viernes, 2 de septiembre de 2022

MOSAICO ROMANO DE LA VILLA DE NOHEDA

La villa de Noheda se encuentra en la provincia de Cuenca, en el municipio de Villar de Domingo García, en un terreno en ligera pendiente delimitado al Sur por el arroyo Chillarón, mientras que al Norte se ubica el cerro de la Cuesta de las Herrerías. A pocos kilómetros podemos encontrar otras ciudades de época como  Segóbriga (58 km), Ercávica (44,5 km) y Valeria (43,5 km). Estuvo habitada durante casi siete siglos, entre la primera centuria antes de nuestra era y el siglo VI d.C. Algunos autores señalan que debe de tratarse de la mansión de Urbiaca, señalada en la calzada XXXI. El esplendor de la villa anduvo de la mano del gobierno de Teodosio (379-395 d.C), natural de Coca (Hispania) y último emperador del Imperio Romano antes de su división. En época tardorromana, el dominus de Noheda debió de ser una personalidad muy rica e influyente, quizás vinculada con las importantísimas explotaciones de lapis specularis existentes en la provincia conquense. No existe ninguna villa romana conocida en el Imperio romano que cuente con un triclinium del tamaño del de Noheda, a excepción del palatium de Cercadilla (Córdoba), aunque éste carece de mosaico y el de la villa del Casale de Piazza Armerina (Sicilia), el de Noheda es 20 metros cuadrados mayor.

Noheda es un fiel reflejo de un intento de transmitir un mensaje de alta carga ideológica y propagandística: el poder de un terrateniente (dominus) que garantizaba la estabilidad económica y social a la comunidad. Erigió un gigantesco complejo residencial que conjugaba los conceptos de “ocio y negocio” dentro de una gran extensión de tierras (fundus). De hecho, “a estos conjuntos de explotación agraria se los denomina urbes in rure (ciudades en el campo)”, recuerda el profesor.

El fundus, que ocupaba 80 kilómetros cuadrados, lo componían las tierras de cultivo (ager), los pastos para el ganado (saltus) y un área montañosa (silva) de donde se obtenía madera. La villa se alzaba en un punto estratégico de la hacienda con suficientes recursos hídricos, resguardados de los vientos del norte y cercanos a una vía de comunicación.

Declarado Bien de Interés Cultural en 2012 alberga el mosaico figurativo más grande no sólo de Hispania, sino de todo el Imperio Romano. 

En 1984, un agricultor de la familia Lledó, que se encontraba labrando la tierra, se topo con parte del mosaico y algunas piezas y esculturas de la época romana. Pero no fue hasta 2005 cuando comenzaron las excavaciones y tras varios años de trabajos e investigaciones se cree que tan solo se ha excavado un 10% de lo que en su día fue esta villa romana.

La Villa de Noheda funcionaba como una pequeña ciudad en sí misma, y estaba dividida en tres zonas o sectores:

 

Sector A o Paris Urbana, que se podría definir como la zona residencial de la villa, con numerosas estancias entre las que destaca la sala triabsiada donde se ubica  el espectacular mosaico, y que servía de lugar de reunión para llevar a cabo los negocios de la época y eventos sociales.

 

Sector B o Balneum, donde se levantaba el complejo termal, que con sus 900m2 lo convierten en uno de los más grandes descubiertos en el Imperio.

 

Sector C o Paris Rustica, ubicado al norte de la villa y la zona que se encuentra en peor estado de conservación

La habitación es el triclinium, es este caso se trata del comedor de invierno, se conoce como sala triabsiada o tricora. Esto viene de que tiene tres exedras o ábsides, que. En los ábsides, extensiones semicirculares, se instalarían los stibadia, divanes semicirculares donde podían reclinarse ocho o doce personas, servían pues para reunirse y sentarse. Las paredes de la sala estaban decoradas con pinturas murales. Se trata de una gran estancia de unos 14 por 18 metros, con una superficie de 288 m2 cuyo acceso se realiza por su lado occidental, a través de un espacio porticado encajado por dos pequeñas exedras en los laterales.

