SAN FREDIANO EN CESTELLO
Es una iglesia católica romana de estilo barroco en la sección de Oltrarno de Florencia. El nombre cestello deriva de los cistercienses que ocuparon la iglesia en 1628. Anteriormente, el sitio tenía una iglesia de 1450 adjunta al convento carmelita de clausura de Santa Maria degli Angeli .
Historia
La iglesia está dedicada a San Fridiano, un antiguo peregrino cristiano irlandés que se convirtió en obispo de Lucca.Una iglesia en el sitio estuvo presente antes del siglo XI. Comenzando durante el papado de Pablo II en la década de 1460, la iglesia y el convento adyacente fueron patrocinados por la Familia Soderini. La iglesia sufrió bajo el diluvio de 1557, los monjes tuvieron que trasladarse al cercano monasterio En 1680-1689, la iglesia fue reconstruida con los diseños de Gherardo Silvani y Giulio Cerutti. La imponente cúpula y el campanario añadidos en 1689 por Antonio Maria Ferri. En el antiguo convento del sitio vivió y murió Santa Magdalena de Pazzi (1566–1607), nacida en una noble familia florentina. Era famosa por sus éxtasis, durante los cuales tuvo visiones de la voluntad divina que favorecía las reformas de la iglesia. Fue canonizada en 1662. Su cuerpo fue llevado a la iglesia en el centro de Florencia que lleva su nombre.
El interior de la cúpula está pintada al fresco con una Gloria de la Magdalena y la Virtud (1702-1718) de Antonio Domenico Gabbiani. Los claustros contienen una estatua de Santa María Maddalena de 'Pazzi (1726) de Antonio Montauti y un San Bernardo de Claraval derrota al diablo (1702) de Giuseppe Piamontini (1702). El último claustro fue diseñado por Gherardo y Pier Francesco Silvani. El refectorio tiene una Última cena y una pintura de Bernardino Poccetti.En el crucero hay una Virgen en gloria con santos de Francesco Curradi y una pintura de una Crucifixión con santos y Martirio de San Lorenzo (finales del siglo XV) de Jacopo del Sellaio. En la tercera capilla a la izquierda, hay una Virgen y un niño de madera policromada (1350) de un seguidor de Nino, el hijo de Andrea Pisano , y frescos de las escenas de la vida del fundador de la orden cisterciense (1688-1689) por Pier Dandini .
OGNISSANTI (TODOS LOS SANTOS)
Este edificio religioso fue construido a partir de 1251 por la orden lombarda de los Humillados. Estos monjes, con voto de pobreza y trabajo, a finales del siglo XIII eran muy prestigiosos en la ciudad, incluso algunos ocuparon importantes cargos públicos. Gracias a la importancia de los Humillados y a la sólida posición socio-ecónomica de las familias del barrio, el complejo religioso, en aquellos años, se llenó de extraordinarias obras de arte.
En 1561, los Humillados dejaron tanto la iglesia como el convento, que fueron cedidos a los Franciscanos Menores Observantes. Éstos trajeron decoraciones, obras de arte y el sayo que se había puesto San Francisco De Asís en 1224, cuando recibió los estigmas en la Verna. En 1582, la iglesia fue reestructurada en estilo barroco y dedicada a San Salvador y a Todos los Santo (“Ognissanti”).
La iglesia de la familia Vespucci
La familia Vespucci debe su fama en todo el mundo a uno de sus componentes: el navegador Amerigo Vespucci, del que viene el nombre de América, ya que fue el primero en comprender que las tierras donde había llegado Colón no eran las indias, sino otro continente.
El Interior
La iglesia, en la que se encuentra, entre otras cosas, la tumba de Botticelli, tiene sólo una nave. Dentro hay dos frescos excepcionales: a la derecha está “San Agustín” (1480) de Botticelli y, a la izquierda, “San Jerónimo” de Ghirlandaio (1480). El tema parecido de estas dos obras permite un interesante estudio comparado de los estilos de los dos grandes maestros renacentistas.
En el refectorio, al lado de la iglesia, se encuentra “La Última Cena” de Ghirlandaio, también de 1480. Para la familia Vespucci, Ghirlandaio también pintó un fresco con una Piedad y una Virgen de la Misericordia (1470-1472), en esta última aparece el retrato del joven Amerigo.
PALACIO STROZZI
El palacio es un ejemplo perfecto de casa florentina renacentista. Filippo Strozzi, después de que los Médicis lo exiliaron a Lyon, regresó en 1434 y decidió financiar la construcción de un impresionante palacio para celebrar la grandeza de su familia. Para edificarlo este palacio, el más grande que se hubiera visto en Florencia, derrumbaron quince edificios, que los Strozzi habían comprado, e incluso convocaron a astrónomos para que decidieran qué día era más propicio para poner la primera piedra.
