Originariamente era una capilla dedicada a la santa bajo cuya
protección estaba la Puerta de la Algema, que era el acceso fortificado desde
la ciudad a la zona del castillo. Más tarde el control del templo paso al
gremio de carpinteros que a finales del siglo XVIII encargó al arquitecto
Francisco Cuenca la construcción de la actual ermita.
Es un edificio relativamente complejo, de planta de cruz latina, ábside, triforios y una sacristía cubierta con bóveda esquifada y decorada en trampantojo. Tiene dos accesos, uno lateral a poniente y otro más antiguo bajo el campanario que está centrado a los pies del templo. Al lado de éste hay otra puerta gótica tapiada a través de la cual, según la tradición, hizo su entrada a la ciudad Jaume I. La cruz que hay ante ella se construyó durante el renacimiento sobre el fuste de una columna romana.
Es un edificio relativamente complejo, de planta de cruz latina, ábside, triforios y una sacristía cubierta con bóveda esquifada y decorada en trampantojo. Tiene dos accesos, uno lateral a poniente y otro más antiguo bajo el campanario que está centrado a los pies del templo. Al lado de éste hay otra puerta gótica tapiada a través de la cual, según la tradición, hizo su entrada a la ciudad Jaume I. La cruz que hay ante ella se construyó durante el renacimiento sobre el fuste de una columna romana.
IGLESIA DE SAN FELIX
Pertenece al tipo de iglesias surgido muy tempranamente en
Occitania que se difundió en la Corona de Aragón a raíz de la reconquista, y es
la más antigua de la ciudad, ya que se construyó en 1265 sobre el solar de la
basílica visigoda. El edificio es rectangular con cuatro arcos diafragmáticos
de extraordinaria luz que sostienen la cubierta de madera a dos vertientes, y
ventanas y portada románicas, muy poco frecuentes en el Reino de Valencia. En
la fachada norte hay un atrio sustentado por seis columnas romanas de mármol,
todas distintas.
En el interior se conservan numerosos vestigios antiguos:
algunas lápidas romanas y una pila de agua bendita labrada en alabastro en el
siglo XIII. Son muy interesantes las pinturas murales de estilo gótico lineal
existentes en el testero y en dos entrepaños del lado sur.
El retablo mayor que está dedicado a San Félix de Girona patrón
de Xàtiva fue un encargo realizado hacia 1507 al Maestro de Artés por los
jurados, hecho de que quisieron dejar constancia colocando el escudo del reino
y de la ciudad en el guardapolvo. En el neto figuran representados san Juan
Bautista, patrono del gremio de sogueros, y san Eloy, patrono de los herreros,
cerrajeros y plateros, así como escenas de la Pasión y de la vida de la Virgen.
Entre las tablas sueltas existentes a los pies del templo
destacan la de la Magdalena de Joan Reixac, la de la Virgen entre san Bernardo
y san Benito, obra del Maestro de Borbotó y las que pertenecían al retablo de
la Virgen de la Leche obra del pintor de la escuela del Maestrat Valentí
Montolíu.
NEVERA
Se construyó hacia finales del siglo XVII o principios de XVIII.
Se trata de una gran cavidad de unos diez metros de diámetro y
otros tantos de profundidad, vaciada en la roca y cerrada por una construcción
circular de mampostería que se cubría mediante una bóveda rebajada.
Desde principios del siglo XVI la ciudad de Xàtiva poseía varias
cavas en la sierra de Mariola, en las que se almacenaba la nieve caída durante
el invierno. Al llegar el buen tiempo se transportaba hasta la ciudad a fin de
abastecer a la población, que la usaba, tanto para fabricar sorbetes, como para
bajar la fiebre a los enfermos afectados de paludismo. Sabemos muy poco de la
nevera de la sierra del Castillo, que tal vez pudo usarse como depósito del
concesionario del abastecimiento.
La bóveda, cubierta de teja y rematada por una imagen de la
Virgen se hundió en 1927
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