 


El comedor está formado por:


una fuente central a ras de suelo, en las que se pueden ver las canalizaciones de agua. Es probable que estuviera decorada con una escultura de los Dioscuros, hallada en el lugar.


 

tres exedras: norte, sur y este. Ésta última sería en la que se situarían los señores de la casa, está enfrentada a la entrada del recinto, en ella se pueden ver dos mosaicos, uno realizado sobre el otro, hecho que quizás responda a un cambio de gusto o a reformas realizadas en la villa


          Norte:




           Sur: no se conserva


           Este:





Hay varias estancias adosadas a ella, entre las que destaca una de planta octogonal ubicada al nordeste del edificio. La sala Octogonal. Intercomunicada con la Sala Triabsidada mediante un escalón revestido con opus sectile, cuenta con un mosaico que ocupa la totalidad de la superficie del suelo de la misma, 24,35 m2. Enmarcado por una banda representa roleos de hojas de acanto entrelazados, terminados con flores de loto. El gran emblema interior lo forman 8 filas de cráteras unidas por guirnaldas, alternando con tallos rematados por flores de loto. Las cráteras van variando en tonos. Una fila es de cráteras negras y la siguiente en color rojo, mientras que las teselas amarillas aparecen en ambas para indicar la decoración. Las paredes de esta sala se ornamentan con estucos policromados que representan la misma iconografía que la anteriormente descrita para los pavimentos musivos.



 

La sala se calentaba gracias un sistema de calefacción radiante o hipocausto cuyos restos podemos observar en la esquina suroeste.



Tanto las exedras como la sala octogonal están decoradas con mosaicos geométricos y de temática vegetal, mientras que el mosaico del gran salón representa a un gran número de figuras y escenas de temática mitológica y alegórica. La estancia rectangular estaba precedida de un vestíbulo a modo de narthex al que se accedía subiendo un escalón.

Descripción del mosaico

De los 288 m2 de superficie que tiene la Sala Triabsidada, 247 m2 son ocupados por un mosaico de excepcional calidad, y estado de conservación, recubría la sala conocida como triclinium donde se llevaba a cabo las reuniones comerciales del dueño de la villa así como los actos sociales más relevantes. La técnica musivaria utilizada en general es el llamado "opus vermiculatum", que hace referencia a que cada tesela adopta la forma necesaria para su elaboración, en el que las figuras aparecen contorneadas en negro aunque de manera sutil. El número de teselas empleadas es “incontable”. En cada cuadrado de 25 por 25 centímetros se usaron de media de 1.243 de estas pequeñas piezas, algunas de milímetros para conseguir dar movimiento o sombras a las figuras.

El mosaico figurado que decoraba la estancia está dividido en seis paneles figurativos o escenas desde la cabecera hacia los pies de la nave, donde se representan temáticas mitológicas, literarias en las escenas encaradas al vestíbulo, y teatrales y circenses, con paneles de decoración geométrica y vegetal. Las diversas escenas que integran el mosaico se articulan entre sí con un claro estilo narrativo que permite seguir la secuencia de los diferentes episodios de un mito o de una alegoría, además de los contenidos transversales que presentan entre ellas.

Escenas horizontales: están orientadas al este, de esta forma los personajes están preparados para ser vistos desde la entrada de la sala o la parte central de la misma.


La primera escena (a la entrada) cuenta la historia de Pélope, hijo de Tántalo, rey del Monte Sípilo, una región de Anatolia, de ahí que también lleve gorro frigio. Tiene unas dimensiones de 10,80 mts. de largo por 3,05 mts. de ancho.

