IGLESIA DE MADRE DE DIOS
Está ubicada en lo que fue el Hospital de Nuestra Señora de la Mayor, en solares comprados por la villa en 1.546, y construida bajo la dirección de Enrique Egas “el Mozo”. La iglesia, por razones económicas, se termina hacia 1.602, como está indicado en el rosetón de su fachada.
Las arcadas descansan sobre seis pilares cruciformes de piedra que tienen adosadas medias columnas toscanas con basamento semicircular. Las tres naves desembocan en ábsides poligonales, siendo el de la capilla mayor pentagonal y cubierto por bóveda nervada, y los laterales de tres lados cubiertos por veneras o conchas. En el muro, de una gran solidez, se abren altas ventanas formadas por arcos de medio punto que dan a luz un claro sentido renacentista en oposición a las vidrieras del mundo gótico.
El exterior está construido en mampostería y las fachadas están articuladas por contrafuertes que siguen el módulo de proporción de la iglesia. La fachada principal, remarcada por dos contrafuertes posee un gran rosetón de ladrillo y se remata por un frontón formado por las cubiertas.
La iglesia cuenta con dos portadas barrocas en los lados norte y sur y una torre inconclusa proyectada en el siglo XVII por arquitecto Benito de Soto, vecino de Almagro.
ERMITA DE SANTA ANA
Se trata de una de las ermitas más antiguas de Almagro, ya que su construcción data del siglo XVI. En su inicio, fue ocupada provisionalmente por los primeros franciscanos descalzos que vinieron a Almagro.
Es una construcción de mampostería encintada, con zócalo de cantería desconcertada y tejado a dos aguas con cubierta de teja árabe, y tiene dos portadas. En el siglo XVIII debió ser colocado sobre la portada el único motivo decorativo: un relieve adintelado con pilastras adornadas con rosetas.
CONVENTO DE LA ENCARNACIÓN
El convento de la Encarnación se encuentra situado en el nº 1 de la calle Diego de Almagro y está habitado desde su fundación por monjas de clausura de la Orden Dominica, si bien la idea original de los fundadores fue dedicarlo a un convento de franciscanas de Santa Clara de hábito pardo y velo negro que albergara a 30 monjas.
El cambio se debió a que al no existir en Almagro convento de franciscanos, los fundadores debían correr también con los gastos de los frailes para las necesidades espirituales de las monjas.
El Convento se ubica en los terrenos que ocuparon las casas principales (destinadas a su vivienda) de D. Diego de Lucena y de su Mujer Dª Juana Gutiérrez de Cavallería, junto con otras propiedades colindantes también de su propiedad, y que, al morir sin descendencia, ofrecieron como regalo. También se entregaron para esta fundación, el remanente de todos sus bienes y rentas existentes a su fallecimiento.
Para la fundación del convento de monjas franciscanas de la Orden de Santa Clara, solicitaron la preceptiva licencia al rey Felipe II, quien reconociendo la utilidad y provecho de este convento no solo para la villa de Almagro sino para los pueblos cercanos, concede su permiso con fecha 2 de noviembre de 1571.
Poco tiempo después, como ya se indicaba anteriormente, los fundadores cambiaron su decisión en cuanto a la orden religiosa que debía administrar el convento y solicitaron una nueva licencia al rey, quien accede a esta modificación con fecha 1 de octubre de 1573.
En la Real Provisión encargada por el rey al Administrador del Convento de Nuestra Señora de la Asunción, frey Cristóbal de Mexía en 1589, informa que el convento se debió ocupar en 1579 y que en la fecha de la Real Provisión estaba habitado por 25 monjas profesas, 2 novicias y 4 personas para el servicio de la casa.
La construcción de la Iglesia fue posterior a la creación del convento y su financiación se realizó con dinero de la Corona, finalizando la obra alrededor de 1597.
Se establecían tres capillas laterales, dos en el lado del Evangelio, denominadas de la Adoración de los Reyes y de Santa Ana, cuyos propietarios fueron las familias Buelva y Orduña respectivamente; y otra en el lado de la Epístola, bajo la advocación de San Miguel.
A finales del siglo XVII, este convento se encontraba en una situación muy precaria, pues se habían terminado los fondos dejados por los fundadores y habría que acometer obras de mantenimiento tanto del convento como de la iglesia. Para lo cual no se contaba con dinero suficiente.
Fue el primer Conde de Valdeparaíso, D. Juan Francisco Ruíz de Gaona, el que entregó al convento de la Encarnación 1.500 ducados para la restauración de la iglesia y del convento, por lo que las monjas le reconocieron como patrono del mismo por escritura otorgada en Almagro con fecha de 24 de febrero de 1706.
Con el dinero recibido se realizó el retablo mayor, los laterales del crucero y las cancelas, colocándose en las pechinas de la bóveda las armas del conde, e imaginamos que también en la portada de entrada, del lado de la Epístola.
Como ocurriera con la mayoría de iglesias y conventos almagreños, su retablo fue destruido durante la guerra civil. Fue el último convento de todos los que existieron en Almagro que tuvo actividad monástica, hasta el 11 de octubre de 2020, fecha en la que las monjas de clausura, pertenecientes a la Orden de Santo Domingo, lo abandonaron.
La iglesia tiene planta de cruz latina con la cabecera poligonal, que marcará mucho más sus rasgos manieristas. En el crucero destacan los lienzos con pinturas de San Juan Bautista, San Juan Evangelista, San Diego y San José, un programa iconográfico que responde a la onomástica de los fundadores.
