viernes, 22 de mayo de 2020

DE PASEO POR ÉCIJA (II): PLAZA DE ESPAÑA

Llamada popularmente «El Salon», junto a un amplio aparcamiento, la rodea el ayuntamiento, el convento de San Francisco y la iglesia de Santa Bárbara y el mirador de Benamejí.

Estanque romano
Fue en 2002, Durante las obras para la construcción de un aparcamiento subterráneo en 2002 en la Plaza de España aparecieron los restos de un estanque romano del siglo I a.C. Se trata de un estanque monumental, que estaba situado en la parte trasera del templo, construido a finales del siglo I a.C., bajo las escaleras de lo que se cree que era el acceso al natatio o piscina de las termas la escultura de la Amazona Herida, una de las esculturas clásicas mejor conservadas del mundo, hoy en día se encuentra en el Museo Histórico Municipal. Más tarde se destinó a enterramientos árabes colectivos.
Ayuntamiento
Se encuentra este inmueble presidiendo la Plaza de España o del Salón, como vulgarmente se le conoce. Consiste en un recio edificio cuyas obras concluyeron en 1893. Presenta una fachada de ladrillo con vanos en sus dos plantas y tres balcones centrados con balaustradas de cantería. En su interior merece destacar la Sala Capitular, de grandes proporciones y un artesonado de madera de cuarterones tallados que procede del antiguo convento de San Pablo y Santo Domingo, de la Orden de Predicadores. En su solería se encuentra un mosaico romano, así como elementos decorativos singulares tales como obras pictóricas de diferentes épocas y autores.
Igualmente se encuentran distribuidos por su interior piezas arqueológicas de interés, principalmente de época romana.
Aunque hoy desaparecido, existió el llamado Cabildo Viejo, del que aportamos los únicos vestigios gráficos que se conservan.











Mirador del Marqués de Benamejí
Otro de los miradores en buen estado de conservación es el conocido por el nombre de Benamejí, por haber sido mandado  construir por el Marqués de este título, también en el siglo XVIII.
Como el de Peñaflor, su objeto era contemplar los festejos que tenían lugar en la Plaza Mayor. Con fachada de menor anchura que el anteriormente citado, su desarrollo en altura es similar; una planta baja de soportales y tres plantas sobre ella de galerías abiertas con arcos sobre columnas. Remata el edificio una amplia cornisa en cuyo centro se halla el emblema heráldico de la Casa propietaria, apellido Bernuy, rematado por corona calada.
Como es típico en écija, este inmueble tuvo decorada su fachada con pinturas murales, de las que se conservan restos muy significativos.

Mirador del Marqués de Peñaflor
En la plaza denominada del Salón, antigua Plaza Mayor, han pervivido algunos edificios singulares denominados “miradores” que poseían los nobles locales para contemplar los festejos que en dicho espacio se celebraban. Uno de los más destacados es el que poseía el Marqués de Peñaflor, que se conserva en muy buen estado. Dicho edificio, de poco fondo pero de gran desarrollo en la fachada como correspondía a su finalidad, es del siglo XVIII y posee una planta baja con soportales y galerías abiertas en las plantas superiores guarnecidas de guardapolvos en los que se conservan restos de pinturas murales, como era habitual en el gran siglo ecijano.