La Historia
Las obras, empezaron en 1489 dirigidas primero por Benedetto di Maiano, a su fallecimiento el edificio ya tenía el segundo piso y, luego, por Simone del Pollaiolo, conocido como el Cronaca, hasta el año 1504 (coronamiento de fachada y patio porticado), el Palacio Strozzi lo concluyó Baccio d’Agnolo en 1538. A los dos años, en 1491, murió Filippo Strozzi. Sus herederos siguieron con el imponente proyecto a pesar de las muchas dificultades económicas, pero, mientras tanto, volvieron a surgir las rivalidades con la familia Médicis.
En 1538, Cosme I de Médicis confiscó el Palacio, se interrumpieron las obras y la última fachada, hoy en día, sigue sin estar terminada.
Arquitectura Renacentista del Palacio Strozzi
El Palacio Strozzi es considerado un perfecto ejemplar de lo que es un edificio señorial renacentista. Se construyó, a propósito, más grande que el Palacio Medici, al que le copió su forma cúbica estructurada en tres plantas y con patio central, así como imitó la pared revestida con pietra forte, propia de la arquitectura florentina. Las ventanas que están a la altura de la calle son rectangulares, y la de las plantas superiores son ventanas bíforas encima de cornisas dentadas.
Los tres lados del palacio por los que se pueden entrar al mismo, tienen cada sus respectivos portales con arcadas, en los que se percibe un estilo solemnemente clasicista. El palacio lo envuelve un zócalo continuo y está coronado por una impresionante cornisa. Esta cornisa está apoyada encima de una imposta lisa, la cual se interrumpe en Via Strozzi.
En el exterior del Palacio Strozzi hay unas portaantorchas y portabanderas que resaltan. Por ejemplo, en las esquinas, están portaantorchas con figuras de dragones y esfinges, así como faroles que tienen la forma de templo con puntas. Además, están las anillas para los caballos hechas con hierro forjado por Niccolò Grosso, herrero florentino famoso del s. XV.
El Palacio Strozzi fue propiedad de la familia a quien debe su nombre hasta 1937, año en que el Instituto Nacional de Seguros lo adquirió y restauró. Para 1999 el edificio se le cedió al Estado Italiano.
En la actualidad, el Palacio Strozzi alberga las sedes de dos institutos de importancia. Una es la sede del Gabinete Vieusseux, fruto de una asociación literaria y científica. Dentro del palacio, también se encuentra una destacada biblioteca. La otra sede que se encuentra en este palacio es la del Instituto Nacional de Estudios sobre el Renacimiento. Se utiliza el espacio del primer piso del edificio para exhibir piezas de arte contemporáneo
PALACIO RUCELLAI
Este edificio, situado en la famosa calle della Vigna Nuova, fue comisionado por la rica familia Ruccellai y realizado, entre 1446 y 1451, por Rossellino, siguiendo el proyecto de Leon Battista Alberti. Éste, diseñó el palacio respetando los cánones que él mismo había descrito en el manual De Re Aedificatoria. El resultado fue un edificio renacentista típico por la sobriedad y armonía de las proporciones, tanto que se convirtió en el punto de referencia para la arquitectura civil renacentista.
En él, se inspiraron, entre otros, Michelozzo y Rossellino. La fachada, con su almohadillado uniforme de estilo romano, se divide en tres niveles, en orden ascendente por su complejidad.
La planta baja está decorada con columnas dóricas, el primer piso con pilastras jónicas y el tercero con pilastras corintias, que, para estilizar el palacio, decrecen progresivamente hacia los pisos más altos y, en todos los niveles, se alternan con ventanas con arcos con columnas que recuerdan la estructura del Coliseo.
En frente del palacio, Leon Battista Alberti, para celebrar la boda que, en 1460, unió a Bernardo Rucellai y Lucrezia De’ Medici, realizó una amplia galería de estilo renacentista.
En su frontón, para representar a las dos familias, se colocaron las velas arriadas de Fortuna, escudo de los Rucellai, y el anillo de la familia Médicis, que se conservan todavía.