Queriendo ganarse el beneplácito de los dioses, Tántalo descuartizó a su hijo Pélope lo cocinó y lo sirvió a los dioses. Démeter, profundamente apenada tras el rapto de su hija Perséfone por Hades, distraídamente aceptó el ofrecimiento y se comió el hombro izquierdo. Sin embargo los demás dioses advirtieron la trama y evitaron comer el cuerpo del muchacho, devolviéndole vida y reemplazando su hombro por uno de marfil que fabricó para él Hefesto. Tras su resurrección, Pélope era más bello que antes.

Por otra parte el rey de Olimpia, Enómao, tenía una hija Hipodamia de excepcional belleza. Según la profecía el monarca moriría a manos de su yerno.

El rey Enómao contaba con unas veloces yeguas y unas excepcionales armas obsequio del dios de la guerra, su padre Ares. Urdió una estratagema para apartar a los pretendientes de su hija. Había convenido la mano de su hija como premio de una carrera de carros. Cada pretendiente debía subir a la doncella a la cuádriga, de esta manera, según versiones, aumentaba el peso, o se distraía con la belleza de la joven. El padre daba de ventaja al oponente el tiempo de sacrificar un cordero. Posteriormente, en su carro había de alcanzar al contrincante antes de llegar a la meta que era el altar de Poseidón en el Istmo cerca de Corinto. Cuando Enómao daba alcance a los jinetes, les atravesaba con la lanza de bronce regalada por Ares y les cortaba la cabeza colgándolas en la puerta de su casa para asustar a otros posibles pretendientes. Parece ser que hubo trece pretendientes vencidos antes de la llegada de Pélope. En el mosaico solamente aparecen tres cabezas colgadas, hecho que puede deberse a que la inclusión de trece cabezas a la escala que tienen ocuparía casi la totalidad de la escena.

Pélope quiso casarse con Hipodamia y para ello pidió ayuda a Poseidón, su antiguo amante, que le regaló un carro alado con unos caballos muy veloces.

Por otra parte Hipodamia, enamorada de Pélope, desconfiando de la celeridad de los caballos de éste, se procuró la ayuda de Mírtilo, el auriga de su padre que estaba enamorado de ella. Para complacerla aceptó su propuesta consistente en cambiar las clavijas de las ruedas del carro de Enómao por otras de cera de abeja, las cuales iniciada la carrera cedieron, soltándose la rueda. El monarca quedó enredado en las riendas del carro. Éste en la agonía de la muerte maldijo a Mírtilo deseándole la muerte a manos de Pélope.

Más tarde en un viaje que hicieron Pélope, Hipodamia y Mírtilo, éste intentó violar a la joven en un momento en que su esposo había ido a buscar agua. Pélope mató al auriga arrojándolo al mar. En la agonía Mírtilo maldijo a los descendientes de la pareja.

Resulta clara la correspondencia de los personajes arriba descritos con los aparecidos en esta escena. En el primer grupo, a la izquierda, aparece Enómao sentado en su trono, a su izquierda Hipodamia que señala a Pélope que aparece vestido con polainas, clámide y gorro frigio, pero el personaje en este caso lleva la fusta de la cuadriga como atributo.

Sobre el trono tres personajes siendo Mírtilo el que viste de blanco, escuchando como su rey acepta el desafío de Pélope.

Del mismo modo, en la parte superior las cabezas cortadas de los pretendientes vencidos.

El siguiente grupo es la cuadriga de Enómao que aparece con la rueda suelta generando un accidente en el que el rey es arrastrado por las riendas. Pese a la falta de mosaico en esta parte se representa el monarca enredado con las riendas, mientras que Mírtilo apesadumbrado asiste al rey, momento en que éste le maldeciría.

Otros personajes sujetan y alimentan a los caballos, o se lamentan con los brazos abiertos por la muerte del rey.

El grupo de personajes contiguo representa a Hipodamia abrazando a Pélope, que como vencedor de la carrera porta la rama de laurel. El carro alado se representa con un amorcillo.

La parte perdida de la escena, debido a la acción de arado en la villa, probablemente completaría el mito, con la muerte de Mírtilo a manos de Pélope.

