jueves, 23 de enero de 2020

LA SANTANTONÀ DEL FORCALL (I)

La Santantonà, fue declarada Fiesta de Interés Turístico Autonómico en 2007 y Bien de Interés Cultural Inmaterial (BIC) en 2012. Escenifica a través de un desfile teatralizado la vida de San Antonio Abad, patrón del Forcall y protector de los animales. Aunque se celebrar el fin de semana más cercano al 17 de enero, sus preparativos ya empiezan en navidad, fecha en la que los jóvenes reúnen la madera para construir la barraca de la fiesta.
Vida de san Antonio
San Antonio es honorado en los pueblos de las comarcas castellonenses al menos desde el siglo XIV en que aparece documentada su devoción en las cofradías de aquel tiempo de la comarca dels Ports. Por otro lado, en el Sínodo diocesano, celebrado en Tortosa el 1311, se instituyó, junto con las fiestas de San Julián y de San Blay, la de San Antonio, según el historiador morellano Segura Barreda (1868). Desde entonces hasta hoy casi nunca ha dejado de celebrarse su festividad cada año en los días fríos del invierno: el 16 por la noche la fiesta de fuego, de los animales y de las comparsas, y el 17 la religiosa en conmemoración de su muerte en 356, cuando contaba 106 años.
Su vida la conocemos por el relato hagiográfico de su coetáneo, San Atanasio, el cual nos dice que nació alrededor del 250 en la antigua ciudad de Coma -hoy Quaeman-el-Arous- bien cerca de Heracleópolis, al sur de la ciudad de Menfis, en la Egipto central. Cuánto contaba veinte años, murieron sus padres y, entonces, el joven Antonio confió su hermana a una comunidad de vírgenes, distribuyó todos los corderos a los pobres y se retiró al desierto, después a Pispir, al lado de la antigua Tebas; de allí en la montaña Qolzoum, cerca del Mar Rojo, donde fundó el monasterio de Deir-el Arab, una comunidad de anacoretes. Allí, la vida del santo estuvo marcada por la soledad, la oración y el sacrificio, especialmente por las tentaciones del Demonio. Todo esto inspiró a poetas y escritores obras literarias y teatrales que aún hoy son representadas en algunos lugares de nuestras comarcas con fines moralizantes. También se destacó como teólogo en la lucha contra la herejía arriana y como guía de almas, dando siempre sabios consejos a todo el mundo. Su ancho patronazgo comprende varios gremios: guanteros, tejedores, panaderos, esquiladores, pelaires, taberneros, carniceros, cesteros, enterradores... Se le asigna una función tutelar de los animales -especialmente los de labor- y también de abogado contra algunas enfermedades como el llamado "fuego de San Antonio".
Leyenda: Amades (1982: 468) dice que San Antonio fue de la Tebaida a Barcelona, encima de una nubecilla, para curar a la hija del gobernador de aquella ciudad que estaba enferma. Justo a la entrada de la ciudad, el santo se encontró con una cerda que traía un cerdito en la boca, puesto que no podía andar, ya que estaba malformado. El santo lo curó y, desde entonces, la cerda ya no abandonó a Sant Antonio. Por eso aparece siempre a la iconografía.
El Fuego
La fiesta de San Antonio se identifica con el fuego, las hogueras de San Antonio están hechas, en muchas poblaciones, de leña cortada expresamente para el fuego. Los jóvenes se encargan entre Navidad y mediados de enero de reunir la madera. La barraca se construye alrededor de un árbol central, denominado Maio, el cual se ha desnudado del ramaje totalmente a excepción de la parte superior. El proceso de cristianización ha convertido este árbol en la barraca (o cueva) donde vivía el Santo, en la que los demonios prenderán fuego al final de la noche.
El fuego es símbolo de purificación y de renovación de la vida. El árbol que centra la hoguera simboliza el árbol de la vida. Las hogueras invernales constituyen un ritual de renovación, para propiciar el paso del invierno a la primavera, y de purificación, quemando el mal, representado por el demonio. Las hogueras de San Antonio tendrían también un significado profiláctico con los animales de trabajo o las personas: hacer pasar los animales de tiro o los rebaños entre fuegos es un antiguo ritos de purificación/protección presente en numerosas culturas.
En las poblaciones donde se representa la vida de San Antonio, los demonios intentan quemar el santo sin conseguirlo. El personaje resta bajo el fuego de la barraca. La hoguera es el centro de la celebración. A su alrededor se reúne la comunidad, se come y se realizan las diversas actividades festivas.
Vestida de la Barraca
Todo se inicia por la mañana. Unos pocos miembros de la Santantonà se quedan en la plaza. Los primeros trabajos son elegir el Maio, preparar el tronco, ponerle los soportes y más tarde se tiene que incorporar la Capolleta, parte superior de un pino y que ahora se añadirá al Maio con una traca. También se tiene que esparcir la tierra para no echar a perder el suelo de la plaza y quitar la tierra del agujero donde se introducirá el Maio más tarde. Otros integrantes de la Santantonà van hacia el bosque, donde con la ayuda de tractores bajarán las ramas que vestirán la Barraca por la tarde. Antiguamente, los masoveros contribuían con dos cargas de leña. Finalizados estos trabajos, todas las personas van a comer juntos para estar a las 12:45 en la plaza. Todo se deja terminado para la "Plantà" del Maio a la una en punto (las doce viejas o solares). Las campanas de la Iglesia tocan la oración. En el reloj de la fachada del Ayuntamiento tocan los cuartos. Hay un silencio que denota que algo importante sucederá en segundos. Una campanada clara y potente se escucha en el ágora forcallana. En el mismo momento, se escucha una voz poderosa: Aaaamunt el Maio! Las cuerdas se tensan y el Maio inicia su camino hacia la verticalidad. Cuando el Maio está en la posición correcta el numeroso público reunido en la plaza Mayor inicia un breve e intenso aplauso. Poco a poco, la reunión se deshace, hay que ir a comer para prepararse para la tarde y la noche. Las horas posteriores son para colocar las Costillas, proceso lento y pesado. También se clavan los Cimals de roble a una altura de dos metros, estos servirán de forjado para rematar la Barraca. El paso siguiente es el que más se alarga temporalmente, hay que dejar las ramas lo más homogéneas posibles y muy apretadas. Las Costillas tienen que quedar ocultas y la estructura cónica tiene que ser lo más regular posible. Primero se emplean grandes ramas de carrasca, enebro y pino; para más tarde, trabajar con ramas más pequeñas para que el recubrimiento sea casi perfecto. En la parte de bajo se dejan dos aperturas: una hacia el norte, de entrada; y otra hacia el sur, de salida. Cuando la Barraca está rematada por arriba y abajo y la leña sobrante está recogida, la cueva natural y efímera está terminada para la Santantonà.