OLTRARNO (AL OTRO LADO DEL ARNO)
Como indica el nombre, esta zona de Florencia es la que está en el otro lado del río Arno. Es particular por sus casas pequeñas, ya que era la zona popular de la ciudad hasta 1550, cuando la familia de los Médicis decidió mudarse allí. Por esto, entre las pobres y estrechas calles populares, destaca calle Maggio, con muchos e imponentes palacios del siglo XVI, cerca de Palazzo Pitti. Éste último fue construido en 1457 por el banquero Pitti, pero el imponente aspecto actual se lo dieron los Médicis, que lo reestructuraron para convertirlo en su residencia. Quizás, la austera y enorme fachada, fue proyectada por Brunelleschi, el resto del edificio, al haber sido desde el siglo XV la residencia de todos los gobernantes de Toscana, ha sido muy ampliado y modificado, por ejemplo las alas laterales fueron comisionadas por los Lorena.
Dentro del Palacio se puede visitar la Galería Palatina, que recoge las colecciones de arte de los Médicis y de los Habsburgo-Lorena, y la Galería de Arte Moderno, donde hay muchas obras de los “macchiaioli” (los impresionistas florentinos). Los Médicis, además de reestructurar Palacio Pitti, crearon, siguiendo en diseño de Tribolo, el jardín de Boboli, que es un ejemplo, para todo el mundo, de jardín renacentista a la italiana.
Si tenemos la suerte de tener más días para conocer Florencia, en el Oltrarno hay otros lugares que visitar, especialmente la Iglesia del Santo Spirito, San Frediano in Castello, la Iglesia Escocesa, el Palacio Guicciardini, el museo zoológico, la iglesia de la Santa Felicita, la fuente Belvedere y los frescos de la capilla Brancacci en la Iglesia de Santa Maria del Carmine. Sin embargo, sería imperdonable irnos sin llevar acabo el itinerario que nos sube hasta San Miniato in Monte.
PLAZA SANTO SPIRITO
La plaza, dominada por la iglesia del mismo nombre, es una de las zonas más vivas de la ciudad. Todas las mañanas, hay un mercado de frutas, verduras y ropa, mientras que los fines de semana hay mercados especiales muy grandes. Por la noche, la plaza es un lugar donde los jóvenes florentinos quedan, ya que, en la zona, hay, además de muchos talleres de artistas y artesanos, muchos restaurantes y locales nocturnos.
La Historia
Al principio, en la plaza se reunían las multitudes que asistían a las predicaciones de los monjes agustinianos, a los que pertenecía la iglesia de Santo Spirito. A causa del gran número de fieles, el Ayuntamiento, a finales del siglo XIII, tuvo que comprar y derrumbar los edificios de alrededor de la plaza para ampliarla. Por esto, Santo Spirito fue, por mucho tiempo, la plaza más grande de Florencia.
IGLESIA DE SANTO SPIRITO
Este edificio religioso tuvo un papel fundamental en la historia de la ciudad, ya que prestó su nombre a todo el barrio de “Oltrarno”. Sobre el año 1269, los monjes agustinos construyeron en la zona, donde hoy está “Santo Spirito”, un convento y una pequeña iglesia, enfrente de ésta se reunían los florentinos para escuchas las predicaciones de los monjes. Sobre los restos de este convento agustiniano, que un incendio destruyó, se edificó la basílica actual.
Lo que caracteriza a la Iglesia de Santo Spirito, considerada la última obra maestra de Brunelleschi, es la sencillez y elegancia de su fachada. Las obras empezaron en 1446. Dos años después, tras la muerte del gran arquitecto, sus alumnos se ocuparon del trabajó, pero no comprendieron bien el proyecto original y, por esto, realizaron sólo una parte.
La fachada que mira hacia el Arno, se quedó si terminar.
A la izquierda de la iglesia, está la entrada al cenáculo, donde se encuentra el Museo de la Fundación Romano.
El interior
El interior es a cruz latina con tres elegantes naves divididas por columnas de piedra con arcos ojivales. La cúpula principal tiene 12 resaltos, y en el perímetro del edificio están las capillas laterales a nicho. En éstas se encuentran obras magníficas, entre las que destaca el “Retablo Neri” de Filippino Lippi, con la “Virgen con el Niño entre Santos”.
Al lado de la iglesia está la preciosas sacristía octogonal cuya cúpula es de Giuliano da Sangallo.
El Crucifico de Miguel Ángel
En el altar mayor de la iglesia se encuentra el “Crucifijo de madera”. Miguel Ángel lo realizó como agradecimiento por la hospitalidad con la que el Prior lo había acogido, cuando tenía 17 años. En aquella época, cuando estudiaba anatomía en los cadáveres del hospital de los monjes, aprendió todo lo que después lo hizo insuperable a la hora de pintar, con detalles, el cuerpo humano. Tallado en tiempos del primer viaje de Colón a América, se extravió hasta la década de los 60, cuando fue recuperado y se logró atribuir su creación a las manos de Miguel Angel. La figura del Cristo desnudo exhibe el talento del joven Buonarotti para reproducir en detalle el cuerpo humano.