Menelao, esposo de Helena, es uno de los descendientes del matrimonio de Pélope e Hipodamia. Por tanto el mosaico cuenta de manera cronológica, la historia de unos personajes mitológicos que en sus matrimonios sufrieron distintas desgracias.

 

El mosaico de Noheda es el único mosaico del mundo, hasta la fecha, que representa todas las escenas de esta historia, y ha servido de referencia fundamental para reconocer otros elementos iconográficos vinculados a este mito





Escenas B y C




Escena B: Representa los pasajes de la vida de Paris

En primer lugar, aunque la figura está parcialmente destruida por las raíces de una encina, se puede apreciar con claridad una figura sentada sobre una roca, a la que a su vez da sombra una palmera. Son obvios los pliegues sobre las rodillas de la túnica anaranjada. Frente a él, tres personajes femeninos. Esta escena alude al Juicio de Paris. Según la tradición mitológica Hécuba, su madre, cuando estaba a punto de nacer Paris soñó con una antorcha con la que se incendiaba Troya. Su hermanastro Ésaco, interpretó el sueño como que el niño iba a ser responsable de la destrucción de la ciudad. Su padre, Príamo, ordenó a su criado Agelao que abandonase al niño en el Monte Ida para que muriese. La orden fue cumplida pero una osa amamantó al niño durante cinco días. Cuando Agelao volvió a verlo decidió criarlo como si fuese su hijo. Paris en su juventud pasada en el Monte Ida se dedicaba a pastorear de ahí que suela aparecer con el lagobolon. Pasó el tiempo, y en las Bodas de Tetis y Peleo fueron invitados todos los dioses, menos Eris, diosa de la discordia. Sin embargo aparecería en medio de los festejos con una prueba. Trajo una manzana de oro dedicada a la más bella de las diosas. En la fiesta se encontraban Hera, Atenea y Afrodita, (esposa e hijas respectivamente de Zeus) las cuales se disputaron la codiciada manzana. Al ver esto Zeus, encargo a Paris una tarea comprometedora: decidir cuál de ellas era la más bella y darle la manzana. Cada una le prometió virtudes. Así Atenea, diosa de la guerra, representada en el mosaico con el casco, la lanza, el escudo y el pectoral con la Gorgona Medusa, le garantizó victorias en todas sus batallas. Hera, diosa de la sabiduría, representada con el polos, una alta corona, le ofreció tomar siempre decisiones sabias. Pero Paris eligió a Afrodita, la diosa del amor y la belleza, representada aquí con un pecho al aire. Le había prometido a la más bella de las mujeres: Helena, reina de Esparta y esposa de Menelao. La narración continúa hacia la derecha con el rapto de Helena que aparece representada como una dama ricamente ataviada, asistida por dos doncellas y una tercera que lleva una sombrilla. Este rapto originó la guerra de Troya. Frente a ella, Paris cogiéndola de la mano, vestido con clámide, polainas y gorro frigio que alude a sus orígenes. En la otra mano el clásico lagobolon. Su acción es la de subir a un barco con cuatro marineros tocados también con gorro frigio que les llevarían ante las costas de Troya. Posteriormente los mismos personajes bajando del barco, con otros de menor tamaño danzando y al fondo lo que parecen ser las murallas de Troya en la parte de mosaico conservada, representa la boda de Paris y Helena, con la ciudad de Troya al fondo.



                          


La tercera escena: representa el cortejo Dionisiaco o Triunfo de Dioniso es una única escena, pero con multitud de personajes. Dionisos, aparece subido en un carro dorado tirado por cuatro centauros músicos que, por parejas simétricas, tocan el aulos y la siringa. El díos aparece junto a su esposa Ariadna que se manifiesta con un pecho al aire. El espacio entre ambos marca el eje de la Sala Triabsidada. Dionisos es representado de manera típica, como un joven de excepcional belleza, cabellos rubios y largos y profundos ojos negros que indican su inmunidad al paso del tiempo y el envejecimiento. En su mano derecha porta una jarra que verte vino, mientras en la izquierda su clásico tirso. Al dios lo coronan con la típica corona, dos victorias aladas. Y a los lados de ambas dos ménades danzando con pandeteras.

