viernes, 2 de octubre de 2020

DE PASEO POR PINEDA DE LA SIERRA

 Pineda de la Sierra (1.205 m.) se encuentra en la provincia de Burgos, en la comunidad autónoma de Castilla y León (España), comarca de la La Demanda y Pinares.

Se encuentra en la sierra del Mencilla, Sierra de la Demanda, donde se encuentra la antigua estación de esquí Valle del Sol, a los pies del pico Mencilla (1.929 msnm). Se encuentra en las faldas del Pico San Millán, que con sus 2132 metros constituye el punto de mayor altitud de la provincia de Burgos.

Está situado a 50 km de la capital burgalesa. El municipio es atravesado por el río Arlanzón, que nace a pocos kilómetros del término municipal.

La Villa perteneciente a la Hermandad de Montes de Oca en el partido de Juarros, uno de los catorce que formaban la Intendencia de Burgos durante el periodo comprendido entre 1785 y 1833, tal como se recoge en el Censo de Floridablanca de 1787. Tenía jurisdicción de realengo con alcalde ordinario.

Con la llegada de la democracia queda constituido como ayuntamiento constitucional del mismo nombre en el partido Belorado.

ARQUITECTURA TRADICIONAL DEL MUNICIPIO

El núcleo urbano de Pineda de la Sierra ha presentado, históricamente, una estructura arquitectónica muy bien definida que se conserva hoy en día. La arquitectura tradicional del municipio se basa en la construcción de casas de piedra arenisca rojiza, debido a su alto contenido mineral en hierro, sus tejados a dos aguas con teja árabe y chimeneas encestadas, ventanas de reducidas dimensiones para aislar del frío, grandes puertas de madera con cuarterón, escudos de piedra en la fachada principal, etc. Las antiguas casas tenían planta rectangular, a menudo con tres alturas: la planta baja solía estar destinada al guardado de animales, leña o hierba; en la planta primera estaba la cocina, naturalmente con su chimenea en la que se curaba la matanza, así como las distintas habitaciones y alcobas (habitaciones pequeñas e interiores) de la casa; y la planta más alta, llamada habitualmente desván o payo, estaba inmediatamente debajo del tejado y se usaba como trastero o, a veces, como habitación adicional. Existían en el municipio otras construcciones auxiliares, como los hornos o el molino, en las que los vecinos hacían el pan y molían el trigo, la cebada y el centeno, respectivamente. Otra de las actividades frecuentes antiguamente era la lanar, por la cual se esquilaba a las ovejas de raza churra y, posteriormente, se aplicaban varios trabajos a la lana. Vestigios de esta actividad en Pineda son los distintos nombres relacionados con dicha actividad, como el lavadero (donde se lavaba la lana una vez esquilada), la era de la lana (donde se tendía para su secado al sol) y la estriba (sitio en el que se almacenaba para su posterior venta).
























































 

IGLESIA ROMÁNICA DE SAN ESTEBAN PROTOMÁRTIR.

Fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento Histórico en 1983.

Es la iglesia parroquial de estilo románico, bajo la advocación de San Esteban Protomártir.

Levantada en noble sillería arenisca de un color rojizo muy típico en estos parajes serranos, presenta una planta basilical de una sola nave que desemboca, tras un arco triunfal ligeramente apuntado, en un espacio cabecero conformado por un tramo recto presbiterial y un ábside semicircular. La torre campanario se eleva en su costado norte, mientras que al lado sur de despliega su preciosa galería porticada, verdadero icono del edificio.

El aspecto actual del templo es el resultado de tres fases constructivas principales: la primera de ellas, hacia la primera mitad del siglo XII, se correspondería con el ábside semicircular, el presbiterio y los dos primeros tramos de la nave, incluida la portada principal.

A finales de la propia duodécima centuria se procedería a levantar su galería porticada, la cual, en primera instancia y a juzgar por su descentramiento respecto a la puerta y por diversos testimonios arqueológicos, es muy posible que se prolongase también por el costado occidental del inmueble.

Por último, ya en el siglo XVI la iglesia sería sometida a obras de ampliación y de reforma por las cuales, se procedió a añadir un tercer tramo a la nave, momento en el cual la primitiva armadura de madera que cubría los dos tramos más antiguos fue eliminada con el objetivo de quedar toda la cubierta unificada mediante la solución de crucería bastante más elevada que hoy apreciamos. Poco después se levantaría al costado norte la torre actual que sustituiría a la original, así como la sacristía.