Convento de San Antonio de Padua (San Francisco)
Fundación
Fue en la ermita de San Gregorio, extramuros de la ciudad, el primer asentamiento que tuvo la comunidad de Frailes Menores de la Orden de San Francisco. Tras elegirse un lugar en el centro de la población para proceder a la fundación, se iniciaron las obras, a las que se opuso varias veces el pueblo, llegando incluso a derribarlas.
Gracias a la intervención de los caballeros D. Federico Manrique, D. Fernando de Aguilar y D. Juan Fernández Galindo, patronos de la fundación del convento, que mandaron custodiar las obras, pudieron proseguir hasta que se finalizaron en 1473.
Iglesia
La Iglesia en su origen era de estilo gótico-mudéjar del cual se conservan algunos elementos aunque enmascarados por las sucesivas transformaciones.
La planta de la iglesia es de cruz latina con tres naves y crucero. La nave central se cubre con bóveda de cañón con lunetos, las laterales con bóveda de aristas y el presbiterio por media naranja sobre pechinas. De la primitiva fábrica se conserva en el crucero la bóveda sexpartita y en los brazos laterales bóvedas estrelladas, así como la portada de ingreso desde el atrio, aunque muy transformada.
En el siglo XVIII se reforma el conjunto y se realiza la construcción de una serie de capillas que se adosan a la fábrica, como la capilla de la Virgen de los Dolores, la de la Venerable Orden Tercera y la de la Oración en el Huerto, ésta última en el compás.Además de la iglesia, el convento contaba con todos los elementos característicos de este tipo de edificios, de los que destacaban tres claustros con capillas, jardines y huertas. La sala del Capítulo o el refectorio, estaba cubierta por bóveda de cañón con lunetos, fue reutilizada como vestíbulo del Cinema Cabrera, hoy día desaparecido tras ser derribado por inminente ruina.
Compás
La Orden Franciscana, debido a su carácter mendicante, siempre estuvo abierta a albergar dentro de los claustros, patios y compases de sus conventos, la construcción de capillas de particulares y hermandades, beneficiándose de la institución de dotaciones y memorias de misas que ellos mismos regían, algunas de las cuales llegaron a poseer enterramientos propios.
Todo el conjunto se decora con azulejos y ladrillo cortado. En la capilla de la Veracruz se conserva otra espadaña de menores proporciones, consta de un solo vano flanqueado por pilastras almohadilladas.
En el compás existen en la actualidad tres capillas, siendo la más importante la que poseía la extinguida Hermandad de la Vera Cruz, de una espaciosa nave con tres retablos, sacristía y espadaña.
Frente a la capilla anterior se sitúa la de Nuestro Padre Jesús de los Milagros, cerrada por una reja de hierro forjado situándose al fondo un retablo que aloja un lienzo que representa a Jesús con la Cruz a cuestas con la advocación antes mencionada.
La tercera capilla dedicada a Nuestro Divino Salvador, se encuentra ubicada junto a la puerta principal. Es de planta rectangular, simulando su alzado un arco cuadrifonte coronado por cúpula sobre pechinas y cerrada al frente por una reja de forja. La decoración se realiza a base de yeserías que simulan elementos vegetales, situados en la clave de los arcos, pechinas y pina central de la cúpula. ésta se divide en ocho casetones en los que se representan, pintados al fresco, los siete arcángeles, tocados con coronas de flores caminando sobre nubes, en los que destaca el color casi negro de su piel.
Portadas
A los pies de la nave central se encuentra la portada de la iglesia que la comunica con el compás. Presenta un arco conopial entre baquetones góticos a la que se le superpone una estructura adosada conformada por un gran arco carpanel sobre pilastras, el conjunto se remata con una cornisa y el paramento está adornado con motivos de sillares.
La portada de acceso desde la Plaza de España al atrio, consta de una arcada de medio punto flanqueado por dobles pilastras superpuestas. éstas sostienen un entablamento, cuyo friso se decora con rosetas y triglifos. En las enjutas del vano sobre uno de los tondos circulares hay una inscripción  que reza: Año de 1630. Este cuerpo se remata con un frontón triangular partido que alberga una hornacina rectangular con pilastras de capitel acanalado cerrando el conjunto un frontón curvo. La hornacina alberga una escultura de bulto redondo en terracota de San Francisco de Asís. Sobre ambos frontones aparecen una serie de pináculos que dotan de cierta verticalidad al conjunto.
Cuenta con otra portada que pone en comunicación el atrio con la Calle San Francisco. Realizada en ladrillo es de gran sobriedad, articulándose en torno a un gran vano central rectangular coronado por un pequeño frontón partido de cuyo centro emerge una cruz.
Espadaña
En 1620 un huracán desmanteló la primitiva espadaña, construyéndose de nuevo. Consta de dos cuerpos, el inferior con dos arcadas de medio punto flanqueados por pilastras, rematado por un frontón partido de cuyo centro emerge el segundo cuerpo de una sóla arcada, rematado por frontón triangular.