IGLESIA DE SANTA MARÍA DEL CARMÉN
La Iglesia de Santa María del Carmine, situada en la plaza homónima. Es famosa por albergar una de las obras maestras del arte renacentista: la capilla Brancacci, decorada por Masaccio y Masolino finalizando las labores Filippino Lippi.
La iglesia surge en 1268 como parte de un convento carmelita aún existente. De esa época quedan visibles algunos restos románico-góticos. El complejo fue ampliado en una primera ocasión en 1328 cuando el gobierno de la ciudad concedió a los frailes el uso de unos terrenos anexos, y posteriormente en 1464 con el añadido de la sala capitular y el refectorio. Los trabajos finalizaron en 1476, quedando finalmente establecida la estructura de planta de cruz latina con una única nave.
En 1771 fue víctima de un incendio que destruyó casi por completo su interior, salvándose milagrosamente la capilla Brancacci. La fachada permanece inconclusa, como el de otras muchas iglesias florentinas. El incendio no afectó tampoco a la antigua sacristía, que aún conserva la pintura Las Historias de Santa Cecilia, atribuida a Lippo D'Andrea (alrededor de 1400). También se salvó el monumento fúnebre de Pier Soderini, obra de Bendetto da Rovezzano, situado en el interior del coro, junto al altar mayor.
La familia Corsini, una de las más ricas de la ciudad en el siglo XVIII, mandó edificar una capilla dedicada a un santo de su familia, San Andrea Corsini (1301-1374), canonizado en 1629. Se llamó al arquitecto Pier Francesco Silvani que eligió el estilo barroco, de moda entonces en Roma, realizando una de las mejores muestras de ese estilo que quedan en la ciudad de Florencia. Luca Giordano se encargó en 1682 de decorar al fresco la cúpula de la capilla con escenas de La Gloria de San Andrea Corsini.
El convento
El amplio complejo fue objeto también de numerosas destrucciones, incendios, reconstrucciones, bombardeos, sufriendo incluso una inundación en 1966. No obstante conserva en su interior numerosas obras de arte, sobre todo frescos, destacando entre ellos El otorgamiento de la Regla del Carmelo, obra de Filippo Lippi, y el cenáculo, realizado por Alessandro Allori. Hay también numerosos fragmentos de frescos provenientes de las capillas de la antigua iglesia, atribuidos, entre otros, a Pietro Nelli. El refectorio está decorado con la obra a cena en casa de Simón, obra de Juan Bautista Vanni (alrededor de 1645).
CAPILLA BRANCACCI
Esta pequeña capilla –a la que sólo se puede acceder pasando a través de los claustros- se encuentra dentro de la sencilla iglesia Santa María del Carmine. Fue casi un milagro que sobreviviera –junto con la capilla Corsini- al voraz incendio de 1771, que en menos de 4 horas destruyó el resto de la iglesia.
El mercader y cónsul Felice Brancacci, en 1423, le comisionó a Masaccio y a su alumno Masolino los frescos de la Capilla de su familia en el complejo de la Iglesia del Carmine. Pero Brancacci fue acusado, en 1436, por los Médicis de haber robado una suma de dinero público, por lo que fue exiliado y la Capilla Brancacci fue nombrada Capilla de la Virgen del Pueblo, porque fue colocada una antigua Virgen del Pueblo. El ciclo incompleto de frescos de Masaccio y Masolino fue completado por Filipino Lippi entre 1481 y 1485, por voluntad de los monjes del Carmine.
Después, en el siglo XVIII, fue restaurada la bóveda y borraron completamente los frescos de Masaccio Expulsión del Paraíso terrestre, Pago del Tributo, San Pedro cura a los enfermos, Bautizo de los Neófitos y Resurrección del hijo de Teófilo, y San Pedro en la cátedra, que había completado Filippino Lippi.
Muy importantes para la historia del arte son el Pago del Tributo y la Expulsión del Paraíso terrestre. En la primera, Masaccio utiliza la perspectiva y, para representar a los grupos de figuras, usa un estilo sencillo inspirándose en las esculturas de Donatello. En el segundo, Masaccio comunica, con la expresión de los rostros de Adán y Eva, la tragedia universal que representa el momento de la expulsión del paraíso terrestre. Al lado de las obras maestras de Masaccio, están lo fresco de Masolino.
La Curación del Tullido y la resurrección de Tabita, la Predicación de San Pedro y la tentación de Adán y Eva– y los de Filippino Lippi – San Pedro visitado por San Pablo, la disputa con Simón el Mago y la crucifixión de San Pedro, el Ángel libera a San Pedro –
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