Cabecera

Así por lo tanto, el elemento presumiblemente más antiguo de todo el conjunto vendría a ser su cabecera, configurada por un ábside semicircular dividido al exterior en cinco paños delimitados entre sí por cuatro columnas entrega rematadas en capiteles decorados con motivos vegetales y leones a la altura de la cornisa.

De los cinco paños, los tres centrales presentan pequeños ventanales conformados por sencillas aspilleras abrazadas por arcos de medio punto dovelados que descansan sobre columnillas de fustes monolíticos y capiteles de notable interés.

Los del ventanal más al sur reducen su decoración a fórmulas vegetales talladas a bisel. Los capiteles del ventanal central, justo en el eje, presentan aves enfrentadas entre hojas de acanto en una de las cestas, y dragones también afrontados en su contraria.

Mayor interés presentan los capiteles de la ventana más al norte, en la que, además de una cesta con aves pareadas, aparece una curiosa composición figurativa en la que dos ángeles, ocupando cada una de las caras visibles del capitel, parecen dirigirse en clara actitud de movimiento hasta el ángulo de la pieza, donde aparece otro personaje vestido con una túnica y las piernas cruzadas. Algunos especialistas han apuntado la posibilidad de que se trate de una escena de la Anunciación.

Por último, completa la decoración absidial una interesante colección de canecillos figurados en los que además de motivos vegetales, seres fantásticos, bustos y aves; aparece un variado bestiario real en el que identificamos un jabalí, un león, un oso, una liebre e incluso unos simios.

La portada

Contemporánea a la cabecera es la portada principal de acceso al templo que, al permanecer casi desde su origen cobijada por la galería porticada. Sobre un elevado podium accesible por varios escalones que ayudan a salvar la pendiente del terreno, despliega un total de cinco arquivoltas de medio punto molduradas que descansan sobre otras tantas columnas acodilladas a cada lado del vano.

En los capiteles encontramos un variado programa escultórico en el que, empezando por la cesta de la izquierda, reconocemos una composición a tres caras en las que dos mujeres parecen velar un cuerpo depositado en un sarcófago junto a una personalidad eclesiástica ataviada como tal que bendice. Esta escena, de muy difícil identificación, ha sido relacionada por algunos estudiosos con un pasaje de la vida de San Nicolás, aunque otros han apuntado que pudiera tratarse de alguna tradición local.

Continuando la lectura de los capiteles de izquierda a derecha según el punto de vista del espectador, encontramos grifos pareados, dos sirenas representadas de perfil con sus cabezas giradas, una cesta vegetal y, por último, una sirena de doble cola junto a un centauro sagitario que se dirige a ella apuntando con su arco.

Al otro lado del vano, la primera escena que no tardamos en identificar es una Adoración de los Magos. Después, tras una sucesión de tres cestas decoradas con motivos vegetales muy bien trabajados, el último capitel, también con tres caras, presenta otras tantas escenas: San Pedro junto a San Pablo, una nueva hoja de acanto y Sansón desquijarando al león.

La galería porticada

La galería porticada, auténtico santo y seña de la iglesia de Pineda de la Sierra, fue levantada en una segunda fase constructiva ya a finales del siglo XII, resultando realmente llamativo el descuadre existente entre la puerta de acceso al pórtico y la portada principal.

En la actualidad, la pieza presenta una gran homogeneidad estilística cuya factura ha sido puesta en relación con otros templos serranos como Vizcaínos y Jaramillo de la Fuente; procediendo todos ellos del tronco común del maestro del claustro alto de Silos.

Sobre un prominente banco corrido en el que de nuevo entra en juego la dificultad orográfica de una construcción levantada en plena ladera; consta la galería de once arcos de medio punto sobre columnas pareadas culminadas en capiteles de doble cesta. De los once arcos, seis de ellos quedan al oeste de la puerta de acceso mientras que los cinco restantes se abren al este de la misma.

En cuanto a la decoración de los capiteles, predomina en todo el conjunto la decoración vegetal a base de diferentes modelos de hojas de acanto, palmetas, hojas de remate avolutado incluso alguna con frutos colgantes. Los únicos guiños a la decoración figurativa de la galería los hayamos en las parejas de capiteles tercera y quinta, donde entre la propia decoración vegetal, aparecen representados unos personajes con la cabeza cubierta y largas túnicas de complicada identificación.




















ERMITA DEL SANTO CRISTO

De estilo románico. Junto a ella se encuentra el cementerio










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