Iglesia de Santa Bárbara
Fundación
Su origen se remonta al Repartimiento que realizó de la ciudad Alfonso X en 1263, figurando como una de las cuatro parroquias en que se dividió el trazado urbano. La tradición cuenta que sobre su solar se alzó en la antigüedad un templo o palacio romano. La antigua fábrica de Santa Bárbara pertenecía al tipo de iglesia gótico-mudéjar, de tres naves sobre columnas de granito con cubiertas de madera. Adosadas al cuerpo de la iglesia se encontraban la capilla bautismal y la sacramental. El conjunto se completaba con la Capilla Sacramental inaugurada en 1782 y posiblemente con dos portadas, patio de los naranjos y torre. De esta construcción se conserva únicamente parte del referido patio y el fuste con un trozo del primer cuerpo de la torre, desapareciendo el resto del edificio en el derribo efectuado en 1791, trasladándose la parroquia a la referida Capilla Sacramental mientras se construía la nueva fábrica. La iglesia fue proyectada con tres naves y crucero, contando con dos portadas de acceso de hondo sabor clasicista.
Iglesia
Tras la inauguración de la nueva Capilla Sacramental, se observó que la iglesia presentaba un deplorable estado de conservación lo que llevó, tras varios intentos de restauración, a su derribo Se encargó la realización de los planos de la nueva fábrica en 1790 al arquitecto cordobés Ignacio de Tomás. Las obras iniciadas en 1787 se vieron prolongadas hasta 1855, dando como resultado un edificio de claro sabor neoclásico.
La portada secundaria se encuentra adosada al cuarto tramo del muro de la Epístola. Se compone de un gran vano adintelado flanqueado por dos columnas de granito sobre pedestales con capiteles corintios, rematado por un frontón triangular. La decoración se centra en casetones con rosetas en el interior del frontón así como dentículos. La portada queda flanqueada por sendas ventanas rematadas mediante frontones curvos.
La iglesia es de planta de cruz latina, de tres naves separadas por pilares y presbiterio de testero plano. La nave central se cubre con bóveda de cañón con lunetos, las laterales por bóveda de aristas y el crucero con bóveda vaída.
En el último tramo del muro de la Epístola se encuentra la Capilla Bautismal, de planta centrada con columnas adosadas al muro circular y cubierta por semiesfera rematada por una linterna.
Capilla Sacramental
Se encuentra situada en el tercer tramo del muro del Evangelio, utilizándose para su construcción parte del solar que ocupaba el patio de los naranjos. Las trazas y dirección de las obras de la capilla corrieron a cargo de Antonio Matías de Figueroa, concluyéndose su construcción en 1782. Presenta planta de cruz latina con una nave, dividida en dos tramos desiguales, cubierta por bóveda de cañón con lunetos. El crucero, poco marcado al exterior, se cubre con bóveda semiesférica sobre tambor, decorada interiormente con rica ornamentación de yeserías, obra del alarife ecijano Antonio Caballero.
Portadas
La portada principal se sitúa a los pies de la nave central. Se encuentra guarnecida en un gran arcosolio flanqueado por pilastras toscanas. Sobre ellas cabalga un gran friso con triglifos, donde descansa la cubierta. El interior se articula a partir de un arco de medio punto con decoración en la clave flanqueado por dos grandes columnas de granito, reutilizadas del interior de la iglesia gótico-mudéjar, sobre pedestales y capiteles corintios, en los que descansa un entablamento cuya cornisa se decora con dentículos. Sobre éste, se sitúan dos grandes vasos clásicos rematados por llamas.
Torre
Sus orígenes se remontan al siglo XV, siendo construida sobre un antiguo torreón árabe. Se encuentra adosada a los pies de la nave del Evangelio, junto a la fachada principal, destacando en su construcción el ladrillo. El fuste cuadrado, alberga, en el cuerpo inferior, una capilla y sobre ésta se superponían tres cuerpos octogonales. El primer cuerpo se componía de ocho vanos apuntados decorados con baquetones y enmarcados por sus respectivos alfices. En el segundo cuerpo se repetía el mismo esquema compositivo que el anterior, aunque presentaba pequeñas variaciones. El tercer cuerpo se correspondía con una restauración moderna, rematándose por un chapitel curvilíneo sobre el que giraba la veleta adosada a una cruz de hierro.
A consecuencia de los daños causados por un rayo que afectó de lleno a la torre en 1892, se inició su derribo en 1918 y finalizó en 1929. En esta actuación se conservaron tres vanos del primer cuerpo de la antigua torre, que fueron rematados por merlones y utilizado como espadaña.



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