La nave, dividida en dos tramos, se cubre por bóveda de cañón con arcos fajones y lunetos; el primer tramo se decora con el escudo de la orden y debajo aparece la fecha de 1597. Las capillas, de poca profundidad, se abren entre las pilastras toscanas que componen el muro.
Del exterior merece la pena destacar la portada de acceso que consta de dos cuerpos: el primero, edificado en el siglo XVI, está formado por un sencillo arco de medio punto que configura un falso alfiz; el segundo cuerpo se construye en el siglo XVIII y está decorado con el bellísimo escudo de los Condes de Valdeparaíso.
PLAZA DE TOROS
El 24 de agosto de 1845 se construyó la nueva Plaza de Toros de Almagro, Ciudad Real, con materiales procedentes de la torre de la antigua parroquia de San Bartolomé, que fue demolida ese año.
El Coso de la Cuerda ha sido protagonista de históricas tardes de toros, como la del 25 de agosto de 1927, en la que el torero de los ojos verdes, Cagancho, dio su famosa "espantada" al negarse a torear su sexto toro; o la tarde del 26 de agosto de 1932, en la que los toreros, ante el incumplimiento por parte de la empresa de pagarles los honorarios antes de la celebración de la corrida, se negaron a torear provocando la cólera del público, que incendió la plaza y provocó la pérdida de los primitivos palcos, realizados en madera, con pies derechos y zapatas.
La plaza tiene un aforo de 8.600 localidades y está catalogada como de 3ª categoría.
PALACIO DE LOS MARQUESES DE TORREMEGÍA.
El Palacio de los Marqueses de Torremegía, es reconocible por su fachada blanca y escudo familiar en lo alto del portal.
Es de los S. XV-XVII. Su interior lo componen un zaguán de entrada, que da paso a un patio descentrado, cuadrado y rodeado de galerías.
El acceso a la planta superior se hace por medio de una escalera cubierta con cúpula ochavada y decorada con yeserías.
El exterior está compuesto por una monumental fachada, cuya portada esta cobijada por un alero roto albergando el escudo de los Torremejía.
En cuanto a la decoración de la portada, está formada por una puerta adintelada, flanqueada por jambas cajeadas.
El dintel se decora con rosetas y florones y se remata con dos cabezas de león. El balcón es posterior, manierista.
Los últimos Marqueses murieron sin descendencia, dejando el edificio a las monjas dominicas para que fundaran un pensionado de niñas. Aún sigue funcionando.
En el año 2019 fue adquirido por un empresario mexicano.
PALACIO DE LOS CONDES DE VALDEPARAÍSO.
El título se crea en 1705 y concedido a Juan Francisco Ruiz de Gaona y Portocarrero, caballero de la Orden de Calatrava.
Este palacio perteneció al primer conde de Valdeparaíso desde el año 1705, aunque existió ya en 1699 (año que figura en el remate de la portada). El conde y a la vez Ministro de Hacienda de Fernanco VI, restauró el edificio en el siglo XVIII, adquiriendo el lujo y la suntuosidad propia de su dignatario.
El palacio es como los palacios madrileños del S. XVII, barroco, compuesto por un cuerpo central y dos torres a los lados. Es un ejemplo de arquitectura doméstica señorial con trazado simétrico en torno a un eje longitudinal que marca la portada -centrada en la fachada-, a la que suceden zaguán y patio porticado en dos plantas con crujias alrededor. Esta traza simétrica permite ver el patio interior desde la calle, convirtiéndolo en un espacio semipúblico, sustituyendo la disposición mudéjar medieval, de direccionalidad quebrada que subraya la privacidad del espacio doméstico, preservando en todo momento la intimidad.
En su exterior destaca la portada, compuesta por dos cuerpos, el primero formado por la puerta, adintelada, flanqueada por dos torres cuadradas y cubiertas por tejados a cuatro aguas, presenta dos cuerpos con balcones y ventanas marcados por la portada central, con una pilastra toscana con guirnalda en cada lado. A ambos lados del balcón moldurado, se sitúan los escudos familiares.
El interior se abre mediante un zaguán que da acceso al patio de dos plantas, porticado en la inferior. De él parte una escalera que accede a la planta superior. Desde este patio, y mediante un arco de medio punto, se llega a otro secundario, donde estarían ubicadas las zonas menos nobles del palacio y las viviendas de los criados.
Adquirido por la Diputación de Ciudad Real y restaurado, no sin bastante polémica, actualmente es sede de congresos, simposium, conferencias, etc.
MONASTERIO DE LA CONCEPCIÓN BERNARDA.
Edificio construido en el S. XVII.
Como tantos otros conventos, se construye por mandas testamentarias de la familia Oviedo.
Estuvo ocupado por monjas bernardas, una rama del Cister, hasta la Desamortización de Mendizábal en 1835. El convento fue subastado y derribado, construyéndose las actuales casas. La iglesia se subastó igualmente, pero aún se mantiene en pie. Fue pasando de mano en mano hasta llegar a su propietario actual, un constructor, quien la ha restaurado fielmente.
Se utiliza como sala de exposiciones, actos públicos y privados e igualmente es uno de los espacios teatrales del Festival Internacional de Teatro Clásico.
La iglesia es de planta de cruz latina, con cúpula en el crucero.
La portada es adintelada y muy sencilla, con bolas en los extremos que flanquean una hornacina que contiene la imagen de San Bernardo.
PÓSITO
Es de 1614. El pósito era un depósito de cereal municipal, su función era realizar préstamos en condiciones módicas a los vecinos necesitados del pueblo; los pósitos eran la principal institución de ahorro propia del Antiguo Régimen en la Corona de Castilla