Óbidos es una ciudad fortificada con reminiscencias mozárabes, románicas y góticas,construida sobre una colina a 80 metros sobre el nivel del mar, se encuentra en el distrito de Leira, cercana al río Arnóia y la laguna de Óbidos formada tras retirarse el mar en el siglo XV y dejando un fértil terreno para la agricultura de la zona.
Está rodeada de un paisaje de campos
de cultivo y viñedos.Sus calles son estrechas y adoquinadas con casitas blancas
con bordes de azul radiante o ribetes amarillos de tejados rojos, que se
encuentran adornadas con glicinas, geranios y buganvilias, y protegidas por la
muralla que las rodea.
La ciudad tiene un perímetro
oblongo, de forma trapezoidal y que culmina en una punta hacia el sur, donde se
encuentra la Porta da Vila, la puerta de acceso principal. Se encuentra organizada
a lo largo de calles que discurren longitudinalmente, con algunas calles
menores que se entrecruzan más orgánicamente de forma transversal y que salvan
las diferencias topográficas. En la congruencia de ambas calles se hallan
algunas de las iglesias, atrios y pequeños espacios públicos.
ORÍGENES
La zona fue un castro celtíbero, estación comercial de los fenicios y el asentamiento romano de Eburobrittium, citado por el escritor romano Plinio el Viejo, y posteriormente enclave visigodo.En el siglo V, tras la caída de los romanos, la ciudad se trasladaría a la colina donde se ubica actualmente, ya que tenía mejores condiciones de seguridad. De allí le vendría el nombre Óbidos, que es una deformación del latín “oppidum”, que significa “ciudad fortificada”.
La zona fue un castro celtíbero, estación comercial de los fenicios y el asentamiento romano de Eburobrittium, citado por el escritor romano Plinio el Viejo, y posteriormente enclave visigodo.En el siglo V, tras la caída de los romanos, la ciudad se trasladaría a la colina donde se ubica actualmente, ya que tenía mejores condiciones de seguridad. De allí le vendría el nombre Óbidos, que es una deformación del latín “oppidum”, que significa “ciudad fortificada”.
Sin embargo, fueron los moros
quienes en el año 713, ocuparon y fortificaron el pueblo, amurallándolo.
El 10 de enero de 1148 GonçaloMendes
da Maia, capitán general de dom Alfonso Enriques, el primer rey de Portugal,
reconquista la ciudad después de un extenuante asedio.
En 1210, Alfonso II regaló esta villa a su esposa, doña Urraca de Borgoña como regalo de boda, pero no es hasta que el rey DomDinis I en 1282 se la regalo a su esposa Dª Isabel que se inicia la costumbre de obsequiar la ciudad a su prometida. Esta tradición de entregar la ciudad como regalo de boda a las soberanas se repitió hasta 1834, por lo que Óbidos también se conoce como “la Villa de las Reinas”.
En 1210, Alfonso II regaló esta villa a su esposa, doña Urraca de Borgoña como regalo de boda, pero no es hasta que el rey DomDinis I en 1282 se la regalo a su esposa Dª Isabel que se inicia la costumbre de obsequiar la ciudad a su prometida. Esta tradición de entregar la ciudad como regalo de boda a las soberanas se repitió hasta 1834, por lo que Óbidos también se conoce como “la Villa de las Reinas”.
En 1513, el rey Manuel I concedió a
la ciudad algunos privilegios que contribuyeron a consolidar su papel como
importante centro cultural y artístico. Óbidos experimentó un nuevo impulso
cuando el hijo y sucesor del rey Manuel, Dom Joao III, fundó una cátedra de
matemáticas y otra de teología que animaron la vida cultural de la ciudad hasta
mediados del siglo XVIII.
La Porta da Vila.
Es la entrada principal ala ciudad,
salva las murallas a través de un pasadizo en retranqueo, diseñado como sistema
defensivo para dificultar el acceso de los enemigos, lo cual produce que no se
encuentra alineada con la calle Direita, la calle principal. La puerta está
decorada con cerámicas del siglo XVIII, con la inscripción "La Virgen
nuestra señora fue concebida sin pecado original" mandado poner por D.
João IV, en agradecimiento a la patrona por su protección durante restauración
de la independencia portuguesa de 1640. En el interior del arco hay una capilla
de Nuestra Señora de la Piedad, patrona de Óbidos.
Iglesia de Santa María.
Está construido sobre los cimientos de un templo
visigodo, que más tarde, con la invasión mora, se convirtió en mezquita. Originalmente
erigida en estilo gótico en el siglo XII y luego remodelada en lenguaje
renacentista. Las reconstrucciones llevadas a cabo entre 1521 y 1557, durante
el reinado de Joao III, eliminaron casi en su totalidad las influencias
artísticas anteriores y su aspecto medieval.
Su exterior es austero, su fachada está compuesta por
tres cuerpos que van ganando altura: la nave lateral, el cuerpo central y la
torre del campanario, coronada con un pináculo. En lo alto del pórtico,
enmarcado por cuatro columnas, hay una hornacina con la figura de la Virgen y,
en torno a ella una corte de ángeles.
Su interior está formado por tres naves separadas por
dos filas de columnas dóricas. El techo está decorado con maderas policromadas.
En la nave de la izquierda hay una tumba del escultor francés Nicolás
Chanterène. Las paredes están decoradas con azulejos blancos y azules, con
motivos vegetales en formaciones geométricas, típicos en las iglesias de
Portugal del siglo XVII, que sobre todo en el Altar Mayor se mezclan con el
color oro. Pueden encontrarse más de veinte pinturas al óleo de diversos
autores, entre ellas destacan las obras de la famosa pintora portuguesa, Josefa
de Óbidos, entre ellas un retablo en el presbiterio, en el que se describe el
matrimonio místico de Santa Catalina, y de Baltasar Gómez Figueira. Los ocho
lienzos del retablo son obra de Joao da Costa, del siglo XVII, que representan
diversas escenas de la vida de María. A la izquierda del altar mayor, junto a
la capilla de San Blas, se encuentra el sepulcro renacentista de Joao de
Noronha, alcalde mayor de Óbidos, acompañado por su esposa, Isabel de Sousa.
Este edificio renacentista también
debe su fama a nupcias reales, pues aquí se casaron en 1444 el rey Alfonso V y
su prima Isabel, con 10 y 8 años. El interior de la iglesia está revestido de
delicados azulejos, el signo de identidad más distintivo del arte luso
Acueducto
Fue
construido en el siglo XVI con el fin de llevar el agua a las fuentes de la
localidad, por orden de la reina Catarina de Austria, esposa de Juan III, tiene
3 kilómetros de longitud. La reina lo financio a cambio de una parcela de
tierra fértil conocida como Várzea da Rainha
Iglesia de San Pedro
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