Una vez concluida toda la representación, quien pueda intentará atravesar por debajo del fuego la barraca de lado a lado, siguiendo los pasos de San Antonio y la pandilla infernal. Esto sólo es posible hasta que las llamas del fuego lo permitan y sólo unos cuantos privilegiados lo podrán conseguir.

Figuras
San Antonio y San Pablo
Son los personajes más importantes de la Santantonà de Forcall. Representan el bien y el eterno tira y afloja contra todo el cortejo infernal: Botargas, Despullat, Filoseta, Cremallers..., San Antonio, va vestido con una sotana marrón encima de la cual lleva una capa del mismo color. Otras piezas de su vestimenta son: un gran sombrero marrón de ala ancha, una larga barba símbolo de sabiduría y tiene la particularidad de tener la cara enharinada. San Antonio también viste un collar de mandarinas -el rosario- que el público, especialmente el más joven, intentará hurtar. En las manos porta un largo bastón y una cruz con la cual bendice al público y asusta a Botargas y otros personajes. En la Santantonà de Forcall, San Antonio va indisolublemente unido a San Pablo que va vestido con las mismas piezas. En las manos lleva los Evangelios y una ramita de árbol. Decir que los dos Santos van atados con una cuerda por las muñecas, representan el bien; en el lado opuesto de la cuerda el Despullat, representando el mal.

El Despullat
Si de los Santos representan el bien; el personaje del Despullat encarna todo el contrario, es el jefe y la guía de todos los personajes infernales que aparecen a la Santantonà. su nombre proviene de los antiguos luperci que corrían desnudos, ahora lo único que lleva desnuda es la cara. En la mano coge el extremo de la cuerda del cual va tirando para conducir a San Antonio y San Pablo a la Barraca. De vez en cuando, se deshace de la cuerda y se sube a algún balcón, asalta mujeres y hombres, es malo y continuamente está cavilando en algún entuerto. Su vestimenta se caracteriza por los siguientes atributos: pantalones blancos con dibujos rojos y negros, blusa blanca decorada en negro y rojo que deja la espalda anudada con un cordel trenzado, cara descubrimiento y enharinada y con un capel rojo del cual cuelgan varias vejigas de cerdo (símbolo de fertilidad), también trae una correa de campanillas y cascabeles sujetada con tirantes que suenan con los movimientos frenéticos de este personaje. Encabeza el pasacalle por detrás del primer Cremaller. Sus gestos hacen pensar en un ser infernal que conduce a los Santos al infierno.

La Filoseta
La Filoseta es el único personaje femenino de la Santantonà de Forcall, aunque siempre es interpretado por un hombre travestido. Como características físicas tiene caderas y pechos exageradamente grandes. Su función es tentar en San Antonio y San Pablo, los asedia y los provoca durante todo el pasacalle hasta la puerta de la Barraca. Hace piruetas y movimientos extraños, no deja de provocar el público con quién se mezcla frecuentemente. Su vestimenta está formada por tres piezas: una falda blanca y larga decorada con líneas de color rojo y negro, una blusa blanca y exagerada también con ribetes negros y rojos y en la cabeza lleva un tocado del cual también cuelgan varias vejigas de cerdo hinchadas. Este personaje tiene las manos ocupadas: en una sujeta una rama de pino con cáñamo envuleto que simula la rueca y en la otra el huso, durante toda la vuelta no deja de hilar. Mientras, los Santos y el público son su objetivo.