El cortejo es abierto por dos sátiros que llevan antorchas. Tanto estos últimos, como los centauros se cubren con pieles de leopardo (pantera), animal, asociado a Dionisos. Incluso en algunas representaciones musivarias de Túnez o Sevilla el carro es tirado por estos animales (Mondelo y Torres, 1985: 144). En la parte derecha de la imagen se aprecian los cuartos traseros de este mismo animal delante de otra ménade. A la izquierda aparece Sileno, representado como un anciano ebrio, montado sobre un burro, que necesita ser sujetado por un sátiro. El anciano era el padre adoptivo y educador de Dionisos. Junto a él otros dos sátiros, que portan en una mano el lagobolon, el clásico bastón curvo de los pastores. En la otra mano, uno de ellos lleva un pellejo de vino y el otro la siringa, instrumento asociado a Dionisos, el otro. Entre ambos otra ménade que, en este caso lleva la crátera de bronce asociada a los cortejos dionisíacos. Completa la escena Pan, dios de los pastores representado como un personaje masculino con piernas, barba y cuernos de cabra (Genest, 1992:169). Aparece con dos instrumentos musicales idénticos, uno por mano, del tipo kroúpala o crotala montados sobre varillas.

Una de sus particularidades es la perspectiva. Se ha tratado de dar la sensación de que el cortejo avanza frontalmente desde el fondo de la obra, abriéndose hacia ambos lados. Así, aunque se trataría de la misma escena, también se puede dividir en tres partes. A la izquierda, un grupo de ocho figuras, en el centro, el carro del dios, y a la derecha, el segundo grupo del séquito, aunque parte se ha perdido.







Las otras escenas situadas de forma perpendicular y alrededor de la fuente representan la actuación de los mimos. El mimo cuenta con una orquesta ricamente instrumentada y un coro de actores que acompañan a los danzantes. El coro, eran los personajes que llevaban máscara, y su único papel consistía en ayudar a entender por medio de sus danzas y movimientos las distintas actuaciones efectuadas por los actores. Éstas, con frecuenta estaban tomadas de un mito.

Escenas D, E y F




     La escena D, ubicada en la zona norte de la sala, posee unas dimensiones de 6,15 mts. de largo por 3,14 mts. de ancho. Los personajes representados de izquierda a derecha son: en primer lugar, tras los cortinajes que delimitarían a este lado el escenario, aparece uno de los músicos de la pantomima tocando un hydraulus o hydraulikon organon (órgano hidráulico). Este tipo de instrumentos funcionaba con aire, de ahí que dos niños, uno a cada lado del instrumento, ayuden dando aire mediante dos fuelles. Tras este músico, aparecen tres personajes, dos femeninos y uno masculino. Todos ellos ricamente ataviados, especialmente las mujeres. Estos personajes se repetirán en la escena opuesta (E), no correspondiendo con ninguno de los componentes del mimo. Es posible que sean los propietarios de la villa, haciéndose representar por el maestro musivario con ánimo de perpetuidad y de vanagloria personal ante posibles invitados que tuviesen acceso a esta sala. Sigue una danzante con máscara y ricamente ataviada. Después una música que toca la lira, bajo la cual aparece una niña que la mira. Tras ella un personaje masculino vestido de blanco que formaría parte de la compañía de actores. Seguido de otra danzarina-música que toca el aulos y lleva máscara. En ese momento aparece un niño sujetando el biombo que da paso a un grupo de actores en el que aparece un niño llorando, mientras, sentados sobre una cama, un hombre y una mujer actúan. Tras ellos, otra pareja similar aparece en pie. Observar cómo los actores masculinos llevan el pelo rapado, por lo que se podría pensar en su correspondencia con los personajes del sannio y el stupidus. Sobre ellos, la única inscripción conservada en el pavimento musivo: “MIMU ZELOTIPI NUMTI”. La ortografía es fonética, vulgar ya que en correcto latín sería: “MIMUS ZELOTYPI NUPTI”, pudiéndose traducir como “Mimo del novio celoso” o “Mimo del recién casado celoso”.

