Las
Chorreras se encuentra junto a una abandonada urbanización llamada "El
Salto", donde años atrás residían los trabajadores que construyeron la
antigua central eléctrica de Lucas de Urquij
El
nombre de Las Chorreras se debe a los “chorros” o “chorreras” de agua
que con mayor o menor intensidad se pueden contemplar a lo largo del cauce del
río Cabriel en este lugar a lo largo de un kilómetro y medio. Aquí el río nunca
pasó de tener unas pocas brazadas de anchura, entre paredes rocosas
encañonadas. Tal circunstancia obligó al Cabriel a retorcerse en este paraje en
un caos de saltos y cascadas, generando cuevas laterales, pozas de color
esmeralda al pie de espumeantes rabiones salvajes. Unas gargantas que parecen
brotadas de un auténtico cuento de hadas. En menos de cinco kilómetros de
recorrido el Cabriel desciende en esta zona más de 120 metros de súbito
desnivel.
Lo
más espectacular de las Chorreras es el conjunto de tobas cuaternarias, de gran
interés geológico, que empezó a producirse hace aproximadamente doscientos mil
años cuando el lecho del río no era tan profundo. La extensión de este conjunto
abarca unas 14,25 hectáreas desde la presa de Villora hasta la confluencia del
río Cabriel con su afluente el río Guadazaón. El agua que discurría por el propio lecho del
río en un paisaje menos abrupto y la circundante de fuentes y manantiales que
iban a parar a este río realizaron un proceso erosivo singular. El propio río y
las aguas superficiales originaron una serie de cuevas subterráneas que se
desplomaron y que originaron el paisaje que hoy observamos: un conjunto tobáceo
cuaternario sobre un lecho de calizas jurásicas de una antigüedad aproximada de
180 millones de años (que son el lecho marino del mar de Tethis en continuas
progresiones y regresiones donde aún se puede observar fósiles de ammonites y
belemnites).
La
construcción de la presa de Villora y la Central Hidroeléctrica de “Lucas de
Urquijo” en 1910, y el desvío habitual de las aguas del río Cabriel al río
Guadazaón mediante canalizaciones para la producción de energía eléctrica, son
la causa de que contemplemos “Las Chorreras” como un lugar de esparcimiento,
baño o deporte de aventura. Cuando hay crecidas o sueltas de agua los chorros
se convierten en grandes cascadas y la velocidad de las aguas son otro gran
atractivo paisajístico.
Buen reportaje de un precioso entorno.
ResponderEliminarDomi
acias Domi, la verdad es precios
EliminarHola Ramon.Super-refrescante entrada...jejeje...con muy buena explicación.Saludos.
ResponderEliminaracias compi, un saludo
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