Las Botargas
Las Botargas son los personajes más numerosos de la Santantonà. El número aproximado es de doce a quince y acompañan a los protagonistas principales: Santos, Despullat y Filoseta (cuatro o cinco Botargues). Las Botargas que según la tradición cristiana representan a malvados demonios (daemon), en realidad eran espíritus telúricos o genios del bosque, seres traviesos y transgresores, vinculados a la renovación primaveral y, por tanto benéficos por los humanos. Es significativo como el pueblo obviando la palabra de demonios a preferido el de botargas, mucho menos maléfico. Su indumentaria está compuesta por una única pieza que oculta todo el cuerpo. Es una especie de mono blanco hecho de lienzo decorado con serpientes, sapos, dibujos y rayas rojos, azules y verdes -según el tamaño pueden ser pecados mortales o veniales-. La cabeza de los actores va oculta con una pieza de tela que sólo deja asomar la boca, la nariz y los ojos (estos con el contorno negro). En la cabeza llevan cuernos de color blanco y rojo. En las manos traen los pellots (antiguamente, vergajos de buey) hechos con papel prensado con los cuales golpean en el suelo y, especialmente, al público femenino para otorgar fertilidad. Se pasan todo el recorrido golpeando a los Santos y llegados a las puertas de la Barraca maltratan San Antonio y San Pablo hasta introducirlos en el interior. Cuando los Santos salen de las puertas de la muerte las Botargas se lanzan a tierra. Durante todo el recorrido no dejan de hacer pequeñas diabluras, suben a los balcones, asedian a las mujeres y provocan los sentimientos más enfrentados.
Els Cremallers
Con este nombre se designa en la Santantonà de Forcall dos cosas: por un lado, el objeto de unos dos metros de alto con una bandeja arriba donde queman las teas de pino y; de otra, los dos personajes encargados de llevar el fuego durante la todo el desfile. Los Cremallers van vestidos con un abrigo negro con capucha para protegerse del calor, de la resina de las teas y de las brasas que se precipitan desde los cremallers encendidos. Uno encabeza el pasacalle, guiando al resto de la Santantonà; mientras el otro es el último personaje, y cierra la representación parateatral. Llegados a la plaza Mayor por tercera vez, se sitúan al lado de la Barraca y le calan fuego. En este momento se da la apoteosis del fuego y la lucha final entre los Santos y toda la legión de Botargas, Despullat, Filoseta... No son los personajes más ruidosos, pero son muy importantes por ser los depositarios del fuego, aquel elemento que Prometeo cogió a los dioses para darlo a los humanos.
Teeros, los de la Cuerda y Diablillos
En este apartado se incluyen tres actores secundarios, pero que también realizan una tarea fundamental dentro de la Santantonà. En primer lugar, los Teeros son los encargados de alcanzar teas a los Cremallers para que el fuego se mantenga vivo. Van de aquí hacia allá, pero saben perfectamente los lugares donde cargar la pequeña sera de teas y también los mejores lugares para poner teas a los Cremallers. Los Teeros visten un abrigo negro con capucha y traen una sera donde depositan las teas. Son demonios menores, pero no te puedes fiar.
En segundo lugar, los de la Cuerda son el nexo de unión entre el Despullat y los Santos. Dan y recogen cuerda y tratan que nadie tropiece con la misma. Son el hilo conductor entre el bien y el mal. Van vestidos con unas gruesas capas de lana marrón. Otros demonios, los niños del pueblo también participan de la Santantonà. Hasta no hace demasiados años vestían Botargas de color negro, rojo y verde e iban con la cara descubierta. Actualmente, llevan la misma indumentaria que las Botargas de la Santantonà. El número de Dimoniets es ilimitado.


Los Mayorales
Los Mayorales y las Mayoralesas son los encargados de organizar y velar por el correcto desarrollo económico de la fiesta de San Antonio en Forcall. En la Santantonà tienen el papel de ir detrás de los Santos y delante del último Cremaller, por lo tanto, son personajes de pleno derecho de la Santantonà. En la Santantonà, los Mayorales van vestidos con sombrero negro y capa de lana negra. Durante el pasacalle sus casas están abiertas y allí las Mayoralesas ofrecen un avituallamento líquido y sólido al desfile. En 2020 fueron Antoni Mestre, Lupe Sorribes, Paco Monfort, Amparo Tomàs, Álvaro Serrano, Mar Pardo y Joaquim Segura.


Dulzaineros y tamborileros
No se puede pensar en unas jornadas festivas sin música. Durante todo el fin de semana de San Antonio, los gaiteros y los tabalers tocan sus instrumentos y ponen la música tradicional a todos los acontecimientos. La Santantonà no puede ser ajena y tiene dos composiciones propias. Durante todo el pasacalle se toca la melodía denominada La Santantonà. Y en el momento que se escenifica el triunfo de los Santos sobre la muerte los músicos interpretan La Muerte de San Antonio.















































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