Alaquàs se encuentra en la comarca de l´Horta Sud de la provincia de Valencia. Recibe su nombre de la adaptación del árabe (al- aqūās) que significa “los arcos”. El castillo de Alaquàs fue declarado Monumento Histórico y Artístico el 26 de abril de 1918, tras un intento de derribo y Bien de Interés Cultural el 1 de diciembre de 1999.
Alaquàs fue una alquería de origen musulmán hasta el año 1238, que fue conquistada por Jaume I quién le dio la titularidad a Bernart Castelló. Bernat se la cambió a Ponç de Soler por unas posesiones, y a Soler le duró poco su nueva adquisición: al poco tiempo, se la confiscaron y pasó a ser dominio de la Corona. A principios del s.XIV, Juan Escrivà la compró y, a lo largo del siglo, volvió a ser comprada, esta vez por los Vilaragut.
Entrado el siglo XV, el señorío volvía a cambiar de manos: los Vilaragut se lo vendieron a los Aguilar. Más tarde, pasaba a ser patrimonio de los Pardo de la Casta. Luis Pardo, miembro de esta familia, fue nombrado conde de Alaquàs en 1577, y se le atribuye en el año 1582el inicio de la construcción del castillo de Alaquàs sobre la anterior fortificación musulmana.
El actual Castillo de Alaquàs es el resultado de un gran proyecto constructivo datado a principios del s. XVI. La estructura principal, y con ella la totalidad del espacio construido en sus diversas plantas, se concluye en el propio siglo XVI, aunque con ciertas modificaciones respecto al plan de obra inicial.
Su construcción se vio precedida de una profunda explanación de un área urbana consolidada desde el siglo XIV y con ella la antigua Casa Señorial. El objetivo fue el de emprender una gran reforma urbana que aspiraba no sólo a la construcción del Castillo, sino también a la edificación de la que años más tarde será la iglesia parroquial.
A partir de 1918, con el fin de los señoríos, se inició un proceso de expolio del Castillo para aprovechar sus materiales, principalmente su madera, como elemento meramente comercial. La respuesta social fue inmediata, los intelectuales emplearan todos sus esfuerzos para impedir esta aberración; gracias a las gestiones de Mariano Benlliure, a través de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, se conseguía que el 26 de abril el Rey Alfonso XIII firmara una Real Orden según la cual el Castillo de Alaquàs era declarado para su salvaguardia Monumento Histórico y Artístico Nacional.
Durante los primeros años del siglo XX el Castillo es propiedad de diferentes propietarios, hasta que el primer Ayuntamiento democrático en abril de 1979, presidido por Albert Taberner, impulsó e inició un largo proceso que tenía como objetivo la recuperación del Castillo como espacio público, que culminó el 3 de enero de 2003, cuando con el apoyo y la aprobación de todas las administraciones públicas, el Ayuntamiento consiguió la ocupación del monumento.
Descripción:
El Castillo-Palacio de Alaquás cubre una superficie de aproximadamente 1.513m2, es una construcción de planta cuadrangular, con cuatro torres de 25 m. de altura, está considerado como uno de los principales edificios renacentistas de la arquitectura civil en donde la pavimentación cerámica del edificio es de la más antigua de España.
Cuenta con un gran patio central y un atrio en forma de claustro. El edificio se distribuye en 4 plantas, utilizándose en su construcción, restos y materiales de otras edificaciones.
La planta baja del Castillo-Palacio se asienta a niveles más bajos que el de la calle constituyendo un semisótano donde tenían emplazamiento las caballerizas, almazaras, alfarjes y bodegas, cuenta con una escalera realizada en piedra que la conecta con el entrepiso. El entresuelo permite apreciar puertas interiores totalmente decoradas y fastuosos artesonados en el techo.
En la actual consejería en su parte derecha encontramos la antigua prisión y calabozo en donde se pueden ver dibujos y embarcaciones realizadas por los tripulantes de la marina que trabajaban para el Sr. de Alaquàs.
El patio es la zona que más remodelación ha sufrido desde el siglo XIII hasta la actualidad y es una de las zonas más importantes del Palacio. Muchas ventanas y puertas fueron tapadas en el S.XVI al XX, pero en su restauración han sido destapadas y colocadas como cuando fueron construidas en 1583. El pozo se sitúa junto a la sala Vilaragut y hay que destacar su belleza y los 35 metros de la profundidad. La Sala Vilaragut encontramos las antiguas bodegas y lagar del vino, pero quizás una de las zonas más importantes es el Aljibe y las Vigas.
La planta principal alberga las dependencias más destacadas a las que se llega a través de la escalinata principal. Destacan los pilares y arcos ojivales que sirven de conexión con el patio central. Esta parte de la edificación presenta una tribuna vallada y la sala principal se ubica sobre la fachada oeste. El frente ubicado del lado este permite el acceso al salón principal cuyo techo -totalmente artesonado- tiene una altitud de casi 8 mts.
La cuarta planta alberga las habitaciones destinadas a la servidumbre y que hoy en día se encuentra abandonada. Allí se distribuyen 4 torres de unos 25 mts de altura, rematadas por una veleta con una cruz. Uno de los elementos a destacar son los suelos cubiertos de azulejos de forma ojival, de estilo mudéjar y renacentista.
Si escasos son los restos de cerrajería que se han podido encontrar, aún más escasos son los de ferretería, no obstante cabe destacar las veletas, iguales en su traza y coronadas por una cruz, que a través del tiempo siguen en pie sobre las almenas de sus torres.
Hacer mención especial de los importantes restos de azulejería ojival, mudéjar y renacentista en sus suelos de las que se han catalogado 275 tipologías.
Entre las curiosidades de este castillo destacamos los túneles que se han encontrado y que se se cree que enlazaban con otras poblaciones cercanas como Torrent, Paterna o Aldaya. También hay que decir que su uso actual es para eventos como conferencias, exposiciones e incluso la celebración de los Moros y Cristianos.
Grafitis medievales
En los muros de diversas estancias, al llevar a cabo la restauración del edificio y bajo diversas capas de pintura y enfoscados, se han encontrado grafitis de diferentes épocas.
Los grafitis son imágenes y textos cuya cronología es muy amplia, desde el año 1541 el más antiguo datado, hasta principios del siglo XX.
Destacan textos con referencias literarias, como la copia de un verso del Vizconde de Altamira o alusiones a la obra del Orlando Furioso de Ariosto.
Entre las imágenes se conserva una colección de grafitis de barcos, grafitis de ambiente carcelario (cuchillos), religiosos y figuras antropomorfas y zoomorfas.
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