrejos americanos son, sin duda, la principal y casi inagotable fuente de alimento para toda esta avifauna.
Tras ellas aprovecharán los campos fangueados miles de limícolas, avefrías, chorlitos dorados, correlimos, combatientes, avocetas y algún tempranero andarrios,... aprovechan los invertebrados que viven en el barro antes de que este se seque.
También es tiempo de gaviotas en la Albufera. Reidoras y gaviotas sombrías son sin dudarlo la más numerosas y pueden verse casi en cualquier parte recorriendo los arrozales.
Con suerte se pueden observar ejemplares de gavión cabecinegro, gaviota argentea, gaviota cana, gaviota enana o gaviota del Caspio, cigüeñas negras, avetoros, cigueña negra.
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