Bajo las escenas mayores descritas en las líneas anteriores, aparecen unas escenas de menor tamaño cuyos personajes están enmarcados entre columnas. De izquierda a derecha, dos púgiles en actitud de comenzar el combate. Junto a ellos, dos mesas con ramas de laurel destinadas al vencedor. Después un músico que toca la trompa. Tras él, una mujer con un pañuelo que le cubre la cabeza sentada sobre un diván o triclinio, que, a tenor de las ramas que se observan sobre su cabeza, puede que se localice en el triclinium aestivun. Un poeta declama versos, al tiempo que sujeta una rama de laurel, lo que podría indicar fatuidad. Junto a él, una mesa con ramas de laurel. Luego un actor disfrazado de personaje femenino trágico con una serpiente enroscada en el brazo. Tradicionalmente el personaje de mujer con una serpiente nos remite a una maga, siendo la más común Medea, hija del rey Aetes, que ayudó a Jasón a conseguir el vellocino de oro. Más tarde, tras ser abandonada por Jasón, se vengó de él envenenando a sus propios hijos. Por último, otro actor, con máscara grotesca que lleva una curiosa vestimenta.







La escena E se encuentra a la derecha de la fuente, junto a la exedra sur, tiene unas dimensiones de 6,05 mts. de largo por 3,01 mts. de ancho. También representa una escena teatral, y se trataría de alguna manera de un reflejo de la anterior. En este caso las obra sería una tragedia, con los personajes con un aire más solemne, y olvidado ya el marido celoso que le daba sentido a la comedia. Bajo esta escena otro friso de imágenes de la misma temática que la del lado opuesto. En las celdillas de la izquierda, un púgil muestra el trofeo mientras otro aparece derrotado y sangrando. A ambos lados de la figura central, igual a la del otro friso, un músico y un orador, ambos vencedores en este caso. A la derecha, dos gimnastas, uno con una palma y el otro en actitud derrotada, representa a la tragedia saliendo vencedora frente a la comedia.




 




      La escena F, se sitúa alrededor de la fuente. Está parcialmente destruida por la caída de la cúpula de la estancia, la cual, su parte central, la más alta, se precipita sobre la fuente y la destrucción de la misma se lleva consigo parte de los mosaicos que la circundaban.

Se trata de escenas marinas, apreciándose en la esquina sureste orientados al sur, dos pescadores con gorro. Uno de ellos lleva sobre el brazo izquierdo la caña de pescar y en la mano derecha un pez. Junto a ellos, pero cambiando la orientación, mirando en este caso al este, un pescador, en este cado con red, que va llenando el saco que tiene en la parte trasera de los peces y ostras que se representan frente a él. A su espalda se aprecia la proa de un barco. La popa de este barco aparece en el fragmento de escena conservado en la esquina noreste. Subido en el barco, un pescador tira de las redes mientras otro se abalanza con una lanza sobre un pulpo. Al este de ambos, con un nuevo giro en la escena que en este caso mira al norte, otro pescador con gorro y caña mira a un pez y una anguila. Junto a él, un pescador con un palo sobre los hombros que lleva atados dos sacos de peces. La esquina noroeste, en la escena que completa la antes descrita, un molusco tras cupido que con fusta guía al delfín. Frente a él una gaviota lleva un pez en el pico. Completa la escena, orientada en este caso al Este la imagen de una sirena, apoyada en Poseidón. Por último, en la esquina suroeste, la más deteriorada, se aprecia la pierna desnuda de un personaje frente a un pez.




Otras estancias






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